«Que se ponga la mano en el corazón»:
Rosa Pino Saá es una vecina de 56 años de edad, es amputada de la pierna derecha, diabética e hipertensa, además de sufrir de la tiroides. También, ha sido operada tres veces de su ojo derecho; esto, a raíz de la misma diabetes que padece, quedando sin visión en ese ojo.
Movilizándose en su silla de ruedas, Rosa se instala a vender humitas y pastel de choclo en la intersección de las esquinas Arturo Prat con Combate de Las Coimas, pero asegura tener que abandonar constantemente el lugar por no contar con el permiso municipal.
Es por esto, que a través de Diario El Trabajo, pide públicamente que la alcaldesa Carmen Castillo Taucher ‘se ponga la mano en el corazón’ y le otorgue un permiso para comercializar en regla sus productos en ese lugar, el cual es muy concurrido.
– ¿Cuál es el drama que está viviendo?
– Mire, en estos momentos me encuentro discapacitada, tengo cero visión del ojo derecho. He mandado varias cartas a la alcaldesa, pero me mandaron para Santo Domingo donde no pasa público y no me quieren dar un permiso acá, siendo que no molesto a nadie. La señora del frente tiene sus productos, su clientela y yo igual. Aquí no hay peleas, no hay nada, pero es imposible que me lo den y me echan, me corren, que ‘camine’. Entonces, necesito trabajar, vender mis productos, porque la jubilación no me alcanza para nada.
– ¿Qué vende usted?
– Yo vendo humitas y pasteles de choclos, yo misma los hago. Llevo de diciembre acá y nunca he recibido un reclamo de mis productos, que están vinagres, descompuestos ni nada, puras felicitaciones nomás. Yo le pido a la señora alcaldesa, que por favor se ponga la mano en el corazón, como ella es mujer, que me dé una oportunidad acá para trabajar.
Rosa es consciente que, por la fabricación de alimentos, le deben pedir una resolución sanitaria. «Sí, también, pero me dicen que primero debo tener el permiso municipal», indica.
Eso le dijeron en la Autoridad Sanitaria según su versión, «porque me dijeron solamente que vendiera verduras y cosas así, pero si usted pregunta por acá, nadie tiene resolución sanitaria ¿me entiende? A ella le venden las humas, yo no, las hago en mi casa», expresó.
– ¿Pero usted fue a la autoridad sanitaria?
– Sipo, allá en la municipalidad quedaron los papeles ¿me entiende? Quedaron los papeles, pero no hay caso, he mandado dos cartas. Tengo el 12 de junio audiencia con la alcaldesa, pero no creo que me vaya a recibir, porque ya lo intenté antes y fue nulo.
Finalmente, la comerciante asegura contar con una pensión de 200 mil pesos, de los cuales 150 mil pesos se van solo en arriendo.
