‘La vida sigue igual’ en Villa Renacer:
En nuestra edición del día 12 de enero del año pasado, dimos a conocer la molestia que tenían residentes de Calle Uno en la Villa Renacer, con un vecino que sufría el mal de Diógenes, quien acumulaba basura en su casa. Sin embargo, pasado más de un año, la situación sigue exactamente igual, pese a que se le hizo una intervención.
Una vecina de Calle Uno, en conversación con Diario El Trabajo, nos relata que siguen teniendo este problema con un vecino «que sufre del mal de Diógenes, el año pasado ya se le hizo una intervención por intermedio de sanidad del señor Mario Méndez, donde se le limpió la casa, se cerró con candado, encadenó y este tipo desapareció por un tiempo, pero ahora volvió de nuevo, rompió cadenas, candado, entró a la mala a su casa y esa casa sirve como de crematorio, llegan a fumar ahí mujeres, hombres, niños, adultos. El tipo no tiene agua, luz, pero hace fuego arriba; nosotros vemos, estuvo colgado de la luz, pero cuando vinieron a intervenir sacaron todo el cablerío. Las vecinas de repente van, le limpian, sacan la basura, pero el problema está con los vecinos colindantes, están tapados con ratones. Yo tengo grabado el último ratón que pillé el domingo pasado, y así sucesivamente siempre estoy pillando, tengo que estar botando el azúcar, la mercadería, porque igual es asqueroso que ande un ratón en mi cocina, y el hombre no se da por aludido, sigue trayendo, sigue acumulando; él sale, se da 30 mil vueltas en bicicleta todo el día, va y llega cargadito, sale a vender sus pocas cosas, después sale otra vez, vuelve cargadito y así. Entramos a la casa, pero está un desastre, una asquerosidad, lo más grande que yo creo que ni el basural está sucio como su casa».
Nos cuenta que a parte de ella hay más vecinas perjudicadas con esta situación; «muchas, todas en la casa del lado, justito al lado de él, hay una familia que tiene la hija con TEA, imagínese, juega con los ratones, dice que Mike Mouse, ratón Mickey, habla ahí: «mamá, está Mike Mouse, los gatos se van a comer a Mike Mouse», dice. Ellos le ponen cosas para que no pasen y se pasan para acá al frente, pero yo soy más vivaracha porque le pongo trampa y gracias a Dios que sé manejar esas cosas, sino aquí estaría, me habrían comido hasta mí, son del porte de un gato», dice.
Respecto a alguna petición a las autoridades, esta tiene que ver con que se haga «una intervención seria con este tipo, clausurar esa casa, porque él no le da un uso como corresponde; sus hermanas andan en la calle, la mayor está a cargo de tres hijos, dos de ella más otro de la hermana que también anda en el vicio, y ella se hizo cargo de criarlo y anda por ahí arrendando, no puede venirse para acá porque le tiene miedo al hombre, porque se pone agresivo, así es que prefiere… Lo han dejado que viva, pero él no vive, sobrevive. No tenemos solución, no hayamos qué hacer, le echamos la ‘aniñá’, le hablamos en buena, pero no, no hay caso, sigue yendo y trayendo, cinco veces sale, las cinco llega cargado. La gente misma le compra sus basuras que trae.
– ¿Cómo conocen al vecino?
– Le dicen el ‘Cocalo’.
Al finalizar la conversación con esta vecina, reitera su petición a las autoridades de una intervención más drástica, «porque ya no hay otra manera, imagínese con lo cara que está la mercadería, estar botándola», culmina.