Desde el primer día que salió del hospital, hace casi una década, ha debido soportar fuertes dolores que la tienen sin ganas de vivir. A ello se suma que prácticamente no puede caminar. Se trata de Guillermina Soto González, una mujer de 61 años de edad, domiciliada en Rinconada de Los Andes, quien lleva 9 años esperando por una operación llamada ‘revisión de prótesis de su rodilla izquierda’.
Así nos lo cuenta su hija María Farías Soto, quien ya no sabe qué hacer porque el sistema público de salud no le ha dado respuesta en 9 años. La llevó a dos clínicas en Santiago, y el costo de la operación es de 18 millones de pesos.
Según indica la hija, quien nos enseña los documentos clínicos que certifican su historia, «mi mamá en el año 2015 fue operada de prótesis de la rodilla, y desde el primer día, saliendo del hospital, quedó con muchos dolores. Hemos tenido controles, durante el tiempo la mandaron a Cajales por terapia, todo eso, pero los dolores nunca bajaron; al contrario, han ido aumentando y la doctora le ha hecho exámenes y dice que no tiene explicación a los dolores de mi mamá. Señala que es uno de los casos de ‘prótesis dolorosas’ que le llaman. Así han pasado los años, ya el año pasado fue hospitalizada por mucho dolor, pero no fue operada. La doctora le dijo que tenía que volver a operar, pero no la ha operado. El año pasado empecé a llevarla a Santiago, a la Clínica Dávila y Red Salud, y tengo certificados donde me sale un aflojamiento de prótesis. La cosa es que la doctora dice que la va a operar, pero así han pasado 9 años y hoy en día mi mamá ya no camina; o sea, lo justo y necesario para ir al baño, porque no se puede mantener mucho de pie. Los dolores ya no la dejan dormir, llora del dolor, por ella estuviera muerta, con eso se lo digo todo. Ella ya no quiere nada, está cansada, me dice ‘prefiero morirme’, en ese estado está mi mamá».
– ¿Cuál es el problema que ella tuvo?
– A ella le dio artrosis, el desgaste de cartílagos, donde tuvo que ser cambiada; o sea, sacar su rodilla y poner una prótesis de rodilla. Eso es lo que hoy en día tiene que ser cambiada. La operación se llama revisión de prótesis, pero la revisión no es que ahora la parte de la cirugía y revisen como está la prótesis, sino tiene que ser cambiada por una especial, porque mi mamá, donde ella ya está operada, tiene desgaste de hueso, han pasado 9 años. Es una revisión de prótesis donde se la cambian toda, por una especial, y esa operación, dice la doctora, tiene mucho riesgo, la han tenido con un régimen para bajar de peso y todo, pero ya imagínese, de 108 que pesaba vamos en 92 y todavía no me la pueden lograr operar.
Cuenta que la operación a que alude fue realizada en el Hospital de Los Andes, «donde la doctora Jorquera la operó, todavía está en control con ella», señala
– ¿Por qué visibilizar este caso o hacerlo público?
– O sea como llevamos bastante tiempo esperando en el Hospital y no tenemos esperanza de que nos digan ‘sabe qué, tal día va a hacer operada su mamá’, sino que llevamos 9 años esperando su cirugía y mi mamá ya empeoró, ya estamos propensos a una infección. El otro día la doctora le dijo ‘capaz que te tenga que dejar la pierna tiesa, te pongo cemento y te la dejo tiesa’. Los dolores han aumentado tanto que los riesgos ya son mayores, la llevamos a Santiago y la operación es muy costosa.
– ¿Dónde tendrían que operarla?
– Yo la llevé a Dávila y Red Salud, en esta última me salen 18 millones y fracción el presupuesto que me dieron el mes pasado.
– ¿En la parte pública no hay ninguna posibilidad?
– Sí hay posibilidades, pero cuándo, no sé. Si no le digo que llevamos 9 años esperando. Mi mamá está en la lista, pero así han pasado 9 años esperando, y el otro día cuando fui a preguntar, porque la llamaron para unos exámenes, me dijeron que ahora faltaba que la doctora hiciera el llamado al pase, el que da ella.
– Bueno, emplace a la doctora, a las autoridades para agilizar.
– Lleva nueve años sufriendo y la verdad que no es que yo no quiera operarla en el sistema público, es que ya veo tan mal a mi mamá; o sea, es como vivir de esperanzas, ¿me entiende? No es como cuando uno tiene la plata y la lleva y dice ‘ya, yo puedo operar a mi mamá tal día’. En el sistema público vivo de esperanza, llevamos 9 años esperando que llamen a mi mamá y le salga su operación para que le cambie su vida.
De todas maneras deja una cuenta Rut por si alguien de buen corazón quiere ayudar a su madre. Cuenta Rut número 8.983.066-4 a nombre de Guillermina Soto González. Agradecer a Luis Rivero, por quien supimos de esta historia.