Unas trescientas personas participaron de la marcha organizada para celebrar el Día del Trabajo. La columna partió en Avenida Yungay con calle Prat, desde donde desfilaron hasta la plaza de armas de la ciudad.
La marcha fue encabezada por un grupo de bailes religiosos que amenizó todo el recorrido hasta ingresar a la Catedral.
Llamó la atención la gran cantidad de jóvenes que participaron de esta marcha que efectuó un recorrido por la plaza de armas de San Felipe, mostrando distintas pancartas con leyendas a alusivas a las instituciones que participaron en esta actividad.
En la plaza cívica fue instalado un escenario donde se presentaron varios grupos musicales, además de pronunciar discursos alusivos a la fecha.
Uno de los participantes y representantes de los jóvenes, Salvador De Geas, dijo que este día tiene un significado muy especial y ellos como jóvenes estudiantes e hijos de trabajadores, “asumimos nuestra responsabilidad y venimos a fraternizar y adherirnos a la marcha convocada por este primero de mayo”, señaló.
Añadió que a su juicio no han cambiado las condiciones laborales de los trabajadores que son explotados por los empleadores. Especialmente en el caso de los temporeros: “Eso nosotros como estudiantes lo evidenciamos día a día cuando vemos llegar a nuestros padres a nuestras casas”, dijo Sebastián De Gea.
Otro de los representantes que se refirió a la gran participación de jóvenes, Daniel Pastrán, señaló que “claramente la participación organizada del valle es muy importante, la mayoría somos hijos de obreros, temporeros, donde claramente la dignidad de los trabajadores de hoy en día está en el suelo”, sostuvo el dirigente.
Carabineros custodió todo el trayecto de la columna de manifestantes, sin registrarse ningún incidente.
SUELDO ÉTICO
La celebración del Día del Trabajo, como es de costumbre en San Felipe, se dividió en tres partes. Una se llevó a cabo en la plaza cívica, otra en el sindicato Nro. 1 de Taxis, y la última en la Catedral de San Felipe, donde se realizó una misa presidida por el Obispo de Aconcagua Monseñor Cristian Contreras, quien en su homilía señaló que no deseaba ver mas chozas a orilla del río, que todas las personas tienen derecho a una casa amplia, un buen salario que permita vivir a la gente, haciendo alusión al sueldo ético propuesto por la Iglesia como fue de 250 mil pesos.
Otro punto a destacar es la gran prioridad que debe haber al momento de defender el agua, evitar su contaminación.
El obispo aprovechó para felicitar a los trabajadores y llamó a los empresario a compartir sus ganancias, “que los empleadores sean solidarios con sus trabajadores, con los más pobres”.