Errores propios, un rival aplicado, por no decir mañoso, y un arbitraje desastroso, fueron el cóctel perfecto para que se consumara una inesperada caída de 0 a 2 de Unión San Felipe, ante un aplicado Deportes Antofagasta.
Decir que la derrota ante el conjunto nortino fue sorpresiva e inesperada, no es pecar de localista, ya que claramente la evidente alza futbolística de los sanfelipeños, sumada a que jugaba como local, hacía prever que el sábado sería una jornada feliz. Los más optimistas incluso se aventuraban en decir que un empate ya era un mal resultado.
En el cotejo correspondiente a la fecha 22º del torneo B nacional, los de Palladino no tardaron nada en exponer su conocida declaración de intenciones: ir al frente, con tenencia y buena administración del balón, para someter a un rival que con el aval de un árbitro muy limitado, como lo es Matías Assadi, optó por enredar la propuesta albirroja, recurriendo de manera muy inteligente pero muy reiterada al foul táctico, teniendo como objetivos centrales a los extremos Vicente Álvarez, Sergio Vergara y el volante central Pablo Rodríguez.
Pese a lo recurrente de las infracciones, el juez central se hizo el desentendido, con lo que sostenidamente los albirrojos se fueron saliendo del libreto inicial, cayendo en la confusión y ofuscación, algo nefasto que encontró en el 37´ su punto de inflexión cuando el lateral izquierdo Pedro Navarro, cansado de los golpes, equivocadamente optó por devolver una gentileza a un rival, pegándole un puntapié, lo que le valió una merecida cartulina roja.
Luego de eso el encuentro cambió de dirección, porque los sanfelipeños se salieron de su diseño de juego por completo, cosa que fue aprovechada por los ‘Pumas’, que pese a tener un hombre de más, no paraban en su estrategia de pegar y raspar harto en la zona media del campo. Assadi, fiel a su estilo, seguía en las nubes, casi jugando para ellos, al ser un cómplice pasivo de ese plan.
Por el rumbo que tomó el pleito, quedó la sensación que irse al descanso en cero era algo bueno para los aconcagüinos, ya que en el entretiempo podrían recomponer su estructura, para generar algo distinto en el complemento.
Con la idea de tener mayor control, se determinó el ingreso de Hugo Herrera, en lugar de Diego González, apuesta que no encontró un relato en la cancha a raíz que los forasteros supieron sacar ventaja del hombre de más, y si a eso se agregaba que el árbitro le perdonaba la vida a Tobías Figueroa y Andrés Souper al no mostrarle la segunda tarjeta amarilla, el final era previsible.
En el minuto 60’, Figueroa aprovechó las licencias de la zaga central unionista para poner la primera estocada. La ventaja por mínima que fuera, parecía irremontable para un San Felipe que no podía encontrar espacios ante un oponente que defendía hasta con nueve hombres en campo propio.
Se intentó con Boris Sagredo, el mismo jugador que fue objeto de una grosera infracción cuando iba con destino hacia el pórtico custodiado por Fernando Hurtado. La ilícita recuperación antofagastina sorprendió muy jugado a los locales, que al 80’ terminaron sucumbiendo de manera con otro gol de Figueroa, jugador que a esas alturas jugaba ‘gratis’. Esa diana, fue el corolario perfecto para la pésima actuación de Assadi, quien quizás protagonizó el peor arbitraje de los últimos tiempos en el reducto de la Avenida Maipú.
Con esta derrota, el Uní Uní al cierre de la presente edición de El Trabajo Deportivo, conservaba su décimo tercera posición con 23 unidades, manteniendo 5 de ventaja sobre el colista Santiago Morning, que la noche anterior había caído ante San Marcos de Arica. En definitiva, y pese a la derrota, no todo fue tan malo.


