Unión San Felipe vuelve a quedar al debe al caer por la mínima frente a Recoleta

Una actuación que nuevamente dejó un sabor muy amargo en el paladar futbolístico de sus hinchas y medio en general, cumplió el Uní Uní en su desafío ante Deportes Recoleta, duelo que la noche del domingo último se disputó en un semi oscuro estadio Municipal de San Felipe, recinto que a ese déficit sumaba una cancha en irregulares condiciones.

Decepción fue el sentimiento que embargó a los casi mil adeptos albirrojos que ilusionados pensaban que su equipo podría imponer su condición de local frente a un oponente históricamente complicado, y ante el cual no se sabe de triunfos desde que éste se encuentra en la serie de plata del fútbol profesional chileno.

Lo de los albirrojos fue pobre, y estuvo muy por debajo de lo esperado. Un cuadro que recurre a las ganas y la intensidad por sobre la elaboración, habla a las claras de una propuesta que por ahora no responde a las expectativas de algo distinto para este 2024. Sin hacer mucho, y plantándose bajo un régimen de resistencia, sumado a un arquero de otro nivel, los capitalinos no tuvieron mayores problemas para poner en aprietos a los de Orellana.

Con algunos ripios, Unión San Felipe demuestra que tiene herramientas en lo defensivo. El asunto está de mitad de cancha hacia arriba; es ahí donde no logra hacer diferencias al mostrarse muy plano y directo, dejando todo en los hombros de Gonzalo Jara y Bairo Riveros, dos hombres de buen pie y mucha velocidad, pero que no están dando con el cierre de la jugada.

Tal vez, la noche del domingo los sanfelipeños pudieron escribir otra historia, sin embargo, esto no fue posible debido a que Gonzalo Jara desperdició una inmejorable oportunidad cuando en el minuto 21, el joven portero Jaime Vargas (acuérdese de este nombre) le tapó de manera magistral un tiro penal.

Recién iniciado el complemento los visitantes hicieron la diferencia mediante la solitaria conquista de Daniel Viveros en el 46’. Después de eso el juego fue un verdadero ir y venir muy desordenado. Por un lado, los aconcagüinos cargaban sin muchos argumentos para igualar, mientras que los recoletanos aguantaban para salir rápido y aprovechar los espacios.

Con esta caída tempranamente, los de Orellana empiezan a sentir presión por mejorar en lo futbolístico para poder aspirar a resultados positivos, única manera de bajar las críticas que están dejando sentir después de un inicio en falso donde la cosecha ha sido igual a cero.

Gonzalo Jara intenta controlar y pasar ante la oposición de un rival. (Foto: ANFP)
Gonzalo Jara intenta controlar y pasar ante la oposición de un rival. (Foto: ANFP)
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