Cuando queda cada vez menos para que nuestra comuna -al fin- tenga nuevamente una pileta en su Plaza de Armas, Diario El Trabajo conversó con Wilson Yáñez, dueño de la empresa constructora ‘Nuevo Sol’, encargada de construir esta esperada estructura por la comunidad.
Entre una espera extremadamente larga respecto a los plazos que se anunciaban en un principio, y la justificable disconformidad de los vecinos y vecinas, Yáñez explicó en detalle los pormenores de esta iniciativa.
Al respecto, comentó que «este es un proyecto no menor, es una obra de arte, que no es lo mismo que una reparación de un colegio una multicancha. Esta es una cosa distinta, totalmente nueva, es prácticamente hacer como un edificio, porque primeramente que nada, de la pileta antigua se tuvo que sacar todos los cimientos, todo lo que conllevaba las anteriores, que fueron como dos o tres. De hecho, se excavó como dos o tres metros para abajo, saliendo alrededor de 340 metros cúbicos de escombros. De las piletas anteriores, por ahí nacen los primeros inconvenientes, porque hubo que hacer como un tratamiento que duró unos dos meses para el tema de la humedad», señaló.
Además del dinero, para ellos se transformó en un verdadero desafío, porque saben la importancia que tiene para la comunidad e inclusive para el Valle del Aconcagua. Encontraron algunas inconsistencias en el proyecto, pero eso se debe ir mejorando en forma conjunta con la unidad técnica de la municipalidad y también con el Gobierno Regional, porque el financiamiento viene de allá.
Admite que ha sido un proceso bastante engorroso para ellos, «pero les puedo dar con hechos que ya estamos prácticamente en la etapa final y no la podemos cerrar, porque nos faltan tres palet para terminar la instalación de las baldosas y eso no dependen de mí ni de la municipalidad, depende del fabricante», añadió.
Sobre tanta demora para la realización de esta obra, dijo que parte por la demolición de la anterior pileta, donde tuvieron que mandar hacer productos definidos. «Ahí quiero hacer un paréntesis, porque cuando tuvimos las primeras reuniones con la unidad técnica de la municipalidad. ellos nos recomiendan ciertas cosas; como con quien tenemos que tomar contacto por el tema de las bombas, con algunos proveedores que a ellos les parecen y algunos que pueden ejecutar. Dentro de esos artesanos, trabajadores de la zona, dentro de esos estaban los trabajadores del cementerio, ¿por qué? Por el tipo de terminación que al final se requiere y viene escrito. Y después usted se encuentra con la realidad de que eso nada existe; de hecho, tomamos contacto con algunos y por ahí empezamos a salir al mundo como decimos y efectivamente fue así, a buscar los especialistas a parte de nuestra gente, pero definidos, porque este es tipo de granito perdido con cuarzo cal después tiene que pulirse; todo un tema».
En cuanto a la parte eléctrica, explicó que la llaman sala de bombas, pero es como una mini subestación ubicada debajo de la pileta. Era pequeña y se tuvo que agrandar, se encontraron con una pequeña acumulación de agua que se tuvo que sacar. Adentro hay siete bombas más tableros eléctricos con los comandos digitales.
«Ahí también hubo dificultad, porque también por recomendación de la municipalidad nos pusiéramos en contacto con algunos proveedores que ellos estimaban convenientes, porque estos son proyectos que la municipalidad de una u otra forma los viene trabajando por años. Nosotros nos ponemos en contacto con los proveedores que dan las confianzas para todo ese tipo de cosas, pero nos encontramos que ellos tenían una parte del proyecto nomás.
«Ahí nos empiezan a decir que algunos productos estaban en Chile y otros no, como son los focos RGV (que están en la pileta y que van cambiando de colores por la noche), esos no se hacen en Chile. Yo tengo unos contactos en España donde los mismos proveedores nos recomendaron y algunos son representantes en nuestro país, pero igual, aunque no quisiera, igual se demoraban tres meses en traerlos, aparte de dar el 50% de pago», estableció.
En cuanto a pagos, Yáñez asegura que el último recibido por parte de la Municipalidad de San Felipe fue en enero y que correspondía al del mes de diciembre. Por tanto, han debido seguir trabajando con recursos propios. «De hecho, hay bastante plata adentro que a nosotros nos sirve harto en este momento, inclusive para pegarle el toque final a la obra», reconoció.
Actualmente la obra va en un 96% de avance.
– O sea, ¿ustedes tuvieron que tener espaldas económicas, porque vemos gente trabajando?
– Es que cuando uno se mete en estas cosas uno sabe que la cuestión es así, ¿por qué? Porque es harina de otro costal, las municipalidades igual tienen sus tiempos para pagar, igual se demoran bastante en aprobar los estados de pagos y a las finales pagar, y como son platas del Gobierno Regional, se demoran más. Ahí hay un problema bastante serio para las empresas en general, ahí les llamo que los Gobiernos Regionales andan trabajando al ‘fiado’, porque nosotros somos los que tenemos que financiar los proyectos y después ellos nos pagan.
– En ese intertanto usted podría quebrar
– Claro, hay muchas empresas que quiebran.
– Pero le vuelvo a reiterar, usted ha tenido las espaldas económicas para seguir con la obra
– Correcto, pero aparte de eso es gestión también, eso significa que no podemos depender solamente de una obra.
– Don Wilson, para terminar y agradecer, ¿qué le podemos decir a la comunidad de cuándo ya va a poder venir a disfrutar de la pileta que ha sido una verdadera teleserie?
– (Se ríe) De las teleseries buenas. Si me permite, yo le mandaría primero que nada, un mensaje a la comunidad que tengan confianza y segundo, estos proyectos de este tipo y en general, tenemos que creernos entre nosotros, porque aquí todo está transparente de acuerdo a lo que se exige en las bases de contratos. Ahora es cierto que los tiempos han sido largos, eso es verdad, no lo podemos desconocer, pero por el medio ha habido problemas técnicos y además que dependemos de otros proveedores, tanto nacionales como internacionales y lo otro, que la gente va a disfrutar, esperemos más allá de una semana real, porque en este momento se están haciendo las pruebas finales.
«Anoche (martes) se hizo una muy importante y por ahí nos encontramos con un detallito muy pequeño, que son filtraciones muy menores de cañerías; fijar bien los focos y el frague que es la parte final. La gente va disfrutar de una obra de arte, igual hago un llamado a los medios de comunicaciones y las redes sociales que son muy buenas, la tecnología en general, pero cuando mal se usa y desinforma todo sale perjudicado. Nosotros somos una empresa de la zona, en la cual más que la plata nosotros le tomamos cariño a este proyecto, lo hacemos nuestro. Creo que hay muy poca gente que le tiene tanto cariño como nosotros a este proyecto y la plata llegará cuando llegue, pero en este momento a nosotros nos interesa que el proyecto salga de buena calidad más que a tiempo.
«Nosotros hemos recalcado de hecho tenemos los oficios que nos respaldan en eso, que cuando en enero por ahí nos dimos cuenta que había problemas con los proveedores de la baldosa, no porque sean malas ni mucho menos o irresponsables, lo que pasa es que la empresa tiene otras demandas que son mucho más grandes. Aquí son alrededor de 300 metros cuadrados de baldosas, pero ellos tenían compromisos muchos mayores, de 10, 20, 30 mil metros cuadrados de otros hospitales en el país. Estamos trabajando con una empresa grande, que es obvio que nos ponen a la cola, pero yo a la comunidad y en general a los medios de comunicación, redes sociales, nosotros estamos abiertos a darles toda la información, mostrar y el que sabe un poquito más preguntará más, el que sabe menos preguntará menos. Pero al final la gente no tiene por qué ser especialista, quiere ver el resultado, pero el resultado es bueno tienen que tener un poquito de paciencia, porque esta obra nunca ha estado botada, no tiene materiales ni de segunda ni de tercera calidad, tiene de primera», concluyó.

