Incidente con comerciantes ambulantes:
Hay un refrán entre los comerciantes que dice: «El sol sale para todos», pero al parecer no es el caso de una familia que producto que el marido no puede trabajar por problemas físicos (a quien por lo demás le quitaron su pensión), decidió junto a su esposa instalarse a vender desayunos a los choferes en Chercán Tapia casi al llegar a la rotonda Monasterio, sin pensar que comenzaría un verdadero calvario que hoy tiene a su esposa Yasna Valdés en un complejo estado de salud, luego de sufrir un aneurisma tras una fuerte discusión con un familiar del dueño de un puesto de verduras que hay en el lugar.
Según nos indica Jorge Rojas Araneda, el día viernes de la semana antes pasada fueron amedrentados por una persona de Santa Filomena de Santa María, «ellos tienen un puesto de verduras en Chercán Tapia con la rotonda Monasterio, donde además venden frutos secos, aceitunas, y con mi señora habíamos empezado con una Pyme de dar (vender) desayuno en la mañana a los camioneros, autos; uno normalmente sale atrasado de repente en las mañanas y pasa, se toma un café, una sopaipilla. No estábamos vendiendo nada, nada de lo que ellos venden, no somos competencia, además llegaban a las 11 de mañana y a esa horas nos estábamos yendo, pero dos días nos amedrentaron, pusieron un camión adelante para que no trabajáramos», relata.
«Al otro día –viernes antes pasado- llegó el hijo de este caballero con un camión, yo alcanzo a salir, porque estaba atizando, echando leña al fuego para que salieran más ‘llamitas’ y poder hervir la tetera, salgo y pasó el camión por el lado mío. Mi señora se asustó, mientras que el ‘gallo’ se bajó con prepotencia, nos echó y nosotros ‘pero oiga qué le pasa si estamos trabajando ahora y cuando llega tú papá nos vamos, no estábamos a la hora y además que no vendimos lo mismo’, pero que ‘nooo, nosotros somos los dueños’. Y producto de eso (discusión), mi señora sufrió un aneurisma y ellos no me prestaron auxilio.
– Explique qué pasó en ese momento, ¿pasó el camión?
– Él se bajó con un palo y empezó a tratarnos mal y le dije que se cabreara. Igual yo le eché garabatos porque no podía quedarme con esas palabras que él me decía. Yo sé que a lo mejor estuve mal, pero tampoco era para que él reaccionara de esa forma y mi señora se asustara, y porque él me iba a pegar con un palo de parrón y justo mi señora me habló y me dijo «me voy a desmayar» y se desmayó del susto y todo, se le reventó la aneurisma porque sufre de diabetes.
– Ahí qué pasó, ¿la trasladó al Hospital?
– Ellos se arrancaron y me dejaron tirado como 15 minutos, con mi señora, hasta que pasaron un auto de unos niños que trabajaban no sé sí en la Copec o iban a trabajar (07:30 am), y ellos me llamaron la ambulancia. Yo les gritaba que por favor me llamaran la ambulancia, «ayúdenme» con garabatos les decía y me dejaron solo con ella ahí.
«Mi señora se descompensó, empezó a convulsionar, se le durmieron las piernas, no la podía tomar en brazos, sentarla en ningún lado, tuve que tirarla en el barro porque ese día en la noche nos tiraron agua en el sector donde trabajamos, hicieron un barrial para que no trabajáramos ahí, fue insoportable ese día, yo andaba trayendo unas cosas, las puse en el piso para que no estuviera en la humedad y esto pasó a las siete y media de la mañana, el día viernes de la semana pasada», comenta.
«De ahí mi señora fue trasladada urgente a la clínica Las Condes para operarla, aquí (San Camilo), no se podía hacer esa operación y de ahí que estamos lidiando con ese problema y ahora quiero hacerlo público porque ya no doy más de esto. Ahora se me vienen días pesados porque son 20 días los que mí señora tiene que estar aquí en el Hospital para la evaluación de la operación que le hicieron y ahí se vienen como 6 meses más», comenta.
– ¿Puede quedar con secuelas?
– O, se nos puede ir.
– ¿O sea está en riesgo vital?
– En este momento se puede decir que sí, pero tiene que esperar la evolución de los 20 días, pero si pasa una rabia se le puede detonar ese infarto cerebral.
– Pero hoy necesitas de la comunidad, de tus amistades, de la gente que te pueda cooperar con dinero para poder vivir el día a día.
– Sí, sí, sí necesito harta ayuda de la gente, porque ya en 6 meses no son 100 mil pesos, hay que llevar una casa, luz, agua, gas, alimento de la niña, más encima llegó la niña mayor con hijo a la casa y ahí estamos nosotros.
Actualmente dice que están viviendo de lo «que caiga nomás, depósitos de amigos. En este momento estoy en esa, que si me depositan yo voy a vivir, si no, no voy a poder vivir. Imagínese en la clínica yo, un pan en la mañana me comía por no gastar plata y dejarle aquí a las niñas en casa, ellas quedaron solas todos estos días, yo llegué anoche (viernes) a las dos de la mañana aquí».
– ¿Dónde te puede depositar la gente que va a leer esta nota y quiere ayudar?
– Sí, la cuenta Rut 11.530.567-0 a nombre de Jorge Rojas.
Decir que actualmente su señora fue dada de alta y se encuentra en su domicilio con reposo absoluto. En todo caso los aludidos en esta nota tienen su derecho a réplica. Yasna Valdés trabajó en la Municipalidad de San Felipe.