- Joven de 38 años vive en estado de abandono y sin redes de apoyo, sufriendo a principios de noviembre el ataque de ratones que mordieron sus pies mientras él dormía, ya que por su condición carece de sensibilidad en sus extremidades.-
Juan Andrés Ponce Vergara, callelarguino de 38 años de edad, se encuentra solo junto a su mascota viviendo en precarias condiciones tras sufrir un accidente en el año 2014 que lo dejó tetrapléjico. Sin contar con redes de apoyo que lo auxilien con su complicado estado de salud, el hombre solicita ayuda para hacer más llevadera su vida.
Con residencia en la casa N°120 de pasaje El Esfuerzo en la Villa Los Aromos, un vecino adulto mayor con discapacidad auditiva asiste al afectado levantándolo, vistiéndolo, sentándolo en su silla de ruedas y acostándolo, todo esto cuando el anciano se encuentra en condiciones para socorrerlo. De vez en cuando una mujer de San Esteban lo visita para cocinarle.
A pesar de ello, existen días en que nadie puede auxiliarlo y se mantiene sin salir de su cama, careciendo de comida y agua para tomar sus remedios.
César Arancibia, presidente del Centro Esperanza Nuestra, recinto que agrupa a personas con discapacidad en la comuna de Los Andes, ha ayudado a Juan Ponce entregándole mercadería y nos contó que a principios de noviembre Juan sufrió un ataque de ratones, los cuales le provocaron heridas en sus pies. Sobre ello, mencionó que «está en una situación de abandono, de precariedad absoluta, vive en un cuarto donde las ratas le estaban comiendo sus pies, se lo estaban comiendo vivo por decirlo de alguna forma, como él no siente sus extremidades inferiores; con las calores estaba durmiendo encima de la ropa, sin calcetines, cuando al día siguiente él, como puede, se levanta; porque él no puede acostarse ni levantarse solo, él necesita de ayuda; él se levanta y ve que sus pies están sangrando y era porque los ratones le estaban comiendo sus pies».
Hasta la fecha, de acuerdo a lo que nos indicó Arancibia, el afectado ha recibido dos de siete inyecciones contra la rabia y sus controles rutinarios con visita a domicilio han sido escasos.
Asimismo, el discapacitado, tras dormir 10 años en una cama común, hace poco fue beneficiado con una cama clínica manual, pero según el presidente de Esperanza Nuestra, no cumple con la función necesaria para que Juan sea autovalente. «Si bien está mucho mejor que la cama que tenía, eran dos colchones y él que estaba enterrado en la cama, ahora tiene una cama clínica que no es eléctrica, siempre va a necesitar que lo estén asistiendo, ayudando a sentarse», manifestó.
Respecto a la ayuda que entregan las autoridades hacia las personas con discapacidad, César expresó sentirse muy molesto. «Yo no puedo creer que vivan en estas condiciones estas personas, estamos en el año 2024, se están vulnerando todos los derechos de estas personas al no ayudarlo, no prestarle atención, no hacerlos vivir dignamente; es que el caso de Juan a mí me afecta demasiado, yo no entiendo los Derechos Humanos acá, no valen nada».
Por lo mismo, hace el llamado a la autoridad para que le gestione un cuidador de respiro que lo auxilie para que pueda hacer su vida de manera más apacible, ya que Juan, en palabras de César, demuestra sus ganas de seguir viviendo. «Hay agrupaciones como la Fundación Ayun que han ido a desratizar la casa, otras fundaciones que le llevan mercadería y así, pero aún así es poco porque lo que necesita Juan es todos los días una persona que lo pueda levantar; con toda su discapacidad, con todo lo que él tiene; él tiene muchas ganas de vivir, es un joven que sale a trabajar, él vende aromas de estos que se colocan en los autos, cubre volantes, vende maní, entonces levantándolo en las mañanas, puede salir a trabajar, comprar un almuerzo o lo que necesite.
«Hago el llamado a las autoridades a que gestionen la ayuda para Juan, pero que lo hagan inmediatamente porque no puede seguir esperando», cerró