• Denuncian hostigamiento e insultos de dirigentes que califican de minoritarios, hacia técnicos y profesionales que han decidido no unirse al paro.

Consideramos necesario manifestar a la Comunidad que en nuestro Hospital se ha originado un hecho lamentable y que ha sido percibido como injusto. Ha afectado directamente a la Subdirectora de Gestión del Cuidado, a supervisora de S. Urgencia y a Jefe de Servicio Urgencia. Los nombres de los funcionarios afectados fueron repetidos en medios de comunicación local (no en Diario El Trabajo). Se han realizado acusaciones de maltrato sin base en forma reiterada en contra de la Sra. Adriana Rojas P., sin fundamento legal o administrativo, tal vez su imagen haya sido irremediablemente dañada. Lo paradojal es que estas manifestaciones públicas de los dirigentes gremiales tienen más características de acoso laboral que las mismas acusaciones que aluden. Acerca de esta situación nuestros directivos no se han pronunciado, lo que puede ser interpretado erróneamente por la Comunidad como manifestación de apoyo a lo que el grupo gremial minoritario ha orquestado.
Se ha denostado públicamente la imagen de jefaturas, fomentado y amparado agresiones verbales, actos en contra de los trabajadores que han decidido no acompañarlos en su paralización. Para ello se han valido de la prensa local, carteles ofensivos, gritos e insultos proferidos directamente a funcionarios profesionales y técnicos que siguen trabajando para que nuestro Hospital pueda seguir funcionando, debiendo postergarse cirugías programadas a los usuarios con meses de anticipación y algunas atenciones ambulatorias por esta movilización.
Queremos manifestar nuestra firme convicción de la responsabilidad social que tenemos como funcionarios de un hospital público y nuestra obligación de velar por la Calidad y Seguridad de la atención que brindamos, y con esa misma convicción manifestamos que:
– Repudiamos el curso que han tomado los hechos.
– Rechazamos las acusaciones sin argumentos sólidos que solo pretenden dañar la imagen de las personas y acaparar el apoyo de quienes no han formado opinión en base a criterios objetivos.
– Destacamos los valores de aquellos funcionarios técnicos, administrativos, auxiliares y profesionales que se mantienen trabajando en sus turnos, para atender a la comunidad.
– Consideramos la salud como bien social y un derecho, por lo tanto, no puede ser una herramienta de presión de convocatoria a paro.
– No amparamos el abuso de poder de cualquier funcionario de nuestro hospital.
– Es nuestra obligación ética y moral proteger y defender los derechos de los usuarios a través de la entrega de un servicio de calidad y con buen trato, otorgado por funcionarios idóneos.
– Necesitamos trabajar arduamente y en equipo para evitar nuevos acontecimientos vergonzosos en nuestra comunidad hospitalaria.
Por lo tanto, exigimos a las autoridades correspondientes:
– Respeto y respaldo a la Subdirección de Gestión del Cuidado.
– Respeto y respaldo a Jefaturas directas respecto de evaluación del personal a cargo y de la selección de funcionarios idóneos para entregar la atención al usuario.
– Trato digno para todos los funcionarios del hospital, independiente del cargo que ocupen.
– Respeto del conducto regular a seguir frente a acusaciones de maltrato y/o acoso laboral.
– Pronunciamiento oficial de la Directora del Servicio de Salud Aconcagua respecto del apoyo la Subdirectora Gestión del Cuidado.
– Gestión de procedimientos o procesos tendientes a prevenir en el futuro situaciones que mermen el trabajo de los equipos operativos.
– Mecanismos efectivos para evitar que los usuarios sean una moneda de cambio de demandas gremiales.
Solicitamos a quienes estén comprometidos con nuestra Comunidad, manifestar su apoyo para demostrar que no se puede ceder ante tal agresión a los funcionarios comprometidos y entregados al trabajo digno que no han perdido el norte de su esfuerzo diario: Las personas que sufren enfermedad, las familias que necesitan apoyo para recuperar su bienestar en salud. Que hagan sentir que las convicciones políticas no pueden sobreponerse a las convicciones éticas, porque en ese momento se perderá todo el esfuerzo y el espíritu de la verdadera lucha por la dignidad de las personas.