- «El mensaje a la comunidad es que la gente sepa atravesar a la vereda del frente, donde hay niños que necesitan y que lamentablemente están sufriendo una enfermedad catastrófica».-
El pasado sábado 17 de agosto, la organización sin fines de lucro, Clownrisas Aconcagua, cumplió siete años de servicio, alegrando y ayudando a aquellos niños que viven con enfermedades o condiciones de salud dramáticas. También a adultos mayores que necesiten productos de higiene personal y acompañamiento.
El colectivo se constituyó formalmente en Llay Llay, lo que les permite recibir subvenciones municipales para costear implementos propios para sus actividades, por ejemplo, tutús, poleras y narices de payaso.
Clownrisas además de animar, también realiza salidas formales en las que dan charlas motivacionales o reuniones.
Actualmente hay 53 socios inscritos y 25 activos de distintas profesiones y oficios que dedican parte de su tiempo para aportar un ‘granito de arena’ con apoyo emocional, pero también económico a través de la venta de tapitas recolectadas en estructuras en forma de corazón que están en distintos puntos del Valle.
Diario El Trabajo se acercó a Pamela Cortés, directora de la agrupación, para conocer la historia y labor de este equipo de voluntarios.
– ¿Cómo comenzó Clownrisas?
– Nosotros tuvimos varias instituciones antes de ser ‘Clownrisas’. Fuimos ‘Pinta Sonrisas Chile’’ también eran payasitos de hospital y hacíamos la misma labor, pero las ayudas eran a nivel nacional. En ese tiempo había una mamá que su hijo (Tito Araña) estaba padeciendo de cáncer y ella comenzó con esta labor de hacerlo en el Valle del Aconcagua. Empezamos como ‘Tito Araña’, después de un tiempo Tito partió y la mamá se dedicó a otras cosas. Entonces decidimos hacerlo como ‘Clownrisas Llay Llay-Catemu’. Desde ahí comenzaron los siete años. Nos dimos cuenta que había mucha gente que quería ser parte, la integramos y nos convertimos en ‘Clownrisas Aconcagua’, lo que somos ahora.
– ¿Cuál fue la motivación inicial de este proyecto?
– Esto viene de la motivación de ser payaso de hospital. Es un payasito que va a la sala de hospital a alegrar un ratito a la persona que está enferma. Nosotros somos seguidores de Patch Adams (médico estadounidense, padre de la ‘risoterapia’), la línea de él es alegrar un momento de tristeza en una sala de hospital a quien lo esté pasando mal, nosotros llegamos con nuestros colores, alegría, música y un regalito. Después pasó que había niños en el Valle de Aconcagua que estaban con cáncer. Entonces no salen de su casa y hay que tener cuidados especiales con ellos. Decidimos hacer visitas a los niños en sus casas, celebrar cumpleaños, regalitos y mandarles fuerzas.
Lamentablemente vino la pandemia y ‘Clownrisas’ salió de los hospitales. Igualmente los niños necesitaban de apoyo. Empezaron a viajar en autos particulares, mucho ayudó el Servicio de Salud, pero necesitaban más. Ahí nos enfocamos en el tema de las tapitas. Esto partió dentro de los siete años. Antes teníamos tambores y botellas hasta que llegó Gaet Ingeniería de don Juan Carlos Gaete, él nos ayudó y nos aportó con los corazones que tenemos en las avenidas de San Felipe, Los Andes, Llay Llay, Panquehue y Catemu. Nosotros las recolectamos, las guardamos harto tiempo. Hay que hacer muchos kilos para poder salir y aportar. Cuando estas tapitas logran venderse, nosotros las vendemos a un reciclaje en Santiago, el dinero que llega lo transferimos a los niños que están en cuidados. Dejamos dinero para comprar cosas para hacerle once a los abuelitos de los hogares, que están abandonados o en situación de abandono en los hospitales, a ellos les llevamos cosas concretas, pañales, toallas húmedas, etc.
– ¿Las actividades cada cuánto las realizan?
– Nosotros tenemos actividades de ingreso hospitalarios mensualmente, a los del Valle de Aconcagua: Putaendo, Los Andes, San Felipe y Llay Llay. Todo depende de cómo esté, por ejemplo, hay veces que queremos ingresar, pero no se puede porque hay virus.
Cuando se venden las tapitas nosotros aparecemos en los hogares porque ahí tenemos los recursos para ir a hacerles sus fiestas. A veces juntamos de nuestro bolsillo y nos organizamos.
– ¿Cuál es el mensaje que busca dar Clownrisas a la comunidad?
– El mensaje a la comunidad es que la gente sepa atravesar a la vereda del frente, donde hay niños que necesitan y que lamentablemente están sufriendo una enfermedad catastrófica. No solamente cáncer, hay muchas enfermedades cerebrales. Esa familia siempre necesita aporte. Cuando hacemos un pedido de ayuda, esperamos que la gente nos apoye, porque nosotros hacemos nuestro tiempo para visitar a estas personas, esos niños que necesitan de tanto cariño y amor. En nuestras redes sociales siempre estamos pidiendo ayuda, depende de las misiones que nos imponemos; por ejemplo, ahora nosotros ya nos empezamos a enfocar en que se viene La Teletón. Nosotros hacemos La Peluchetón, el año pasado entregamos 380.000 pesos en aporte de Clownrisas solamente con peluches, así que este año ya empezamos nuestra campaña.
Para continuar apoyando este proyecto autogestionado, las personas pueden seguirlos en su Facebook e Instagram, y también contactarse al número +56 9 7887 4691 de su directora Pamela Cortés. Además pueden donar útiles de aseo o de cuidado personal para adultos mayores.
Jacqueline León