Casa Azul llamó a concientizar sobre TEA no solo en fechas conmemorativas

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«El autismo va más allá de un diagnóstico»:

  • En el marco del Día Nacional del Orgullo Autista, desde el centro terapéutico enviaron mensaje a la comunidad respecto a la condición del espectro autista.-

Durante la pasada semana se conmemoró el Día Nacional del Orgullo Autista, especial fecha que busca reconocer las diversas posibilidades y variaciones dentro de la comunidad autista, además de seguir creando conciencia, derribar mitos y seguir comprendiendo esta condición.

En esta línea, el fomento de la inclusión es un trabajo de todos los días, no solo de la conmemoración de esta fecha, la cual se realiza cada año los días 18 de junio.

Desde la Fundación Soñarte o también conocida como ‘Casa Azul’ de San Felipe, centro terapéutico de atención especializada en el trastorno del espectro autista (TEA), aprovecharon la instancia celebrada hace algunos días para seguir concientizando a la comunidad respecto a las diferencias que existen entre seres humanos, la apertura de mente en este tema, así como alejar antiguos paradigmas sobre el autismo.

Erika Chávez, directora de la Casa Azul de San Felipe, se refirió a la conmemoración del Día Nacional del Orgullo Autista, indicando que «para nuestra organización y comunidad siempre va a ser un aspecto más que positivo el que existan instancias para hablar de autismo, como el Día del Orgullo Autista, en que se destaca la diversidad de las personas que comparten esta condición. Se concientiza a la comunidad de un diagnóstico que ya para nada está lejano en el día a día, y quienes viven con él merecen apoyo, comprensión y respeto, más allá de una exigencia, sino que debemos velar como sociedad por la inclusión y por ver las diferencias de cada ser humano como una fuente de riqueza, todos tenemos algo que aportar y no debe ser una limitante un diagnóstico», expresó.

En cuanto a cómo creamos conciencia respecto al TEA, la directora señaló que «bajo la premisa del respeto y la educación respecto al diagnóstico, como una apertura de mente a las diferencias, dejando fuera viejos paradigmas que solo llevan a una connotación negativa del diagnóstico de TEA y las personas autistas. De eso trata el Día del Orgullo Autista, de celebrar estas diferencias como un ser único, en que se requiere de un interés, en preguntar de qué se trata, de escuchar cuáles son las necesidades, de incluir y no encasillar.

«Lo ideal sería que estuviéramos en un constante aprendizaje y difusión del TEA en los diferentes escenarios, ya que las personas autistas son parte de este mundo y no un mundo aparte, como mal se suele pensar, que requieren de más o menos ayuda para poder desarrollarse en su vida diaria. Confiamos en que con la Ley TEA se vaya avanzando, rompiendo barreras y paradigmas, potenciando con ésta la igualdad, inclusión e ir dejando atrás cualquier forma que se pueda dar de discriminación», precisó.

Finalmente, Chávez se manifestó respecto a la conmemoración de este día y el trabajo que aún queda por hacer. «El autismo va más allá de un diagnóstico, de connotaciones o características que le quieran dar, es una constante llena de vivencias, de esfuerzo, de lucha, de una riqueza aún en exploración. Ningún autista es igual a otro y eso es lo bonito y lo desafiante del día a día; lo vemos en cada niño, adolescente o adulto que asiste a nuestro centro, cuando una mirada lo significa todo, aquella primera palabra, aquel objeto de apego que es rarísimo para todo el mundo.

«Cuando las estrellas, dinosaurios o los números lo es todo, cuando trabajas incansablemente por lograr comunicarte y aprender que las palabras no lo son todo. Más que un día de reconocimiento, cada día debe ser de orgullo, porque ponen todo de sí para ser parte de un mundo muchas veces inhóspito, tienen un poder de resiliencia increíble, y su día a día sería mucho más fácil si pudiéramos ver su potencial más allá de una etiqueta, como muchas veces se torna el diagnóstico», reconoció.

Dinámica para niños con TEA en la Casa Azul de San Felipe.
Dinámica para niños con TEA en la Casa Azul de San Felipe.