- La llamada ‘operación salvación’ partió de la mejor manera.-
Ni al más optimista hincha del Uní Uní, se le había pasado por la cabeza una actuación tan contundente y sólida como la del sábado pasado. En el reinicio del torneo B fútbol chileno, la escuadra albirroja simplemente barrió a un conjunto loíno que solo por pasajes y arremetidas individuales provocó contratiempos. El 3 a 0 final fue una expresión numérica real de lo que sucedió en el gramado del Estadio Municipal.
Fuertemente condicionados por su ubicación en la tabla de posiciones, el team comandado técnicamente por Francisco Palladino, no tenía (ni tiene) margen para enredar puntos como local. Fue así que desde el pitazo inicial dado por el árbitro José Cabero, se hizo del control del juego, evidenciando desde el principio que quería los tres puntos, mientras que Cobreloa daba claras señales que le gustaba mucho el empate, por lo que cada vez que contaban con el balón, tendían a ralentizar el juego. Por su parte los aconcagüinos, hacían todo lo contrario, al imprimir mucha velocidad y dinámica en su accionar.
En actuaciones de alto nivel, como fue la de hace 48 horas atrás, no se hace simple el ejercicio de buscar puntos altos por sobre otros, pero sin lugar a dudas que la clave del triunfo estuvo en el gran trabajo del mediocampo unionista. Claros y pulcros en la salida, además de fieros a la hora de marcar y cortar las líneas de pases de los mineros, Bryan González y Axel León, se encargaron de disponer el ritmo de las acciones.
Los sanfelipeños debieron esperar hasta el minuto 38 para asestar el primer golpe a los mineros, y fue Vicente Álvarez el encargado de los desatar los primeros abrazos tras despacharse un remate no muy potente, que al desviarse en la humanidad de un defensor naranja, dejó sin ninguna opción al arquero Hugo Araya.
La apertura de la cuenta dejó en evidencia que Cobreloa no contaba con un plan B, por lo que desde ese instante se hicieron evidentes las diferencias entre uno y otro equipo. Fue así, que en la segunda etapa crecieron las distancias futbolísticas, y en una jornada de canteranos, el volante central Pablo Rodríguez, se convirtió en la figura del encuentro al anotar un doblete que de seguro recordará por siempre.
A los 78’ y 83’ el centrocampista le dio características de goleada a una victoria que ilusiona con que Unión San Felipe podrá salir del fondo, y una vez más, por segundo año consecutivo, hacerle una finta al temido ‘fantasma del descenso’.


