Erika Gallardo, mejor amiga de la profesora:
Ayer se realizó una manifestación pacífica en la alameda Yungay para pedir justicia por la profesora Sandra Pizarro Jeria, donde participaron varias mujeres, entre ellas la mejor amiga de la docente, Erika Gallardo, quien al conversar con nuestro medio dijo que estaban reunidas ahí para hacer presión para «que las autoridades pongan más energías porque esto está muy lento, queremos saber la verdad. Bueno yo la encontré y mi amiga estaba agredida, estaba golpeada, y queremos saber si él tuvo participación o no, por eso estamos marchando pacíficamente, porque queremos que las cosas se apuren. Yo no entiendo por qué todo es tan lento, ¿qué están esperando, que mi amiga fallezca para que la cosa se apure?. Eso estamos exigiendo, que se haga justicia por todas las mujeres que puedan venir más adelante, y cuando una mujer haga un reporte de violencia, aunque ella lo vaya a sacar, que haya una ley que eso no se saque, que quede ahí, porque ella ya había sacado esas denuncias y lo ideal es que no las puedan sacar, que exista una ley que no se puedan sacar esas denuncias», señaló.
– Usted tenía las llaves del departamento de Sandra. ¿Cómo se recuerda ese momento?
– Fue atroz, cuando subí la escalera para abrir la puerta, mi corazón latía a mil, tenía un nudo en mi estómago porque no sabía con qué escena me iba a encontrar, porque yo sabía que no era algo bueno, y cuando logro entrar y veo a mi amiga tirada en el suelo en su pieza, para mí fue muy chocante, salté arriba de mi amiga para tocarla si estaba viva. Mi amiga efectivamente estaba viva, estaba bien, o sea no hablaba, pero abría los ojos. La toqué, la abracé y le dije: ‘Negrita, ¿alguien te hizo algo? Mi amiga solamente balbuceaba, no podía hablar y ella tocía mucho, no sé por qué. Yo la toqué por todos lados y no tenía más heridas que se puedan ver a simple vista, porque no le sacamos la ropa para ver si tenía contusiones o algo más, y se la llevaron inmediatamente al hospital. En el hospital verificaron que tenía más heridas en sus piernas parece.
– ¿El velador estaba movido algo así?
– El único desorden en el departamento era un velador que estaba en el suelo, nada más, no había ningún tipo de desorden, ni siquiera que habían entrado a robar, no nada de eso.
– ¿La chapa de la puerta forzada?
– Nada de eso, e incluso estaba con llave, yo cuando metí la llave para abrir estaba con llave.
– ¿Qué se sabe del estado de salud a esta hora, 11 de la mañana (de ayer), cuál es la posibilidad de evolución?
– Yo recién hablé con su hermana Leyla y me dijo que a las once el doctor la iba a examinar, la iba a ver e iba a dar el reporte médico para ver si había un avance o seguía en las mismas condiciones. Después de las 11 vamos a saber cómo sigue, hasta el momento estamos ahí, a la espera.
– ¿Qué piensa usted que pasó?
– Yo pienso que él le pegó, yo no puedo acusar, yo no tengo las pruebas, pero lo que yo creo en mi corazón fue él que le pegó y se le pasó la mano.
– Como mejor amiga, ¿qué le decía?, porque hay tres denuncias, ayer su hermana Leyla dijo que ellos le decían que lo dejara, que conversaba con usted porque a veces se tiene más confianza con una amiga que con la propia familia.
– Bueno yo hablé con ella, le dije: Negra, qué estás esperando si este ‘gallo’ no te mató esa vez, en el paseo que hicieron a la playa, para la otra no la vas a contar. Yo no quiero verte salir en la tele que eres una más, entiende por favor, ese ‘gallo’, es loco no te conviene. «Pero es que amiga -me decía- es que hay sentimientos». Sí, yo entiendo, pero nadie se muere de amor amiga, nadie, es tu vida, entiende Negra, le decía yo. Y cuando yo hablé con ella el miércoles, ella me confirmó que el martes el ‘gallo’ estuvo en la casa, es más, ese día cuando encontramos a mi amiga, yo le hablé a la vecina de ella y le dije: Vecina, ¿cómo no escuchó nada usted?. «Noo -dijo la vecina- yo escuché miércoles para jueves de madrugada escuché la voz de un hombre que le decía ¡cállate!…¡cállate déjame dormir!, escuchó un gemido y que la señora mandó a buscar al guardia y que él golpeó la puerta, al ver que no salió nadie el caballero se fue y quedó ahí eso, la vecina confirmó que escuchó la voz.
– Penosa la situación, si le hubiera hecho caso a usted de dejarlo, pero eso porque la hermana decía que la seducía.
– Sí, la seducía, le decía que nunca más (…) Que ellos se querían, que no podían terminar una cosa así, pero cómo, yo le decía: amiga, el amor no duele, el amor no daña, entiende eso no es amor.
– Quizás de repente ella no hizo caso porque estaba muy enamorada.
– Yo creo que sí, era como un amor medio tóxico, un amor medio extraño… no sé.
– ¿Terminaban, volvían?
– Sí, sí, pero todavía el ‘gallo’ iba, hasta el martes fue, o sea todavía se veían.
– ¿Hay esperanzas, Erika?
– Yo tengo todas las esperanzas del mundo que mi amiga vuelva, yo no quiero que mi amiga me deje, no quiero, tengo toda la esperanza en Dios que ella salga de toda esta pesadilla, de este mal sueño, que se haga justicia, o sea yo como su mejor amiga, espero eso.
Importante señalar que el estado de salud de la profesora no ha variado, sigue grave conectada a ventilación mecánica y con daño cerebral de un 43 por ciento.