- No ha superado del todo sus problemas de salud, pero asegura que necesita volver a trabajar.-
Olivia Malbrán Aldunce es comerciante, hace más de un año aún tenía su carrito de ventas en calle Merced a pasos de Salinas, pero lamentablemente un cáncer la afectó y debió renunciar a seguir trabajando, y por ende, a su permiso municipal.
Ahora bien, situados en los últimos días del mes de julio, Olivia no ha superado del todo sus problemas de salud, pero quiere volver a trabajar. Sin embargo, desde la Municipalidad de San Felipe no le han dado una respuesta positiva.
Aunque la comerciante admite que fue ella quien renunció al permiso por haber enfermado, asegura que hoy necesita volver a generar ingresos para su hogar.
«En mayo (2024) me enfermé y al mes de mayo (2025) llevo un año; todavía estoy enferma porque no me siento bien, pero necesito trabajar, porque necesito recrearme. Uno cuando está muchos años en la calle se acostumbra a la calle, a recrearse, llego a la casa y no hallo qué hacer, me desespera y me dan ganas de salir arrancando. Entonces, necesito ese permiso, que me lo den por favor, lo necesito con urgencia, porque ayudaba a mi hijo y a mi nieto.
«Mi hijo quedó sin ‘pega’, lo operaron del corazón, estaba trabajando en la mina. Ahora no puede por la mallita que le pusieron en el corazón… en los exámenes le sale eso. Ahora está con una pyme y están mal, cuando hubo esa cuestión de pandemia tenía una, ahora tiene otra y en esa está mejor, pero está en la casa», estableció Malbrán.
– Señora Olivia, ¿usted tenía permiso aquí en calle Merced?
– Sí, 30 años en la calle, ahí lo tenía. Limpiaba, barría, dejaba limpiecito y era medio día, estaba hasta las 2 (de la tarde), nada más.
– ¿Qué le pasó a usted que renunció a ese permiso?
– Sí, porque estaba enferma, me dio cáncer, de un momento a otro me hicieron una operación muy grande, me sacaron el útero, los ovarios y un pedazo de tripa del intestino delgado y otro del (intestino) grueso. Entonces yo necesito, porque la pensión es poca y las cosas están muy caras, necesito ese permiso con urgencia. Le pido a la señora alcaldesa que me vise, no importa no sea ahí, pero en otro lado.
Respecto a su recuperación y la necesidad de volver a trabajar, la comerciante explicó que «ahí me anduve mejorando, hasta que volví a la municipalidad si me podían devolver el permiso, porque estaba mejor. Quería trabajar, la plata es poca».
Asegura que ha gastado dinero en mandar a hacer las cartas y le dicen «que no es efectivo, que no es efectivo. No sé qué es no efectivo, no me dan explicación, no me dan nada, me han cerrado todas las puertas.
– O sea, ¿usted ha mandado cartas a la municipalidad?
– Claro, hablé con la alcaldesa y me dijo ‘sí, la vamos ayudar’, mandé a Seguridad también y me lo han rechazado. Ahora tengo audiencia con don Felipe Olivares, el 4 (agosto) me dio, para hablar con él y me dé un lugar donde yo quiero trabajar, detrás del ‘Liceo de Hombres’. No estoy cerca de la plaza, cómo hay gente trabajando igual que yo y les dio permiso.
Insistió en la necesidad de volver a trabajar y señaló que «me las he llorado todas, me ha subido hasta la presión. Ayer me subió, le dije a un señor que me tomara la mano porque me iba a desmayar, en la tarde también me subió, eso es todo por el sistema nervioso que me tiene así.
– ¿Pide públicamente que le regresen el permiso?
– Por eso pido públicamente que la alcaldesa se ponga la mano en el corazón y eso que yo voté por ella… yo voté por ella, me gustaba a mí y me ha negado el permiso. Entonces, necesito por favor que me devuelva el permiso, porque lo necesito urgente, ya tengo depresión…
Al finalizar, Olivia Malbrán añadió que ella tenía una deuda durante el tiempo en que estuvo enferma. «No pude pagar, eso no me lo cobran ellos, pero antes tenía una y en ese momento no tenía para pagársela, sin embargo, después que me llegó la plata del Banco Estado la ofrecí pagarla y ellos no quisieron recibirme la plata. Ellos me condonaron, pero yo les dije ahora tengo platita, le devuelvo lo que debía del permiso; ellos no quisieron recibírmela. Les pagaba todo y el permiso también para seguir trabajando. Eran como 700 ‘lucas’ las que hubiera pagado muchos antes; no sé si son 700 o 1,8 (millón)», concluyó.
