Rolando Stevenson Velasco: «Siento que la gente me quiere dar la oportunidad de ser Alcalde»

El candidato a Alcalde por San Felipe, Rolando Stevenson, se presenta por segunda vez y como Independiente de oposición.

El ex concejal Rolando Stevenson Velasco ha dado una dura lucha por ser alcalde de San Felipe, siendo ésta la segunda vez que se presenta como candidato a tan importante cargo, alcanzando en la elección anterior del año 2008, nada menos que el 38% de los votos, en tanto su contendor directo, el actual Alcalde Jaime Amar, el 44%.

Lo anterior lo convierte en un fuerte y serio aspirante al cargo. Quisimos saber qué análisis hace de ello y esto fue lo que nos dijo:

– «La elección anterior la enfrentamos como Independiente, con una desigualdad absoluta en cuanto a recursos económicos y, así y todo, la gente respondió y alzó claramente su voz. San Felipe necesita, ayer y hoy, un cambio en la gestión alcaldicia. 20 años en el cargo hace, inevitablemente, que la autoridad y algunos de sus colaboradores sientan que ellos saben todo y que lo que determinan es lo único correcto. No es así, hoy los ciudadanos y ciudadanas exigen ser escuchados: una cosa es ‘informar de las decisiones ya tomadas’ y otra muy distinta es escuchar a la gente y tomar en cuenta de verdad su opinión».

– Hoy nuevamente se presenta como independiente, ¿por qué?

– «Fui militante de la DC durante 52 años. Allí me formé en convicciones valóricas profundas: soy cristiano, demócrata, humanista y profundamente sanfelipeño. Sentí que era necesario dar el paso y renuncié al único partido que he militado en mi vida. Hoy mi partido se llama San Felipe y sus militantes son todos los hombres y mujeres que viven aquí, que están decepcionados, cansados y desconfiados de la actual gestión alcaldicia.

«Las autoridades deben ponerse en sintonía con los nuevos tiempos y hacer política desde la gente, con la gente y para la gente».

– Pero se presentó a las primarias.

– «Sí, me lo solicitaron parlamentarios, dirigentes regionales y locales de los partidos de la Concertación. Lo asumí como Independiente ya que el reglamento consideraba que ‘los perdedores apoyarían a los ganadores’. Lo hice y gané con el 61% de los votos. Pese a esto, algunos que debieron estar conmigo no lo están y salieron a ‘inventar’ un candidato alternativo. Lo mismo hicieron en el 2008 y significó la quinta re-elección del actual alcalde. O sea, ‘palos porque bogas y palos porque no bogas’. Estoy tranquilo porque siento que cuento con el apoyo de la gente común y corriente, simpatizantes y adherentes de la Concertación, del PC, de otros partidos, de movimientos sociales y -sobre todo- de los independientes, que lo único que desean es un cambio de autoridad y de estilo. Los militantes de partidos políticos son menos de un 4% del electorado».

– ¿Qué debiera pasar en esta elección?

– «Me vuelvo a presentar. Siento que la gente me quiere dar la oportunidad de ser Alcalde de nuestra querida ciudad para cambiar el estilo de gobierno municipal. En el 2008, más de la mitad de los sanfelipeños y sanfelipeñas le dijeron claramente no al actual alcalde. Hoy, cuatro años después, la gente puede comparar entre los estilos de Jaime Amar y el mío. En la campaña anterior me comprometí a temas ciudadanos concretos que siguen vigentes: Parque Urbano; recuperación de nuestra Plaza de Armas, hoy tan venida a menos; Potenciar la Oficina Municipal del Sernac; Golpear todas las puertas que fueran necesarias para traer inversión y, por ende, más y mejor trabajo para nuestra gente; sólo por nombrar algunas. Eso significó que mi contendor –con todo el aparataje municipal y un tremendo despliegue de recursos publicitarios y económicos- hiciera 72 promesas a los ciudadanos: Arreglar todo el centro de San Felipe; Piscina temperada y abierta a la comunidad; Nuevo Terminal de Buses; Centro Cultural; etc.; etc.; etc..

«Hoy los ciudadanos distinguen entre promesas demagógicas y electoreras y compromisos reales y concretos. Ellos decidirán libre y democráticamente, yo sólo les pido la oportunidad de hacer realidad mis compromisos. Esta es la diferencia de fondo: yo sí escucho a la gente, ¡siempre!.