SANTA MARÍA.- Numerosos vecinos y dirigentes acompañaron a las autoridades en el día de ayer a la anunciada visita de fiscalización de las mineras en Jahuel, produciéndose momentos bastante tensos debido al malestar que sienten los vecinos.
Una vez en el lugar y tras constatar que en la mina Aguas Claras el daño se había extendido a un amplio sector, la gente tuvo un serio altercado con Sergio Hurtado, arrendatario del pedimento, quien señaló que ellos tenían todo el derecho de trabajar.
Cabe destacar que la gente comenzó a ofuscarse una vez llegando a la mina, cuando se dieron cuenta que los mineros habían cruzado los vehículos con el objetivo de impedir el paso. La oportuna acción del Alcalde Claudio Zurita despejó la vía y evitó un enfrentamiento inicial.
Posteriormente y ya con la gobernadora y las entidades estatales en plena fiscalización, se formó el fuerte altercado que no pasó a mayores, tanto por la decidida intervención de la propia Gobernadora Patricia Boffa, como por el gesto de algunos concejales y dirigentes que evitaron que las cosas pasaran a mayor.
Una vez en la mina propiamente tal, se pudo constatar que aún no tenían todos los permisos para explotar, y menos el plan de manejo que debe ser tramitado en CONAF, situación que se ve difícil tras la intervención del jefe biprovincial de la entidad, que aclaró que habiendo especies como el Guayacán en el área, la faena debe someterse a estudio de impacto ambiental, no importando la cantidad de material extraído mensualmente, que es el escudo que utilizaba esta minera para evitar dicho estudio.
Además, quedó claro que en esta situación solo amerita explotación si esta es de interés nacional, cuyo aspecto no cabría en las características de la Mina Aguas Claras.