- Hasta de Estados Unidos llegaron familiares para participar de este inolvidable evento.-
Con alrededor de 40 invitados, todos parte de una gran familia, este sábado se celebró el cumpleaños número 90 de don Mario Enrique Pinto Ceballos, una verdadera leyenda viviente del Servicio de Salud Aconcagua (SSA), lugar al que ingresó a los 21 años de edad, cuando el servicio se llamaba ‘Sanidad’, y donde empezó como auxiliar de aseo hasta llegar a ocupar los más altos cargos administrativos en su condición de Contador.
En dicho servicio se desempeñó durante más de medio siglo, dejando imborrables recuerdos por su trato humano, cercano y siempre dispuesto a ayudar y enseñar a quienes se iban integrando a esta repartición pública. Tanto es así que el miércoles 13 de noviembre, día de su cumpleaños, hasta su casa llegó una delegación del SSA encabezada por la propia directora Susan Porras y compuesta por más de una decena de excompañeros, quienes quisieron testimoniar el gran afecto que supo despertar en todos ellos.
Conversamos con Mario Pinto Ceballos para conocer su impresión sobre esta celebración y las muestras de cariño recibidas, indicando sentirse «muy agradecido de la atención que mis hijos me han dado y de haber compartido con mi familia la celebración de este nuevo año que estoy cumpliendo».
– También hubo una visita de sus excompañeros de trabajo.
– Sí, ese fue un día muy emotivo también porque nunca me imaginé que mis excompañeros de trabajo me vendrían a visitar. Y fue una gran sorpresa porque llegaron con la jefa, la directora del Servicio de Salud, la señora Susan Porras.
– Usted es un hombre muy querido y recordado en el servicio, donde tuvo una larga trayectoria.
– Bueno, con los principios cristianos de mi madre y todo lo que ella me enseñó, y la compañía de un gran compañero de trabajo, don Orfeo Apolo Droguet, que me enseñó las nuevas normas de ejercer la función, porque llegaban manuales y tuve que ocuparme de eso… Porque empecé como empleado de servicio para hacer el aseo en la oficina. Posteriormente Orfeo, que era el que manejaba todo el asunto ahí del trabajo, de acuerdo a las normas vigentes en ese momento, se estableció que el puesto debía ocuparlo una persona y no había nadie, entonces me pasó un manual de procedimiento donde estaba explicado todo lo que había que desarrollar y al otro día me empezó a interrogar al tiro. Yo no tenía idea de qué se trataba hasta que él me dijo: ‘bueno, ahora el cargo es tuyo’. Y pasé de Auxiliar de Aseo a ocupar un cargo administrativo, y como era una oficina nueva, yo era el jefe de esa obligación de impartir las instrucciones que ese manual de procedimiento establecía. Y a mí me daba un poco de… no de miedo, sino de tener que darle yo instrucciones a personas que habían sido jefes de establecimientos hospitalarios a esa fecha, entonces eran personas de edad y yo empezaba muy joven y debía enseñarles aunque tenían más prestigio que yo como funcionario. Pero lo fui desarrollando hasta que terminé trabajando posteriormente en la Dirección de Salud más de veintitantos años. Y posteriormente fui trasladado al Hospital San Camilo. Esa función me llevó al doctor don Patricio Cornejo, que dijo que me necesitaba porque tenía que crear una oficina de auditoría, pero esa auditoría no era punitiva, sino que era correctiva, y como los conocimientos que yo ya había adquirido a esa fecha en el servicio, dominaba bastante muchos antecedentes que tenían que ver con leyes y normas que se habían establecido para el desarrollo de las funciones de los empleados públicos del Servicio de Salud. Y ahí estuve cuatro años y posteriormente de ahí después cumplí la edad de retirarme, así que opté por irme a mi casa.
– Respecto a esta visita que recibe de su hermana y sobrinos que viven en los Estados Unidos y que hicieron un largo viaje para acompañarlo.
– También eso es gratísimo haber contado con ellos, porque tuvieron que hacer un largo viaje para estar una semana ó 10 días por lo menos en nuestra casa. Fue una grata sorpresa compartir con mi hermana que hacía como seis, siete años que no había tenido la oportunidad de venir ella, y contar en este momento con mi cuñado (John Erlinger) y mis sobrinos (Óscar y Gabriel) los Basualdo Pinto, que también hacía años que no nos venían a visitar, contamos con ellos y vinieron exclusivamente a celebrar este nuevo aniversario, que Dios me ha dado de estar vigente todavía a los 90 años.
«También tengo que agradecer a Dios porque tuve una madre muy cristiana y que me enseñó valores cristianos y que todavía los conservo, y mi trayectoria de ahí ha sido grata porque tengo un buen pasar, tengo buenos compañeros de trabajo que todavía cuando salgo a la calle y me encuentro con ellos, se recuerdan todo lo que yo en algunos casos les enseñé, y eso me satisface mucho porque todavía queda ese reconocimiento a una trayectoria de ser buen funcionario».
MARIO PINTO BARRERA
También conversamos con su hijo, Mario Pinto Barrera, quien reconoció que fue su propio padre quien tomó la decisión de celebrar sus 90 años, «él no es muy llano a celebrar cumpleaños, hacer fiesta, pero él quiso celebrar sus 90 años con sus seres más queridos. Él siempre pensó estar con su familia, con sus hermanos; cada día hay menos hermanos, entonces te das cuenta con la edad que tienen mi tía Eliana con 92, mi papá con 90 y otra tía, Inés, que vino de Estados Unidos, con su edad también. Pero feliz, feliz y contento él de estar aquí, nos juntamos aquí en nuestra casa, hicimos algo que él quería: celebrar y pasarlo bien, distraerse, disfrutar, reírse, contar anécdotas, y estar con los seres queridos, con la familia.
«Quiero agradecer y destacar el que toda la familia aceptó la invitación. Como te decía hubo familia que vino de Estados Unidos especialmente para celebrar los 90 años de mi papá, y claro, su familia más cercana que está en San Felipe, que es mi tía, ustedes mis primos, feliz, siempre de compartir en la casa y de darle una alegría para él, que como te digo, él quería celebrar y se hizo a gusto de él. Se comió lo que él quería comer, se tomó lo que él quería que tomáramos, me refiero a jugos, bebidas (ríe), agüita mineral, cosas saludables, pero se disfrutó como él quería y con los que él quería».
Respecto a la visita de funcionarios del Servicio de Salud, dijo que su padre «estaba muy contento, conversó con ellos, anécdotas con sus compañeros, porque al final cuenta, independiente de la jerarquía que hay dentro del establecimiento, hay una cercanía de la persona, y eso lo reconocen a mi papá como una persona muy amable, muy cercana, educadora con todas las personas que estaban ahí. Y eso me llama mucho la atención porque cada uno tiene un granito o una pincelada de lo que mi papá les pudo enseñar, y eso es importante. Estoy feliz de que estas cosas se hagan en vida, porque normalmente son póstumas, cuando la gente ya falleció reconocemos la vida de los demás. Pero hoy día fue bonito, estos 90 años son inolvidables para todos, porque como te digo, desde lo laboral que él vivió y hoy con los familiares que hoy día también está viviendo, es especial y yo agradecido de todos los que nos acompañaron, de todos quienes hicieron posible hacer esto; no es menor, es un trabajo que hicimos de manera familiar, con mis hermanas nos preparamos por completo; somos tres, mis hermanas Gabriela, Lorena y yo, y entre los tres logramos todo esto juntos, claramente con mi mamá y a mi señora tampoco la puedo dejar afuera, a Susan y mi hijo, en realidad todos, como te digo participamos todos. Mis primos llegaron de Estados Unidos el día viernes, hicimos bastantes cosas, hoy día sábado algo familiar y que creo que resultó bonito porque están todos felices y contentos y me pone muy contento ver a mi papá, ver a mi tía Eliana y a mi tía Inés que son los tres hermanos que están hoy día disfrutando acá, esa unión, ese juntarse. Yo no sé si mañana van a poder estar nuevamente, en la edad que ellos tienen, pero los veo felices. Los veo contentos y eso es lo importante, vivir el día a día y vivir el tema del presente. Mañana veremos qué pasa, pero hoy día lo pasamos bien, disfrutamos y eso fue lo importante para ellos».
LOS BASUALDO PINTO
También hablamos con Óscar Basualdo, quien junto a su hermano Gabriel viajaron de Estados Unidos exclusivamente para estar en este momento tan especial:
«Es súper hermoso tener la oportunidad y en este caso también en la parte económica, para venir a disfrutar de la familia acá y en el cumpleaños de mi tío, que son 90 años, que no deja de ser, al igual que cuando tuvimos la oportunidad de estar con mi tía Eliana para sus 90. Entonces son cosas muy lindas y para mí, que perdí a mi padre en el año 78, teniendo 15 años, él para mí fue una figura paternal importante también, y veo en él, reflejado en sus hijos, todo lo que siempre nos enseñó, la responsabilidad, la honestidad y también sentido de humor porque la vida es demasiado corta. Pero lo principal es venir a disfrutar con la familia y porque como siempre he dicho, hay que disfrutar la vida hoy día porque para mañana probablemente no estemos, entonces se agradece y dar gracias por tener la oportunidad que tal vez muchos quisieran poder tener a sus familiares tan longevos».
SUSAN VARAS, LA NUERA
Por su parte Susan Varas, la nuera de don Mario Pinto Ceballos y esposa de Mario Pinto Barrera, señaló que «para mí don Mario es alguien muy importante. Desde el día que yo llegué a la familia de los Pinto Barrera, me acogió con mucho cariño. Nunca voy a olvidar el día que le contamos que yo iba a tener a mi hijo mayor, la emoción que él sintió, ver su cara cuando derramaba sus lágrimas y la felicidad que le significó para él tener un nieto, fue muy emocionante; él ha sido siempre muy respetuoso conmigo, con mis hijos. Él me enseñó muchas cosas cuando yo empecé mi maternidad y tengo un cariño muy especial con Don Mario. Así que cuando se empezó a gestionar esta fiesta, tuve la mejor disposición y las ganas de que todo saliera perfecto, porque él se lo merece, no solo por ser mi suegro, sino ser el papá del Mario, el abuelo de mis hijos y el honor que significa cuando uno dice ‘yo soy la nuera de Don Mario Pinto’. Nooo, gran persona, excelente persona, eso llena de orgullo, tanto el corazón de mi esposo como el de todos nosotros».