Después de 48 años ininterrumpidos de trabajar en la municipalidad de San Felipe, el chofer de tantos alcaldes de San Felipe dejó el volante para irse a descansar. Con buenos y malos recuerdos, pero con la hermosa experiencia de haber sido con orgullo un gran servidor público. Nos referimos a Ricardo Ossandón.
En conversación con nuestro medio dijo que «ya era época de acogerse a retiro, hay que darle la oportunidad a otra gente que viene de atrás, más preparada que uno, esa es mi misión. Aquí estamos haciendo trámites para la jubilación y ver cómo nos va», dice.
– ¿Cómo fueron estos 48 años?, porque prácticamente es medio siglo, tantos alcaldes, viajes a tantos lados.
– Fue una experiencia bonita, estuve toda mi vida aquí, toda mi juventud la pasé aquí en la municipalidad. Imagínese, después del servicio (militar) entré acá, es una bonita experiencia, hubieron buenos y malos momentos como en todo trabajo, pero me voy conforme y bien.
– ¿Se guardan secretos de las autoridades en su trabajo, por ejemplo de algún proyecto por aquí, por allá, o simplemente hace oídos sordos?
– Bueno yo más que nada eso lo mantiene a uno en las pegas, porque a veces hay cosas que no se pueden decir, son secretos del sumario como le llamo yo (se ríe), pero yo bien, me retiré bien. Agradezco a la municipalidad, a la directiva de ahora de los funcionarios municipales, les agradezco a ellos todo lo que están preocupados por uno, cuando les pasa alguna cosa, ya que ellos son los representantes de los funcionarios.
– ¿Con quién empezó trabajando usted?
-Con don Luis Valenzuela Solís de Ovando, eso fue en el año ´78. Yo entré aquí en el ’74, estuve en los talleres, servicios varios y después me trajeron acá a la municipalidad, así es que aquí estamos.
– Después estuvo con Jaime Amar, Patricio Freire y ahora último con la doctora Castillo, ¿recuerdos buenos, buenas relacionales laborales?
– La verdad que yo el trabajo que hice acá en la Municipalidad era que dependía de ellos, nada más… del alcalde, entonces para mí fue bueno, nunca tuve problemas con ningún alcalde, todos para mí fueron buenos alcaldes; en la parte personal mía, como funcionario, nunca tuve problemas y así que fui de alcalde en alcalde.
– ¿Pero ningún recuerdo especial, algún lazo más profundo, no sé, de repente una conversación por aquí?
– Hay muchos.
– Cada uno tenía sus características.
– Claro, son diferentes, pero siempre uno habla del lado bueno de ellos.
– Porque usted los conocía en el lado malo, una rabieta en el trabajo por un proyecto no aprobado o no se conseguía.
– Claro, ellos quieren lo mejor para la ciudad, ¿me entiendes?, y a veces los proyectos no salen, no son financiados, entonces la comunidad los critica, pero no es problema de ellos, ellos por algo están aquí en esto, buscando lo mejor para la ciudad.
– ¿Recorrió Chile prácticamente con los alcaldes o era Valparaíso, Viña, Santiago?
– Algo del sur, norte, Argentina también, un viaje que tuvimos para allá.
– ¿Al finalizar, recuerdos bonitos, malos; experiencias buenas, malas?
– Cuando yo empecé a trabajar aquí y ahora que me voy, hay muchos cambios, proyectos importantes para la ciudad. Para mí en lo personal me dio todo, crié a mis hijos. Me voy un poco triste porque uno acá hace amistad, hace familia aquí con algunos funcionarios, no todos porque no todos a uno lo quieren (se ríe), entonces eso da pena, dejar esto, pero hay que seguir, ya la edad está avanzada y hay que dedicarse a la familia, el resto que Dios le va a dar a uno de vida.
– ¿Casado?
– Divorciado.
– ¿Hijos?
– Seis hijos; cuatro mujeres y dos hombres.
– ¿Todos adultos ya?
– Adultos, tengo 18 nietos, 3 bisnietos, hay una familia bien constituida… bien buena.
– Ahora se viene a unir al club del ‘Pequeño’ González, ¿algún mensaje a las nuevas generaciones de trabajadores que vienen en la municipalidad?
– Que hagan la pega bien nomás, que sean honestos, honrados, porque uno se debe a la ciudad, ese es el mensaje que les podría dejar yo, que hagan la pega, que se comprometan, que se pongan la camiseta como se decía antes, por la municipalidad y por su gente, los habitantes.
– ¿Es lindo trabajar de servidor público?
– Bonito, es una experiencia linda, aprende mucho uno, es una cosa inolvidable, es una linda experiencia ser servidor público. También hay que tener vocación, hay que tener eso de ser servidor público, como fui destacado yo por ahí una vez, me destacaron como servidor público, porque eso es uno, eso es el funcionario.
– Al finalizar, ¿alguna anécdota, por ejemplo que haya quedado sin bencina, se le haya olvidado algo?
– Una vez que se quedaron las llaves adentro en Valparaíso, cerramos todo y quedaron las llaves adentro del vehículo (se ríe). Afortunadamente habían otros colegas de otras alcaldías que ellos me ayudaron y abrimos la cosa. Esa fue la experiencia que más me hizo transpirar, porque imagínese, cierro todo, se quedan adentro y la autoridad está por llegar, ¿cómo lo hago? Menos mal que Dios me favoreció en eso y sacamos adelante el sufrimiento ese, que iba a llegar y no estaba listo el auto. El chofer tiene que estar siempre atento y apresto a cualquier momento arrancar. Yo creo que eso fue lo más terrible que me pasó, las otras fueron puras anécdotas buenas… muy buenas.