- La decisión fue tomada en medio de la controversia generada tras reportaje de Canal 13.-
Fue a través de un comunicado que la Diócesis de San Felipe de Aconcagua informó que, en el transcurso de este pasado jueves 27 de junio, el presbítero Gustavo Adolfo Morales López, presentó presentado a monseñor Gonzalo Bravo Álvarez, obispo de esta Iglesia particular, su renuncia a todos los encargos pastorales que se le habían encomendado en la Diócesis.
En el comunicado se destaca que la decisión es asumida libremente por el padre Gustavo, la cual tiene como propósito iniciar un tiempo de reflexión personal, acompañado de un proceso de discernimiento espiritual e integral, bajo la guía de profesionales y acompañantes designados para este fin.
En este contexto, señalaron que «como comunidad eclesial encomendamos al Señor Jesús, por intercesión de la Virgen María y de Santa Teresa de Los Andes, al padre Gustavo en esta nueva etapa de su vida», finalizaron en el escrito.
UN POCO DE CONTEXTO
Caber recordar que el padre Gustavo Adolfo Morales López fue párroco de la Iglesia Santa Rosa de Lima de Los Andes y fue denunciado por una feligrés, por haber mantenido una relación amorosa que duró alrededor de cuatro años.
Esta situación se conoció públicamente a través de un reportaje emitido por Canal 13, en donde entrevistaron a la mujer denunciante e incluso se conocieron varios audios e imágenes donde se aprecia entrando a un motel tapado con una especie de sábanas para que no lo reconocieran. En esa línea, se asegura que el cura le comentaba que «era un 7 (nota) en la cama».
En esta línea y ante la polémica generada, el padre Gustavo entregó su versión de los hechos a través de un video en donde reconocía haber cometido una falta «contra el sexto mandamiento», y detalló que ya fue sancionado por el obispo Gonzalo Bravo con una amonestación canónica tras una investigación eclesiástica interna.
El cura reconoció la falta con humildad y «me he arrepentido sinceramente. Les pido públicas disculpas, especialmente a la comunidad cristiana», señalaba en el registro audiovisual.
Reiteró ser un pecador en la parte religiosa, pero, a su vez, aseguró que no abusó de nadie ni cometió ningún delito, sino que se trató de una relación consentida entre dos personas adultas.
