- Por su parte, el Uní empata a 2 con el Morning y su sufrimiento ya parece interminable.-
En el momento en que los hinchas albirrojos y el medio en general, empezaban a ver avances en el juego y actitud del equipo, el profesional argentino Christian Lovrincevich, dio conocer por sus redes sociales que había tomado la decisión de dejar de ser el entrenador de Unión San Felipe.
La salida del estratego es un golpe muy duro ya que obligará a los dirigentes buscar con urgencia otro adiestrador que se haga cargo de este verdadero ‘fierro caliente’ que es el Uní Uní. «Sin más queremos y paso a que una nueva conducción pueda hacer frente al resto de la temporada. Agradecidos del club, de los funcionarios y de la predisposición del plantel. Siempre deseando lo mejor» (sic). Ese fue el texto con el cual el profesor Lovrincevich anunció su adiós de la institución.
EL EMPATE
Es tal el nivel de mediocridad que ha tenido la actual campaña unionista, que por más increíble que parezca, gran parte de la ahora angustiada hinchada albirroja, terminó valorando el empate a 2 frente a Santiago Morning.
En condiciones medianamente normales, un empate de local contra el conjunto ‘microbusero’, se hubiera considerado como un mal resultado, pero después de venir de derrota en derrota, un punto se valoriza más desde lo anímico que en lo netamente competitivo. Una unidad sirve de poco y nada en lo que será la ardua pelea por evitar caer a los pantanos de la Segunda División.
La helada noche del viernes último en Los Andes, el Uní Uní hizo el que quizás ha sido su mejor presentación de la temporada. Sin brillar, pero con mucho orden, los ahora ex de Lovrincevich, se mostraron pensantes a la hora de hacer las transiciones hacia el arco rival. Con esto, dieron con el tono para que cada vez que lograban sortear el sistema defensivo bohemio encontraron caminos para meter susto en el arquero Hernán Muñoz, quien a los 8’ del primer tiempo vio caer su valla cuando el delantero César Huanca logró meter su cabeza para desviar una pelota que significó la apertura del marcador.
Santiago Morning intentó volcarse sobre el arco custodiado por el ahora resistido Álvaro Salazar, sin embargo, los sanfelipeños resistieron sin mayores inconvenientes los embates que tuvieron como protagonistas a Richard Paredes y Kevin Campillay.
Por primera vez en el año, los casi 700 adeptos albirrojos que llegaron hasta el estadio Regional de Los Andes (buen recinto) pudieron disfrutar de un entretiempo tranquilo, sin la preocupación de haber visto a su equipo asediado y jugando muy mal, lo que claramente era un progreso al mostrar y demostrar que la mano del profesor Lovrincevich se estaba empezando a notar.
A estas alturas del torneo, ya está muy claro y demostrado que el plantel sanfelipeño es muy débil, por lo que se ha hecho común y casi normal, ver cómo sus oponentes logran abrazos gracias a los errores -ya son horrores- aconcagüinos que a méritos propios. Santiago Morning encontró el empate gracias a las licencias de la zaga y un arquero que de manera increíble se quedó pegado viendo como un balón se paseó por área chica para que Paredes, sin oposición metiera su cabeza y con eso el gol del empate cuando recién iban 120 segundos del segundo lapso.
En esta crónica ya habíamos dicho que San Felipe mostraba progresos y que la mano de Lovrincevich se estaba haciendo notar. Prueba de ello es que el equipo no perdió su línea, a lo que agregó una buena dosis de ritmo e intensidad, con lo que dominó las acciones. De ese modo en el 72’ Matías Sandoval puso un 2 a 1 que hacía justicia e ilusionaba con el primer triunfo en casa.
Contrariamente a lo que se suponía, el Uní Uní no dio por cerrado el pleito, y quizás como una manera de demostrar que había progresos, siguió martillando para encontrar el tercer tanto. Como siempre, Gonzalo Jara era el baluarte que sostenía todas las ilusiones que se fueron al tacho de la basura en el preciso momento en que el arquero Salazar, literalmente regaló una pelota intrascendente que posteriormente Julián Rodríguez canjeó por el empate forastero, cuando restaban solo 2 minutos para el final.
No es exagerado afirmar que tras la igualdad de los visitantes hubo fanáticos del Uní Uní que contuvieron las lágrimas al sentir que la suerte del equipo ya está echada. Otros mordieron rabia y posteriormente la soltaron, al hacerla saber a parte de los directivos albirrojos que estaban en el estadio andino.
Frente al Morning, los aconcagüinos mostraron avances, no tan sustanciales, pero avances, al fin y al cabo. Es por lo mismo que no se resignan a la partida de Christian Lovrincevich, quien durante la mañana del sábado (nota aparte) dio conocer que renunciaba como entrenador de Unión San Felipe. Ahora con otro técnico habrá que partir de cero, pero con el reloj corriendo en contra.