Tiene 100 años, crió a diez hijos  y «no voy al médico ni tomo remedios»

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Leontina Rosa Lazo Lazo nació en Rinconada de Silva, tiene 100 años de edad y aunque usted no lo crea, no ve nunca médico ni menos toma remedios, como dice ella.

Hija de un agricultor, debió irse algunos años al sur para posteriormente llegar a San Felipe, a los veinte años de edad.

Tuvo doce hijos; cinco mujeres y siete hombres. Se le murieron dos, pero crió a todos los demás, los diez.

¿Eran como un equipo de futbol?

– Sí (se ríe), sí los crié yo.

¿Pero usted enviudó o su marido se fue?

– Murió.

Ahí se quedó con los chiquillos, hijos como se dice?

– Sí, estaban hombres ya, las mujeres ya ellas ya están afuera, unas casadas, otros trabajando, así.

¿Fue muy difícil criar a diez hijos?

– No, no era tan difícil porque era todo barato.

¿En ese tiempo?

– Sí, trabajábamos.

¿Les daba para criar?

– Claro, sí, daba para criar.

¿Hijos que sean profesionales, trabajando ya a esta altura?

– Trabajando nomás, profesionales no… no tuve.

¿Por qué, era muy complicado ponerse a estudiar o estaba primero el trabajo, una cosa así?

– Sí, era complicado.

Pero crió buenas hijas e hijos, salieron buenas personas.

– Sí, todos buenos.

Eso es lo importante

– Claro, ninguno salió vicioso, tomador.

Nos cuenta que cuando los nietos la ven, le hacen cariño. ¿Usted es la regalona, el tesoro que tiene la familia?

– Sí.

¿Sale a la calle a pagarse?

– Sí, todavía, pero con otra persona.

Pero va a pagarse.

– Claro, si yo puedo andar para todas partes, tengo buenas piernas (se ríe), no paso enferma  tampoco, yo soy sana.

¿Es feliz usted?

– Sí, tengo buena salud.

¿No queda sola nunca?

– No, aquí me vienen a ver, tengo hartos afuera y la casa cerca así es que no paso sola.

¿Va al médico, se controla constantemente?

– No voy nunca a médico, es muy rara la vez que vaya a médico; es que yo no soy enfermiza, a mí no me duele la cabeza, lo único nomás es que me duelen los brazos, es que me he caído, no hace mucho me caí, me quebré el brazo y me he caído por eso estoy así de los brazos, si no estuviera sana.

¿A qué hora se levanta en la mañana, 4-5 de la mañana?

– No, me levanto tarde.

¿Es buena para dormir?

– No, a veces despierto como a las siete, me dan desayuno ya no duermo más, pero no me levanto porque me da frío.

¿Es alentadita usted?

– Sí, alentadita, yo no veo nunca médico, no tomo remedio, ninguna cosa.

¿Se alimentó bien cuando chica?

– Sí. Somos sanas nosotros, casi toda la familia.

¿Nos escucha y ve bien?

– Sí, le escucho bien.

Se lo pregunto porque las personas con los años ya no escuchan tanto.

– Claro, se ponen sordos, yo no.

O escucha lo que le interesa.

– (se ríe) No, de todo.

O sea si alguien está golpeando la puerta afuera, ¿escucha?

– Sí, si están ahí en la puerta salgo para allá-

Algo que usted quiera decir antes de terminar la entrevista. ¿Es feliz con sus hijos?

– Sí, feliz con ellos, me vienen a ver los que están lejos, ahora va a llegar del trabajo de Calama.

¿Tiene algún hijo o nieto regalón?, porque todos tienen.

– No, son todos iguales, los quiero iguales.

 

HABLA UN HIJO

También aprovechamos de conversar con el hijo menor, Leandro Yáñez, el décimo de actuales 61 años, quien reconoció que su madre crió a todos sus hijos; «yo la quiero harto, yo soy el único que estuvo como 35 años sólo con ella aquí», señala.

¿Se emociona?

– Sí, para mí es lo máximo porque ha sido una buena mujer, madre, todo; crió a mis hijos, a muchos crió, sí muchos.

¿La cuidan harto?

– Sí, todos, todos los días, toda la semana se cuida, cada hermano viene a la semana, no pasa sola, no pasa sola ningún día tampoco. La llevan a pasear a todos lados.

En una palabra final, ¿cómo podría definir a su madre?

– Mi mamá muy hermosa, que la quiero harto, y gracias por tenerla todavía en vida.

Leontina Rosa Lazo Lazo nació el día 12 junio de 1924

Rosa junto a su familia.
Rosa junto a su familia.
La señora Rosa Lazo tiene 100 años, y como dice ella, «no voy nunca al médico ni tomo remedios».
La señora Rosa Lazo tiene 100 años, y como dice ella, «no voy nunca al médico ni tomo remedios».