Este domingo 18 de mayo, el padre Luis Felipe Vergara ofició su última misa en la Parroquia Andacollo, ubicada en Avenida Diego de Almagro. Esto, debido a que será trasladado a la ciudad de Los Andes a seguir con la misión.
La misa, se desarrolló bajo un lleno total del templo, donde los feligreses llegaron no solo para escuchar la palabra, sino que también para despedir a su sacerdote, el que estuvo seis años a cargo de la Parroquia Andacollo.
Durante su homilía, el padre Vergara recordó su llegada desde Longotoma en Valle Hermoso, haciendo especial énfasis en que fue acompañado por bailes chinos, los mismos que fundó en la Parroquia Andacollo.
En medio de la ceremonia, las servidoras del comedor solidario le hicieron un pequeño presente, al igual que representantes de la comunidad. En esta línea, antes de finalizar la misa integrantes de bailes chinos le dieron una despedida como corresponde, preparando una especial coreografía.
Antes de incorporarse a un coctel preparado por la comunidad, Luis Felipe Vergara se dio un tiempo para conversar con Diario El Trabajo, recordando a su padre, Pedro Vergara Lámeles, «donde mi padre trabajó tantos años de su vida, de su historia».
SE VA AGRADECIDO DE DIOS Y LA VIRGEN
«Mira agradecido de Dios, de la Virgen y de esta comunidad de Andacollo. Soy sanfelipeño de corazón y he podido servir estos seis años. Especialmente agradecido de Dios, porque nos hizo ser un signo muy hermoso de amor en la pandemia y volver a la ciudad, esta hermosa y gran fiesta de Andacollo con toda su grandeza, su colorido, su festividad… yo me voy feliz», precisó.
Una de las anécdotas que el padre comentó durante la ceremonia, tuvo que ver precisamente con su llegada desde Longotoma, con un grupo de baile religioso que lo acompañó hasta San Felipe. «(Fue) cuando llegué a esta parroquia y aquí, durante este tiempo fundamos este baile, y ellos me despiden junto a esta comunidad», añadió.
– ¿Los sacerdotes dejan algún legado o no?
– Nooo.
Le gustaría que la comunidad lo recordara como un sacerdote que ha podido acompañar a la comunidad durante todos estos seis años, «así como otros grandes sacerdotes que han estado aquí. La Virgen no se las puedo legar, porque me la legaron y me engrandecieron más a mí, pero pude acompañarles y contar con ellos», culminó.
