Hechos ocurrieron en Catemu:
A presidio perpetuo fue condenado un sujeto de actuales 26 años de edad, por secuestro con violación contra su expareja de 22 años, más 50 días por ocasionarle lesiones menos graves.
La información la entregó a nuestro medio el fiscal Alejandro Bustos, informando que la lectura de sentencia se dio a conocer este día lunes 18 de marzo; «donde el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de San Felipe dio lectura a la sentencia condenatoria impuesta a un hombre que la fiscalía acusó por haber golpeado a su exconviviente -con quien tiene un hijo en común- en octubre del año 2020, y que a finales de noviembre del mismo año mantuvo cautiva por 5 días en la comuna de Catemu, contexto en el cual la golpeó brutalmente, la amenazó y la obligó a mantener relaciones sexuales, logrando ella pedir ayuda el 2 de diciembre, aprovechando un trámite que debía hacer el acusado», informa.
Durante el juicio, dijo el fiscal Bustos, la fiscalía exhibió fotografías del sitio del suceso, de las lesiones sufridas por la víctima en ambas oportunidades, «un video de los hechos que tuvieron lugar durante este secuestro y presentó al Tribunal el relato de la víctima, de testigos de oídas, de Carabineros, psicólogos, médicos y personal de la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI de Los Andes, dejando en claro que el acusado agredía a la víctima con un objeto, a quien sometía mediante violencia. Así la fiscalía acusó por el delito de lesiones menos graves respecto al hecho ocurrido en octubre del 2020», indica el persecutor.
Recordar que el condenado es un individuo que en ese entonces tenía 22 años, quien en el mes de octubre de 2020 «golpeó a su exconviviente con quien tiene un hijo en común, dejándole lesiones de carácter leve y se hace la denuncia acá en el ministerio público».
De acuerdo a esa denuncia «se inicia el procedimiento, se solicitan las medidas cautelares anticipadas y al pasar de los días, el 27 de noviembre del año 2020, este sujeto, de acuerdo a los hechos que ya se han dado por establecidos en el juicio oral, mediante intimidación, colocando un objeto que le causó mucho miedo a la víctima en su espalda, al parecer un arma de fuego, es que obtiene el traslado de ella al domicilio del imputado en la comuna de Catemu», indica el persecutor.
En ese lugar, dijo el fiscal Bustos, «una vivienda que él mantenía donde residía cerca de la casa principal, en un lugar independiente es que la mantiene encerrada de modo tal que ella no tenía ni la capacidad física ni estaba en condiciones por el temor que sentía, de poder arrancar. El imputado la agredió violentamente en ese lugar, causándole lesiones en distintas partes del cuerpo y la forzó a mantener relaciones sexuales en dos oportunidades», señala.
«La víctima logró convencer varios días después al imputado, que la llevase a un trámite que tenía que realizar en el centro de San Felipe, y es en ese contexto que ella logra escapar y sentirse segura, hacer la denuncia correspondiente, quedando el imputado detenido en ese momento».
RENDICION DE PRUEBAS
«Se rindieron las pruebas por el Ministerio Público consistentes en la declaración de ella (víctima), de una psicóloga que realizó un peritaje de credibilidad y otra que tuvo contacto con ella en una casa de acogida, así como el personal policial y del guardia que estando en este lugar donde el imputado estaba realizando un trámite, logró divisar a la víctima y tener la primera acogida de ella, haciendo la denuncia correspondiente. El Tribunal consideró que las pruebas eran suficientes para poder dar acreditado el delito de secuestro con violación, además del delito de lesiones en el contexto de violencia intrafamiliar que había ocurrido meses antes», señaló.
El persecutor recordó que el trámite que debía realizar el acusado era en la Inspección Provincial del Trabajo, ubicada en el sexto piso de edificio de la Delegación Provincial.
El imputado se mantenía en prisión preventiva a la espera de la sentencia condenatoria, desde diciembre del año 2020.
Señalar que, según el fiscal a cargo del caso, estos hechos se inician mucho antes, cuando el condenado conoció a la víctima de 16 años en ese entonces, y desde los inicios de la relación sentimental que el imputado la golpeaba, algo que «él reconoció ante estrado que efectivamente la golpeaba desde el principio de la relación, de hecho reconoció todas las agresiones físicas que había perpetrado en contra de ella y se mostró bastante arrepentido por haberla golpeado, eso lo señala en su última intervención en estrado», señaló.
La fiscalía durante el juicio logró afirmar y acreditar que él sentenciado estaba obsesionado con ella, «en el sentido de no aceptar el término de la relación, porque ella le había puesto término, a esa relación», indicó.
El condenado tiene 26 años mientras que la víctima 22.