- Madre identificó a presuntos autores gracias a cámaras de vigilancia vecinal, redes sociales y contacto entre colegas.-
La creciente preocupación por la seguridad en los barrios de San Felipe volvió a quedar en evidencia el pasado viernes 9 de mayo, cuando una estudiante de segundo medio fue víctima de un robo en el sector de la Población Orolonco. El hecho ocurrió alrededor de las 14:10 horas, cuando la joven regresaba sola desde su establecimiento educacional.
Según relató su madre, Francisca Arancibia, la adolescente caminaba por calle Traslaviña y, al llegar a la intersección con calle Uno Norte, fue abordada por dos adolescentes. «Mi hija venía con el teléfono en la mano, porque iba respondiendo un mensaje, y justo cuando pasa entre ellos, uno de los jóvenes se lo arrebata y salieron corriendo, riéndose», narró la mujer.
La menor, de tan solo 15 años, quedó en estado de shock producto del miedo, sin saber cómo reaccionar ante la inesperada situación. Si bien el hecho no escaló a una agresión física, el temor y la sensación de vulnerabilidad permanecen. «Ella quedó paralizada, asustada. Ahora ya no quiere volver sola del colegio, me dijo ‘mamá, va a tener que ir a buscarme al colegio, porque ya me da miedo’», agregó la madre.
Tras el robo, la familia realizó la denuncia correspondiente en Carabineros, pero aún no contaban con la identidad de los jóvenes. Fue gracias a la activa colaboración de vecinos -que compartieron grabaciones de cámaras de seguridad domiciliarias- y a su propia red de contactos, que Francisca logró identificar a los presuntos responsables. «Trabajo en educación para la municipalidad, entonces yo conozco mucha gente de todos los colegios. Fui consultando, porque como vi que iba uno con pantalón de colegio, dije ‘tienen que ir a algún colegio’ y comencé a consultar a algunos colegas si pertenecían a algún colegio, hasta que me dijeron. Finalmente, supe a qué establecimiento pertenecen», explicó.
Los involucrados, serían alumnos de tercero medio de un establecimiento de la comuna. Este lunes, la madre tiene previsto acudir al recinto escolar con las pruebas que posee, a fin de que se tomen medidas y se pueda recuperar el teléfono sustraído.
El caso ha generado alarma en la comunidad, donde los vecinos han debido organizarse mediante cámaras comunitarias y alarmas vecinales para enfrentar la delincuencia. «Vivimos en un sector donde hay muchos adultos mayores y han entrado a robar a varias casas. Pero, ahora preocupa aún más que adolescentes estén involucrados en estos delitos», concluyó.

