- Un encuentro con la oración y meditación, donde las creencias y religiones se unen.-
El jueves pasado, el Club Adulto Mayor ‘Los Jubilosos’ de Santa María salió de paseo aprovechando el buen tiempo que se presentaba, adecuado para visitar lugares de interés turístico. Es así, como llegaron al Templo Bahá’í en Peñalolén, un lugar de encuentro para la oración y contemplación de quienes deseen meditar en silencio, sobre todo, pensando en que acoge a todas las creencias y religiones.
UN POCO DE CONTEXTO
De gran tamaño, ubicado en las faldas del cerro, la concurrencia del público es alta. En el cénit de la cúpula, hay un símbolo caligráfico en árabe que dice ‘¡Oh Tú, Gloria de las Glorias!’ La fe Bahá’í enfatiza la unidad de Dios, la unidad de la humanidad y la unidad de la religión, surgiendo en Irán en el siglo XIX. Sus enseñanzas promueven la armonía entre todas las religiones, la igualdad de género, la eliminación de prejuicios y la armonía entre ciencia y religión. No rechazan otras enseñanzas religiosas, sino que creen que Dios ha sido revelado progresivamente a través de los siglos por una serie de mensajeros divinos que incluyen a Krishna, Abraham, Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús y Mahoma; de ahí el uso de diversos símbolos religiosos en la ornamentación de la casa, en forma de Loto.
Creen también, que Jesucristo es una manifestación de Dios, lo que significa que es un mensajero divino enviado para guiar a la humanidad. Lo ven como un importante maestro espiritual que trajo amor, compasión y sabiduría al mundo. Los cristianos creen en la Santísima Trinidad, que es la creencia en que Dios es tres personas en una: el Padre, el Hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo. La Fe Bahá’í tiene esta creencia central en la unicidad de Dios, enfatizando que Dios es una entidad única, unificada e indivisible. Creen que, después de la muerte, la naturaleza espiritual del ser humano pervive y sigue evolucionando en otras esferas de la existencia y, por eso, el objetivo de la vida es desarrollar la vertiente espiritual de la persona, en todas aquellas cualidades que lo acercan a la otra existencia.
De esta forma, este grupo adulto mayor santamariano, sin duda tuvo una experiencia diferente en su salida de paseo, una que más allá de ponerlos a disfrutar, los hizo encontrarse con la fe y de paso, como muy pocas veces, a una que no transgrede los ideales de las diversas religiones que coexisten en el mundo, sino que las une.
