Denuncia haber quedado lisiado tras operarse en Hospital de Los Andes

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Extrabajador de la Construcción:

Samuel Amalet Muñoz Navarrete ‘era’ un trabajador de la construcción que ahora no puede hacer nada debido a las consecuencias en su mano izquierda tras tres operaciones por diversas fracturas. Denuncia públicamente o responsabiliza de su tragedia a un médico y al hospital de Los Andes.

En su relato dice que a fines de agosto de 2016 tuvo un accidente, «donde yo me caí y me fracturé el húmero y tuve una fractura expuesta y múltiples fracturas en la muñeca  de mi mano. De Santa María me llevaron altiro a Los Andes, ahí me hospitalizaron. Después de unos días me operaron al mismo tiempo de las dos partes. Luego de la operación me quedé en control con el doctor Soza, quien participó de la cirugía también junto con el doctor Peña.

«En septiembre el doctor Soza me dio una atención donde me envió a fisioterapia, después me atendió en noviembre y el 29 de diciembre me dijo ‘ya, yo quedo hasta aquí, digamos la parte ósea ya está lista, consolidado, tú sigues con fisioterapia y cuando se termine vienes para darte más’. Pero yo me sentí mal en enero y le dije a la fisiatra que me sentía muy mal del brazo, ahí ella me dijo ‘trata de ver al médico’. Y fui a verlo, mientras la propia fisiatra me indicó que iba a llamar por teléfono ‘para que te atiendan porque no veo bien esta fractura del húmero’, me dijo».

Cuenta que la fractura de su muñeca ya había consolidado totalmente, pero su húmero no, por eso «fui a ver al doctor Soza, quien me respondió que conmigo ya había terminado: ‘esto está listo, yo si es por verte el brazo y todo eso, ven cuando ya te vayan a terminar las terapias para darte más, pero ya el hueso está consolidado’. Me fui  conforme porque me dijo que ‘fue grande la fractura y todo lo que te pasó, así es que te va a costar, va a ser harto tiempo, con dolor, pero vas a mejorar’, me dijo».

 

CONCURRE A EMERGENCIA

«Después yo fui a emergencia, donde me vio el doctor Pinochet y me preguntó cuándo tenía control con mi médico. Le respondí que el médico me dijo que en la parte ósea estaba listo, me dio inclusive casi el alta, que sólo volviera para darme fisioterapia. ‘No -me dijo-, tienes un problemas que él debe solucionarte, tienes que ir a verlo’. Fui a verlo el día 01 de febrero, donde me señaló ‘oye, de nuevo tú vienes acá, entiende que ya la parte mía la terminé, sigue con las fisioterapias, te dije que cuando se te terminen ven para darte fisioterapia’. ‘Doctor , usted me dio el alta y nunca me sacó radiografía’. Me respondió: ‘no necesito sacar radiografía para saber en cuanto tiempo consolida un hueso’. ‘¿Es decir usted no me atiende más por el tema de la fractura?’. ‘No’, me respondió».

 

SERVICIO DE SALUD ACONCAGUA

Ahí le contó al doctor Soza que había concurrido a emergencias, donde el doctor Pinochet le comunicó que tenía un problema que él tenía que solucionar; «‘usted dos veces se ha negado a atenderme. Yo en estos momentos lo voy a denunciar’. Y fui al servicio de salud en San Felipe, donde hice un escrito con todo el reclamo y a los 11 días me llegó una respuesta de Los Andes, era NO a mi reclamo ya que el doctor Soza me había atendido en todos mis controles con radiografías», señala.

Acto seguido tomó todos esos documentos con las respuestas y se fue a Los Andes, «y les dije de qué radiografías ustedes me hablan si nunca me han sacado», señala.

Pues bien, la persona consultó a rayos para verificar si existía algún antecedente de ese departamento sobre su caso; «esperamos 10 minutos y me dice ‘tiene razón, él (Doctor Soza) no le ha sacado ninguna radiografía, nos mintió… es una falta’, me dijeron».

Lo hicieron esperar una hora, luego de este tiempo le comunicaron que le tenían una atención con el doctor Soza, respondiendo que se negaba a ser atendido porque no quería nada más con ese profesional. Ahí le preguntaron qué pedía, «que me cambien el médico y me vea el problema que tengo».

Entonces lo mandaron con el doctor Peña, quien le dijo que se fuera a rayos para  ver qué sucedía. «Cuando volví me dijo: ‘No, no hay ninguna consolidación en el hueso, es retardo’. Me dice ‘yo podría meterte inmediatamente a pabellón, pero no depende de mí, hay una persona encargada de quién va a pabellón y quién no», dice.

A todo esto ya han transcurrido dos años y medio cuando recién lo llamaron para una segunda cirugía, la cual no resultó; «esto fue en enero del 2019, para agosto, septiembre ya tenía la plaza suelta, abierto el hueso unos centímetros. Yo pedía que vieran porque no estaba pasándola bien».

 

VUELTA AL SERVICIO DE SALUD ACONCAGUA

Fue nuevamente al Servicio de Salud Aconcagua, donde presentó la radiografía. Desde ahí llamaron «pidiendo que por favor vieran mi caso porque realmente veían el brazo mal, notaban que la fractura estaba abierta».

El día 14 de octubre del 2019 le avisaron que fuera al Hospital porque lo iban a priorizar, ya que estaba con los exámenes listos. Le dijeron: «Si no lo llaman ahora, en octubre, va a ser los primeros días de noviembre». Resulta que se pasó noviembre y diciembre. «En enero puse un reclamo escrito, que me habían dicho que me iban a meter a pabellón entre octubre y noviembre, me iban a llamar para pabellón, cosa que no había sucedido», indica.

 

LE MINTIERON AL SSA

Según el afectado, fue una mentira al servicio de salud que lo iban a priorizar, le llegó el papel de ese reclamo que hizo en enero, donde le comunicaban que estaba como prioridad para cirugía, pero por falta de cama no había sido llamado. «Imagínese, se pasó del 15 de octubre que me habían hecho exámenes, se pasó noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril y se nos metió la pandemia y se cerraron los pabellones y ahí me quedé con mi problema», indica.

Comenta que fue muchas veces para que vieran su problema. Estaba con licencia, por lo que lo único que quería era que se la extendieran, hasta que no hubo más porque pasó mucho tiempo.

Después fue en enero del 2022, donde lo vio nuevamente el doctor Pinochet, manifestándole que estaba con una tremenda pseudoartrosis que no le han operado. «Aquí me tienen -le dije yo-, cuánto tiempo ya llevo, una cuestión mala que quedó desde el principio, y me dice ‘anda que la secretaria te dé orden de una cirugía pronta, yo me voy detrás’, me dijo.

«Cuando yo estaba allá, él llegó, le dice al doctor Olguín ‘qué ha pasado con este paciente que no se ha llamado a cirugía, mire como está el brazo’. El doctor Olguín, riéndose, dijo ‘pero si no hay pabellón, tú sabís, usted sabe que no hay pabellón’. Ahí me dijeron ‘para que se vaya tranquilo, lo vamos a intervenir entre marzo y abril’, tampoco pasó nada». Reconoce.

«Resulta que a mediados de junio está esa llamada de parte de la directora del hospital y de don Manuel (León), alcalde de Santa María, él fue que me llamó para saber cómo estaba mi brazo, le dije ‘aquí estoy don Manuel, a puros mejorales, no me llaman a cirugía, puras mentiras’. ‘Ya -me dijo- yo voy a llamar para Los Andes para que vean tu caso de una vez por todas’. Ahí habló con la directora Ana Lazcano, llamó y dijo que pusieran cuidado en mi problema».

 

EN PABELLON TRATADO COMO ANIMAL

«A los días después me llamaron a cirugía, fui tratado como animal en pabellón, viera usted. Me pegaban los tirones al brazo, me pusieron una sola anestesia, siempre me ponían dos en las otras operaciones, que era la raquídea en el hombro para adormecer el brazo completamente; ese día no, solamente me durmieron el brazo y no me tomó la anestesia, se me vino al pecho que me costaba respirar, me estaba ahogando, y me decían ‘tranquilo nomás, por si acaso en cirugía vas a sentir el sonido del taladro, de la sierra, pero no te va a doler’. Yo les dije ‘pero si yo siento el brazo’. Cuando me estaban pasando el algodón, me taparon la cara y todo eso, sentía que me estaban pasando el algodón, les dije ‘oiga, yo siento donde me están pasando el algodón’. Me rajaron con el bisturí y yo pegué un grito, yo tengo todo eso como secuela, me acuerdo y es terrible, de ahí empecé a gritar adentro, en ese momento el médico dijo ‘ya, hay que dormirlo’, y me durmieron».

 

CONSECUENCIAS

«De esa cirugía yo quedé con una parálisis del brazo, porque fui a ver un especialista en ortopedia en Santiago, de apellido Naranjo, le conté que me hicieron todo mal desde el principio. Me dijo ‘¿te sacaron injerto de la cadera la primera y segunda vez que te operaron?’. ‘No, nada’, le contesté. ‘¿Y de dónde sacaron injerto entonces?’. Le dije ‘no sé, doctor’. ‘Ya, esos hicieron todo mal contigo –dijo-. Un paciente, después de una fractura, se le debe tomar rayos a los dos o tres meses, si vieron que tú tenías un retardo en la consolidación, tenían que haberte puesto en tratamiento y ese tratamiento sino, porque hay varios, para que eso hubiera consolidado, y si no consolidaba no podía pasar más de 8 meses sin meterte a pabellón, porque se te podía meter una artrosis y eso es complicado. Lo que pasó contigo, claro, te tiraron a lista de espera, te pasó a pseudoartrosis y esto se complicó’, me dijo».

Finalmente este médico especialista le comunicó que al parecer le habían cortado el «nervio radial y quedé con mi mano en un 80% de parálisis y no se hicieron cargo de nada. Ahora recién, porque yo lo solicité, me mandaron a un especialista, pero ya ha pasado año y medio; o sea, esperando ya para dos años, pero ellos al principio me dijeron que eso ya no tenía remedio», señala.

¿La consecuencia es que usted tiene su mano izquierda dormida?

– Claro, no puedo enderezar la muñeca, no puedo estirar los dedos, nada. Eso me ha perjudicado mucho para todos mis quehaceres.

¿Presentó alguna demanda?

– Sí, yo estoy con abogado ahora, ahí está el tema también porque el abogado igual él tiene colaboradores, equipo, me dice, pero eso tiene sus costos, yo de a dónde puedo sacar. Los abogados del Estado, de la municipalidad, la corporación, ellos me dicen que no pueden ir contra el Estado. Entonces aquí estamos en dos temas; una, el delito que cometió el hospital porque fue un delito la respuesta que me dio el hospital, que el médico me había tomado radiografías en todos mis controles; qué hicieron, me pidieron disculpas, pero yo tengo esa respuesta timbrada por el hospital, donde dijeron que el médico me había controlado con radiografía, cuando se dieron cuenta le echaron la culpa al médico, el médico mintió y eso ha traído consecuencias todos estos años, porque si hubiesen hecho desde el principio las cosas bien, yo quizás, como dijo el médico, ‘nunca te hubiesen metido por segunda vez al pabellón, te hubieran puesto en tratamiento’.

¿Por qué hacerlo público o recurrir a la prensa?

– Porque yo pienso que todas estas cosas que suceden hay que darlas a conocer, porque no puede ser que seamos tratados de esta forma nosotros, porque seamos de escasos recursos. A mí me jodieron tanto la vida… la vida entera. Yo vivo solo, hasta me prohibieron de conseguir una compañera. ¿Quién va a querer una persona lisiada ahora?, en todos los ámbitos a mí me perjudicaron la vida.

De acuerdo a la ley de prensa, tanto la institución aludida como los profesionales tienen su derecho a réplica.

Samuel Muñoz Navarrete, afectado por malas cirugías.
Samuel Muñoz Navarrete, afectado por malas cirugías.
Así le quedó la mano a Samuel luego de las operaciones.
Así le quedó la mano a Samuel luego de las operaciones.
Este es el informa de las conclusiones emitidas por una médico fisiatra.
Este es el informa de las conclusiones emitidas por una médico fisiatra.