Mujer pide públicamente que por favor la operen para llevar vida normal

  • Debe someterse a nueva intervención quirúrgica para dejar de cargar con la «maldita bolsa» que recolecta sus heces.-

A punto de cumplir 61 años de edad, Victoria Herminia Olivares Morel lo está pasando muy mal producto de una «tonta caída», como ella califica el accidente que sufrió.

Pensó que había sido la columna la afectada, pero no fue así porque era el intestino grueso el que se había perforado. Lo peor de todo fue que acudió al hospital demasiado tarde, e incluso confiesa que estuvo a punto de morir, tardanza que la lleva hoy en día a tener una «maldita bolsa» donde deposita sus heces. Por eso pide a través de Diario El Trabajo, que los doctores se pongan la mano en el corazón y la operen para poder llevar una vida normal. Vive sola acompañada por su gatita y su perrita. No le gusta andar en colectivo por lo mismo.

Según explica, «después de haber tenido una tonta caída que no la hice ver por médico, y cuando fui al hospital ya era muy demasiado tarde, estaba lista para el cajón, me faltaban horas para el cajón. Del cajón me sacaron y por eso tengo esta porquería de bolsa que no debería haberla tenido».

¿Cómo fue esa caída?

– Fue una tonta caída que me pegué en la columna y de ahí yo dije «quedé inválida», y no era la columna, porque era el intestino grueso que se rompió, por eso me tuvieron que poner esta maldita bolsa, no puedo decir otras palabras.

¿Cómo ha sido todo eso?

– ¡Ufff!, para mí ha sido terrible porque de primera, cuando yo me enfermé, no tenía ni qué comer. Así que como estaba recién salida del hospital tuve que ponerme a pensar cómo sobrevivía, tuve que ponerme a recoger latas de bebidas, cervezas, estuve más de un año manteniéndome con las latas para tener algo de ‘dentro’ de plata para comer. Y son 10 lucas que me llegaban cada 15 días o un mes, y con eso tenía que sobrevivir, saber comprar un poco de aceite o un kilo de azúcar, cualquiera cosa, pero de eso tuve que sobrevivir más de un año. Y hubo mucha gente que en el trayecto de que yo venía a votar o venía al centro a juntar latas, me conoció harta gente y esa me ayudaba con latas vacías e incluso me las iban a dejar a la casa.

Porque sabían de su negocio.

– Sabían de mi enfermedad, de mi pobreza, que no tenía quién me ayudara en esos momentos, no tenía, tuve que pedir mercadería, así es que para mí fue dramático.

Por favor explíquele a nuestros lectores el problema que tiene usted hoy día o que vive diariamente.

– El problema de la bolsa que no se puede hacer nada, no se puede comer, salir. Si tengo que salir, no puedo comer nada porque la maldita bolsa se despega del cuerpo y para qué le digo como quedo con la ropa.

Muy mal olor

– Sí, en la casa por lo menos le digo… trato de no almorzar cuando tengo que salir. Como todo lo que quiero en la casa cuando ya no voy a salir, porque ahí sí que me tengo que cambiar el pañal. En estos momentos ando con pañal porque las bolsas se despegan y dan diez en el hospital, ¿qué hago con diez bolsas?, nada.

¿Pero usted en ese sentido tiene  mejoría, la podrían operar?

– Tengo mejoría. Ahora el médico me dijo que me iba a operar en agosto, pero ya han pasado todos estos meses, no me llama para un examen que me hicieron y no sé cómo salió el resultado, no me han llamado, no sé por qué.

¿En qué consiste esa operación, señora Victoria?

– En esa operación tiene que añadir la tripa, el intestino grueso, al ano, y ese es el riesgo que tienen ellos, porque han operado personas y quedan mal de esta operación, según lo que me han dicho.

Conectando el intestino grueso con el ano.

– Quedo normalmente porque esta cuestión se desaparece.

La idea de esta entrevista o hacerlo público, es que ojalá se apure su proceso.

– Exactamente, si eso es lo que yo quiero, por eso mi amiga me está ayudando, porque eso he sufrido con esta cuestión, la sufro allá en la Cruz Roja cuando voy.

¿Va a tomar onces?

– Sí, converso con ellas, la pasamos bien, jugamos a la lota, así es que con ellas la paso bien, me entretengo y ellas me dan un poco más de vida… más calidad de vida de la que yo tengo, porque al vivir sola no tengo con quien conversar.

Tienes sus mascotas

– Sí, mi gatita y mi perrita.

¿Cómo es su vida donde vive?

– Vivo en estos momentos en una mediagua, mi vida es normalmente, si se puede decir normalmente con esta cuestión, porque con esta no se puede hacer muchas cosas, porque tengo que ver que la bolsa no se me despegue, no se me salga. En este momento tengo el desorden por no poder arreglar bien mi casa.

¿No tiene luz?

– No tengo luz, pero el agua me la va a dejar el camión de la muni.

Hay ahí una ayuda.

– Sí, en ese sentido hay alguna ayuda.

¿Cómo es su día a día en su casa, sentada, se levanta, sale al patio, algo?

– Tengo que lavar, hacer almuerzo, a veces hay días que ando con un dolor horrible y voy al hospital; según ellos, es normal que esta cuestión duela y sangre.

¿Cómo se siente con su vida?

– Como la ‘cayoma’ por no decir otras palabras más feas, me siento mal con esto  y la lloro todos los días porque no debería tener esta cuestión.

Debería estar solucionado.

– Claro, pero los doctores, como le conté recién, ellos miran a la gente que tiene cáncer con esta bolsa y las que estamos bien nos dejan de lado, no sé por qué hacen esa discriminación.

Bueno emplacemos a través de Diario El Trabajo lo que está viviendo usted, que la ayuden  por favor.

– Ojalá salga luego la operación y eso es lo que yo… estoy pidiendo esta ayuda para que me operen luego  porque, lo único que quiero es salir de la operación-

Y terminar con este martirio en el fondo.

– Este es un martirio.

¿Cómo duerme en las noches?

– En las noches no duermo, por eso a veces me cuesta por ejemplo retomar los controles del consultorio. No he podido retomarlos porque me cuesta un mundo, porque si no puedo dormir en la noche, no me voy a levantar a las siete de la mañana con el sueño.

¿Ahora viene del hospital y tiene que irse de a pie a su casa?

– Sí, tengo que irme a pie porque me tengo que movilizar así.

Nos decía que recién le está llegando una pensión.

– Sí, recién me está llegando, me empezó a llegar en mayo.

Algo que le salve.

– Claro, algo, por eso yo le dije a la perrita: «oye Panchita, vamos a invernar una semana, sin salir para el centro, sin salir para nada», y la hicimos porque justamente esos días llovió, las primera lluvias que hubo yo no salí con mi Pancha, para qué si teníamos todo para comer, teníamos de todo, así es que yo me levantaba a hacer almuerzo, les daba comida a ellas y me acostaba.

En ese sentido están bien porque tienen para comer, como nos decía usted.

– Sí.

Y lo que usted necesita es agilizar esta operación.

– Sí, exactamente.

¿Tiene algún nombre la operación?

– Esta le llaman la colostomía.

Doña Victoria contando su drama a Diario El Trabajo.
Doña Victoria contando su drama a Diario El Trabajo.
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