Desilusionada del sistema de atención pública de salud y particularmente de la atención del Hospital San Camilo de San Felipe, dijo estar la vecina identificada como María Herrera Caballero, quien luego de someterse a una operación de cataratas, a fines de octubre, todavía no puede ver, pero lo que es peor, ahora le dijeron que requiere de un trasplante de córnea. Según señaló, en octubre de 2013 fue llamada desde el establecimiento asistencial para someterse a una operación de cataratas. Ese día fue operada ella y otras dos personas, al cabo de lo cual se le informó que debía acudir a controles periódicos.
A la semana de la cirugía, María Herrera asegura que no tenía ningún avance en cuanto a la visión, y así fue al siguiente y al tercer control, sin recibir mayor información de parte de la doctora que le atendió, de apellido Oliva, quien solamente se limitó a decirle que esta situación era normal. Fue así que al no registrar ninguna mejora, María Herrera consultó a un médico especialista de Santiago, quien tras someterla a varios exámenes, le dijo que el daño que presentaba en la córnea era significativo y por lo tanto, requiere de trasplante.
«No hubo al principio ningún problema, porque todo salió rápido. El grave problema que tengo yo, es que el 24 de octubre me operaron y hasta el día de hoy, no veo con un ojo. Producto de esto un sobrino mío me llevó con el médico a Santiago, para tener otra opinión, y me dijeron que con la operación de cataratas, me habían dañado la córnea», señaló Herrera. Precisó que la profesional le recetó una serie de medicamentos, no obstante en caso de no mejorar, tendrá que someterse a una cirugía de trasplante de córnea.
«Eso para mí son palabras mayores, porque yo no tengo los recursos para un trasplante. Estoy desilusionada del hospital, donde fui a tres controles, pero no fui más, porque me dijeron que no podían decirme cuánto tiempo demoraría», expresó la vecina sanfelipeña. Si bien la señora María no habló de negligencia en este caso, manifestó que las respuestas y la atención recibidas en el San Camilo dejan mucho que desear.
«Lo mío es súper lamentable, a mí me tiene súper bajoneada, me tiene mal, porque uno no tiene dinero para ir a una clínica y recibir un buena atención», indicó a Diario El Trabajo. Su marido en tanto, decidió acercarse a Radio 10 y Diario El Trabajo para hacer pública su denuncia, indignado por este hecho que afecta sobremanera la calidad de vida de su esposa y que, de traducirse en una cirugía de trasplante de córnea, significará probablemente un gasto altísimo de recursos. Cabe consignar que hasta el cierre de esta nota el Hospital San Camilo no se había pronunciado acerca de este caso.