- Desde la empresa refatucrarán su cuenta por error de lectura y analizarán sus antecedentes para garantizar la recepción oportuna de su boleta.-
María Angélica Tapia Vera, de 72 años de edad, que arrienda una propiedad en calle Diego de Almagro, denunció en Diario El Trabajo el cobro excesivo de agua que está viviendo. Al respecto, señaló que en dos oportunidades ha pagado la caducación de un convenio que realizó con la empresa Esval en el año 2020 y además, acusa que la lectura de su medidor reflejada en los recibos, supera el número que marcan los registros que ha anotado y estudiado desde hace un tiempo de manera personal.
Para contextualizar su relato, la mujer indicó que desde el 2020 hasta mediados del año 2023 se encontraba viviendo permanentemente en la propiedad y que en aquel entonces realizó un convenio con la empresa en cuestión por el atraso en el pago del suministro.
Este año, en dos oportunidades, María pagó la caducación del convenio, uno con fecha 8 de marzo y el otro con fecha 30 de mayo. Sin embargo, por tercera vez volvieron a cobrarle. «Cuando yo me doy cuenta y ellas negaban (funcionarias de Esval) que en el sistema estaba el pago, eso fue la tercera vez, yo no tenía el recibo porque ya habían pasado varios meses, nunca me imaginé que me iban a volver a cobrar, entonces ella me dice ‘si usted nos trae el recibo de pago no tiene validez’.
«Yo fui al banco, no me dieron el recibo porque era imposible; una copia digamos, yo pagué al contado, no la cuidé porque jamás pensé que me iban a volver a cobrar. Ella me aseguraba que en el sistema no aparecía pago, seguían cobrándome, entonces cuando yo le digo, que en el banco si me iban a dar el recibo, la señorita automáticamente me dice ‘¡por Dios! sí, está el pago, aparece’», señaló.
A pesar de haber cancelado aquellas deudas que bordean los 100.000 pesos, hasta la fecha sus boletas siguen llegando con altas cifras de dinero, aún cuando la mujer desde mediados del año 2023 habita la casa esporádicamente debido al trabajo que mantiene.
Sumado a lo anterior, la denunciante nos mencionó que desde hace un tiempo ha prestado mayor atención a los recibos del suministro potable, declarando que existe una diferencia elevada en la lectura del medidor cada mes. (Sobre ello, se adjuntan las fotografías de evidencia de los meses de octubre y noviembre).
«No llevo contabilizado el alto en plata, sino en la cantidad de consumo, ese detalle es el que yo tomo en cuenta, tomo foto del medidor y comparo con la boleta cuántos metros cúbicos están cobrando y siempre es más.
«Ellos me dicen que está bien tomado el estado, porque yo he venido incluso acá para encontrarme con el caballero que toma el estado, para yo preguntarle por qué sucede esto y me dice que tal vez tiene fuga o diga que le vengan a controlar el medidor. Me he acercado a Esval con las fotos de medidor y todo, y ahora me dicen que ya la foto no es válida», dijo Tapia.
Diario El Trabajó consultó a la empresa acerca de la situación de la denunciante. En respuesta a ello, el subgerente zonal de Esval, Rodrigo Lastra, indicó que «ya nos contactamos con la señora María Angélica, para informarle que haremos una refacturación de su cuenta por error de lectura, con lo que la situación quedará normalizada. Además, suspendimos todas las acciones de cobro y corte del servicio».
El ejecutivo también explicó que «respecto del convenio de pago, nuestro equipo está analizando los antecedentes y nos contactaremos nuevamente con la clienta para indicarle los pasos a seguir. Finalmente, estamos revisando nuestros sistemas para garantizar la recepción oportuna de su boleta».
Siendo monitora de la municipalidad, la mujer nos comentó que en su trabajo se da cuenta que varios adultos mayores presentan este mismo problema. «Yo comparto con mucha gente, en mi taller hay muchos alumnos y fuera de ello también yo escucho los comentarios, que se sorprenden o no saben dónde ir, reclamar o alguien que les explique qué les está pasando», manifestó.
A causa de la injusticia que siente María Angelica Tapia por el excesivo cobro, ella dejó de pagar el agua hace cuatro meses aproximadamente. «Yo necesito que ellos me ordenen este tema, yo cuando voy a la oficina veo el trato; o sea, las personas con la tremenda humildad que piden, por favor, que les acomoden las deudas, todos vamos con deuda, pero el trato es horrible, hacen pensar que ya a esta edad a la persona se le olvidó todo; ‘¿está funcionando bien?’, ‘tal vez usted creyó y no pagó’, ‘tal vez usted se equivocó’. Todo es así, no tienen como un especial cuidado, más empatía con las personas adultas, yo pienso que cada oficina debería obligatoriamente tener una atención especial para los adultos mayores», cerró.