- Más de medio siglo reparando calzados le permiten recibir este reconocimiento.-
El destacado y conocido zapatero del Mercado Municipal, Ricardo Caro Montenegro, recibirá su distinción al oficio el próximo 1 de agosto en el marco de las actividades por un nuevo aniversario de nuestra ciudad. El hombre, quien ha dedicado su vida a este rubro, se mostró feliz por recibir este reconocimiento de parte de la comuna.
En conversación con Diario El Trabajo, Ricardo Caro comentó que «me pilló de sorpresa, pero la estaba esperando hace tiempo porque mucha gente me decía que tengo 52 años trabajando y soy uno de los últimos dinosaurios de arreglo de zapatos, por un lado, miro hacia atrás, nunca pensé que zapatos míos, que yo arreglé, iban a llegar a otras partes del mundo».
Trabajo por más de medio siglo que además sabe del talento que tiene a nivel mundial, y es que sus calzados han llegado a diversas partes del planeta; «mi hijo entregó zapatos que fueron a Noruega, Alemania, otros fueron a Australia, a Nueva Zelanda», nos contó.
Toda una vida ligada a este rubro que lo llena de satisfacciones por la felicidad de sus clientes al ver su trabajo; «miro hacia atrás, cuando comencé a trabajar el mismo año que me casé hace 52 años, y todo lo que aprendí con mi madre lo he ido perfeccionando, porque uno nunca deja de aprender, siempre los zapatos son distintos. Mirando hacia atrás hay gente que ha venido con la abuelita, con la hija, con la nieta, son generaciones nuevas que vienen.
«A mis hijos les di educación con este negocio, con frío, con lluvia, con calor, hay que venir para cumplirle a la gente», agregó don Ricardo, quien además relató que el reparar un calzado es también recuperar parte de la historia de los clientes, «es recuperar lo que usted tiene, algo importante para usted, por ejemplo, los zapatos que le regaló su papá, o los que compró con su primer sueldo. Yo me siento satisfecho, soy un tipo que vivo mi vida tranquilamente».
Felicidad por la distinción, y también por su trabajo, que ha desempeñado ya por más de 50 años; «me gusta lo que hago, con decirle que si me pego un martillazo en el dedo, me río. He hecho muchos amigos, aquí llega gente a compartir, a conversar de la vida, yo soy feliz con eso», expresó.
Su familia también comparte su felicidad al saber de este logro, «cuando le conté a mi esposa ella ha visto que me habían postulado, y me dieron la noticia, me siento satisfecho porque uno pasa por esta vida y que se acuerden de un servidor que estuvo arreglando zapatos, es increíble», cerró.