Pese a lo modesto de la vivienda, el delincuente igualmente aprovechó la oportunidad y se llevó más 800 mil pesos en especies.

PUTAENDO.- Un nuevo robo en la comuna afectó esta vez a una esforzada y conocida familia que sufrió el embate de la delincuencia a plena luz del día.

La familia compuesta por Fernando Herrera y su esposa Silvia López, que por más de 15 años han levantado su hogar a un costado de la gruta en pleno centro de Putaendo, aún no puede comprender como pudieron ser víctimas de un robo a plena luz del día, luego que aparentemente un sujeto violentó una ventana para perpetrar el ilícito.

El jueves pasado, Fernanda Herrera López, hija de este matrimonio, se ausentó de la vivienda, solicitándole a su madre que recibiera a su hija en el furgón que la traslada desde la sala-cuna, ante lo cual la señora Silvia, pasadas las 12:00 de ese día, esperó a su nieta, subiendo posteriormente hasta su domicilio, encontrando la ventana semi abierta y un gran desorden en el interior que le hizo comprender que había sido víctima de un robo.

Solo con la llegada de su esposo y de su hija comprendieron la magnitud de la situación, donde el o los delincuentes ingresaron a la pieza de Fernanda, sustrayendo un computador portátil, una cámara fotográfica recientemente adquirida, dos teléfonos celulares, ropa y una importante cantidad de dinero que había recibido la pareja de Fernanda solo días antes en su trabajo, el cual habían destinado para la compra de mercadería y el pago de cuentas.

El avalúo aproximado de todo lo robado superaría los 800 mil pesos, sin considerar los daños que dejaron en las ventanas y puertas que forzaron aparentemente con un ‘diablo’.

Lo grave de esta situación es que por esas cosas del destino, el furgón que transportaba a la nieta de la señora Silvia López sufrió un retraso, lo que hizo que la mujer llegara un poco más tarde de lo habitual a su casa, ya que según lo señalado por un testigo ocular, solo minutos antes habrían visto a un sujeto joven que habría estado golpeando en la puerta de la casa sin despertar mayores sospechas, el que eventualmente habría ingresado al domicilio, lo que pudo haber significado que la señora Silvia se hubiese encontrado con el sujeto al momento de llegar a su hogar.

Fernando Herrera nos mostró los daños dejados aparentemente por el o los sujetos que ingresaron a su domicilio, agregando que tanto las puertas como las ventanas las mantienen con tapas y con trancas, lo que no fue impedimento para que ingresaran a su casa, señalando que ya hace 12 años también le robaron, pero que con todas las medidas de seguridad que había tomado pensó que no volvería a ser víctima del actuar de delincuentes.

Fernanda Herrera López no pudo ocultar su impotencia y rabia, pues indicó que con mucho esfuerzo habían adquirido una cámara fotográfica, el computador y los teléfonos, lo que para ellos tenía un significado especial, pero más allá de todo lo material, se sentían vulnerados en su intimidad, pues la pieza que comparte con su hija y su pareja fue revisada por completo, llevándose no tan solo las especies y el dinero, sino que también ropa, por lo que hizo un llamado a la comunidad a solidariamente entregar algún antecedente que permita recuperar sus pertenencias: “Ojala que la gente nos ayude y denuncie quien está vendiendo nuestras cosas, estos robos hay que pararlos y entre todos debemos hacer algo, ojala que las cosas puedan aparecer y ojala que nunca más tengamos que pasar por lo que vivimos, porque se llevaron no tan solo lo que adquirimos con esfuerzo, sino que también se llevaron nuestra tranquilidad. Gracias a Dios mi mamá y mi hija no se encontraron con este sujeto dentro de la casa, porque no sé qué hubiese pasado”.

Al visitar a la familia afectada la noche de este viernes, fuimos testigos, primero, del esfuerzo y tenacidad de este matrimonio que por años ha vivido ahí y que ha convertido poco a poco su humilde hogar en una casa que hoy alberga incluso a su nieta, pero además vimos como medio de comunicación cómo esta vivienda, ubicada a menos de 50 metros de calle Chacabuco y Ambrosio Camus, está en la más absoluta oscuridad, teniendo un poste de la luminaria pública frente a la gruta, pero el callejón convertido en un peligro producto de la oscuridad y del mal estado del camino, por lo que bien hoy valdría la pena poder colocar, aunque no sea un poste de cemento, otra nueva luminaria en ese sector, lo que ayudaría a tener más luminosidad y seguridad para esta familia y para quienes viven en las cercanías.

Patricio Gallardo M.

 

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