Más problemas de los presupuestados encontró Unión San Felipe frente a San Luis de Quillota. En el duelo disputado el sábado último en el estadio Municipal, los de Muñoz nunca pudieron dar hebra que les permitiera devanar la madeja táctica impuesta por un ordenado conjunto quillotano.
Los cerca de mil espectadores que llegaron al reducto de la Avenida Maipú, tenían la esperanza de volver a ver otra maciza actuación de los sanfelipeños, teniendo como punto de referencia el anterior juego como local contra Curicó Unido. Sin embargo, entre las actuaciones individuales poco finas, y el buen tramado defensivo de la visita, se fueron consumiendo las ideas unionistas.
En lo defensivo hay poco para recriminar, ya que el último bloque mostró un buen funcionamiento, y cuando logró ser superado, apareció la figura del arquero Paulo Garcés, cuya actuación fue determinante para que el resultado no hubiese sido una derrota.
No hay dudas que el técnico de los forasteros, Francisco Bozán, estudió muy bien a los sanfelipeños; hombre por hombre, porque puso especial énfasis en trabar la zona de volantes, principalmente en Juan Pablo Miño, para que este no pudiera ‘conectar’ con los hombres de ofensiva. Fue así que Bairo Riveros debió entrar en un desgaste muy intenso, al tener que retroceder mucho para tener contacto con el balón. Igual cosa Gonzalo Jara, el cual cada vez que administraba la pelota, se encontraba con un frontón de al menos tres jugadores rivales que le impedían eficazmente pasar con soltura y claridad. Todo eso hizo imposible a David Salazar tener balones limpios como para intentar perforar el arco resguardado por Maximiliano Velasco.
Los 100 minutos de juego tuvieron casi siempre la misma dinámica, sin un dominador claro, por lo que el ceo a cero se puede considerar un resultado justo. Para el debate quedará el penal a favor del Uní Uní no cobrado por el juez Ahumada, quien además fue permisivo con el juego brusco de San Luis.
Con este empate San Felipe llegó a los 9 puntos (sigue colista) quedando a 7 de Curicó Unido, cuadro que por ahora es el que debe desbandar para escapar del descenso a la Segunda División.