Supuesto propietario de Laguna del Copín desmiente a Comunidad Campo Jahuel

Asegura que él es el interesado en declarar Santuario de la Naturaleza el sector de la laguna, desmintiendo además el supuesto loteo del extenso territorio para parcelas de agrado.

Un categórico desmentido a las declaraciones formuladas por el presidente de la Comunidad de Campo Jahuel en nuestra edición del pasado 20 de abril, formuló Benjamín Olivares, quien acompañado de los respectivos planos se identificó como propietario de todo el sector de la Laguna del Copín y alrededores, asegurando tener todos los títulos de dominio que así lo demuestran.
Olivares, quien nos visitó al día siguiente de la publicación, aseguró que es totalmente falso que se haya hecho una subdivisión del predio de 3.500 hectáreas denominado Largo o Fundo Corverano. «Tampoco existe la intención de realizar un loteo en parcelas de 5.000 metros. Sí tengo la intención de declarar Santuario de la Naturaleza el sector de la Laguna del Copín, motivo por el cual me reuní con la Comunidad de Campo de Campos Ahumada, quienes se opusieron porque contraviene sus intereses económicos ya que una de las actividades más lucrativas para ellos es la crianza y engorda de ganado. Al declarar Santuario el sector, no podrán realizar estas actividades que por lo demás son dentro de mi propiedad y quedarán reguladas por la normativa del ministerio del Medio Ambiente. También tienen un plano que abiertamente traspasa los límites provinciales, situación que hay que regular ya que el límite corre por las más altas cumbres de los cerros divisorios».
Más adelante, Olivares señaló que la denominada Comunidad de Campos de Jahuel ni siquiera es una comunidad, sino una sociedad civil de responsabilidad limitada creada el año 1956 y no por el DFL 5. «Puedo contar que en un acto irracional y no ajustado a derecho solicitaron 8.325 hectáreas a Bienes Nacionales el año 1980, después de la dictación del DL 2.695 que fue creado para regular ‘pequeñas’ propiedades que ‘carezcan’ de títulos inscritos. En esta petición abarcaron numerosísimas propiedades que tenían y tienen títulos inscritos hasta hoy en día, con roles aparte también. Incluso en el plano presentado por ellos al Ministerio incluyeron las tierras del Obispado, provocando con esto una duplicidad jurídica en todo la zona que va desde el sector de Las Cabras hasta El Zaino. Cualquier lector que conozca el lugar advertirá que está poblado, que también existen numerosas parcelas privadas que están en explotación. Esos son los títulos que tiene esta sociedad que jamás ha sido dueña por lo demás de las 8.325 hectáreas, contraviniendo el mismo espíritu de la ley y del DL 2.695 como de la Constitución, ya que el derecho de propiedad está consagrado debidamente como inalienable e imprescriptible en la constitución del año 1818, 1822, 1823, 1826, 1828, 1833, 1925, 1980. Además está penado por el Código Penal mentirle a un ministerio, el cual debería haber advertido esta situación y no lo hizo por no disponer de funcionarios que pudieran venir a terreno a medir, etc.
«Esa es la situación existente en el sector. Que no sólo me involucra a mí sino que además a cientos de propietarios. Como el ministerio del Medio Ambiente advirtió esta situación, rechazó las presentaciones de esta Sociedad Agrícola, pero sí está dispuesto a declarar Santuario el sector de la laguna bajo el ordenamiento jurídico actual que establece la aprobación del dueño que en este caso soy yo.
«Con respecto al juicio que se menciona, debo dejar en claro que no hubo pronunciamiento de fondo, el juez sólo indicó que la acción de nulidad de derecho público que presentamos estaba mal encaminada ya que el demandado debía ser el Estado y no la Sociedad Agrícola Jahuel, ya que el acto administrativo no había emanado de un particular sino del Estado. Pero mis títulos no fueron objetados. Tengo cadena de títulos inscritos desde el año 1844 a la fecha, todos por compraventas inscritas en el conservador de Bienes Raíces de San Felipe.
«Cabe hacer un reflexión: la falta de leyes probas no ajustadas a la Constitución, que además entregan facultades a ministerios que no se hacen responsables de los entuertos que arman, produciendo incertidumbre jurídica, conflictos, perjuicios patrimoniales y morales. ¿A dónde nos conducen? En vez de estar unidos en esta noble tarea de protección de la Laguna, estamos tres partes inmersas en un conflicto gracias a la pésima legislación que nos regula. Qué sacamos los chilenos con pedir una nueva constitución si nadie respeta la Constitución. Se pretende dar más valor a un DL que a la misma constitución. Decretos Leyes que debieran ser por lo demás un DFL ya que los DL estrictamente hablando, tampoco tienen asidero jurídico, sólo son dictados en casos de excepción.
«Esta es la diferencia entre un país desarrollado y un país subdesarrollado como éste. En EEUU la constitución es casi sagrada; en Chile, algo que está escrito para ser burlado constantemente hasta por el mismo Estado. Esto es lo que nos tiene sobrepasados como país, la falta de seriedad, la falta de probidad, la corrupción generalizada. No hay peor mal para un país que la corrupción», concluyó Benjamín Olivares.