- En la actividad también se reconoció a dos personajes que a través de sus oficios, son parte de la cultura del establecimiento.–
En el marco de mes del patrimonio cultural en salud, el Hospital San Camilo de nuestra comuna estrenó su primer ‘Punto Patrimonial’ como forma de rescatar elementos históricos propios de su evolución como recinto sanitario.
El hito consiste en una vitrina que expone diversos objetos que fueron usados por el personal clínico en la atención de pacientes en décadas pasadas, dando cuenta de épocas antiguas y de formas de entregar salud que ya no existen o que han cambiado gracias a los avances tecnológicos.
El director de Hospital, el Dr. Rodrigo González, señaló que «el hospital San Camilo tiene una tradición de 182 años y, por lo tanto, somos continuadores de una rica herencia cultural que viene de generaciones anteriores y que, por lo tanto, es nuestro deber destacar y preservar, como forma de enriquecer la cultura de usuarios y funcionarios actuales que pueden conocer a través de estos puntos patrimoniales, nuestra historia y nuestro pasado».
En este contexto, González agregó que este es el primero de otros puntos patrimoniales que buscan inaugurar para compartir con la comunidad estos testimonios históricos, esperando que sean valorados y cuidados por los usuarios.
Asimismo, en la misma ceremonia patrimonial, se destacó a dos personas que realizan desde hace décadas, oficios característicos dentro del establecimiento, siendo parte importante de la cultura hospitalaria.
La primera reconocida fue Violeta Robles, quien hace más de 25 años se desempeña como suplementera al interior del hospital, manteniendo hasta la fecha un oficio que está en retirada como lo es la venta de diarios y revistas. Cientos de funcionarios a lo largo de estos años han llegado a sus casas con colecciones de cuentos, libros, revistas y artículos educativos vendidos por la mujer.
El segundo protagonista fue Vicente Miranda, conocido fotógrafo que desde hace al menos 15 años, contribuye con su oficio a preservar y documentar en fotografías todas las ceremonias e hitos importantes que acontecen al interior del recinto, permitiendo que los funcionarios puedan comprar las fotografías en papel y así mantener esos recuerdos de manera permanente.
