En un partido extraño, en el que por ratos mostró momentos futbolísticos muy buenos y otros definitivamente malos, el Uní Uní terminó inclinándose de manera muy dolorosa por 2 goles a 1 ante un pragmático e igualmente inteligente cuadro de Santiago Morning.
Para entender el encabezado de esta crónica, iremos desarrollando la misma en sus aspectos más importantes; partiendo por lo extraño del partido.
Cuando decimos esto (extraño), nos referimos a que el duelo jugado en el estadio Municipal de La Pintana, los detalles fueron determinantes en su desenlace final, porque precisamente cuando los sanfelipeños mejor jugaban, y ganaban por la cuenta mínima gracias al gol de Mario Briceño en el minuto 15’, el juez Claudio Díaz cobró en el 35’ un penal a favor de los microbuseros. Independiente que el cobro del hombre de negro fue y es completamente criticable, porque significó el empate (Ortega) del rival, no puede dejarse pasar por alto, que desde ese instante los sanfelipeños literalmente se fueron del partido, y solo después del descanso lograron entrar nuevamente en él. Lastimosamente, la parte mental terminó permeando mucho a los de Cavalieri, que simplemente se quedaron sin ideas.
En el fútbol suele decirse que es muy importante sacar provecho de los buenos momentos, para que los malos no tengan incidencia en el resultado final. San Felipe tuvo 30 minutos excelentes, en los cuales se hizo del control del juego. Es ahí donde se hace presente la crítica a la actuación de los aconcagüinos, que dejaron en evidencia que por ahora son irregulares, al no verse lo suficientemente fuertes en lo mental, y compactos en lo futbolístico como para haber sostenido el dominio sobre Santiago Morning. Bastó un yerro arbitral para cambiar el curso de las acciones.
La derrota fue dolorosa. Eso es indudable, primero porque fue en la última jugada del pleito. El cabezazo de Damián de Hoyos cuando se jugaba el séptimo minuto de adición, se sintió como una bofetada muy fuerte en el rostro de los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y toda la fanaticada albirroja que ya se conformaba con el empate.
Dolorosa fue también, por el hecho que los capitalinos estaban con un hombre menos debido a la expulsión de uno de sus jugadores. A eso hay que agregar que dolió también verificar que cuando van ya cinco fechas del torneo, aún existen dudas del técnico en la forma de disponer de los jugadores. Claramente llamó la atención ver a Ignacio Meza jugando por una de las bandas de la zaga, o Nahuel Luján más preocupado de defender que atacar. Tema aparte fueron los cambios que claramente terminaron debilitando al equipo.
Hay cosas que no son subjetivas. Una de esas es que a este Unión San Felipe se le exige y exigirá más. Esto porque cuenta con un plantel más que interesante con elementos que están lejos de terminar sus carreras y que dentro de sus características se encuentran el que son de ‘buen pie’. Luján, Espinoza, Valenzuela, Jara, Herrera, Briceño, son algunos ejemplos de lo que afirmamos.
Este traspié, que es el tercero del campeonato, obliga a los sanfelipeños a levantar cabeza ante Santiago Wanderers, en el encuentro que el martes 21 se jugará en el estadio Elías Figueroa de Valparaíso.