Entre lágrimas Alicia Vargas, madre de Tamara, clamó justicia por la brutal muerte de su hija.

Pablo Salinas Saldías – psalinas@eltrabajo.cl

“Me imaginé el sufrimiento de mi hija y la manera que pudo haber sido, tuvo que haberle rogado que no lo hiciera y lo hizo igual”. Con estas palabras, entre lágrimas y voz quebradiza, partió el relato de Alicia Vargas, madre de Tamara, quien muy emocionada prestó su declaración ante el Tribunal exigiendo justicia por la muerte de su hija de 21 años de edad.

Alicia manifestó que su vida ya no era la misma sin su hija por la tragedia que la embarga como madre al perder un ser tan querido: “Mi vida ya no es lo que era antes, porque es la peor tragedia que le pueda pasar a un ser humano, a una madre (…) no soy Dios, ni rencorosa, sólo pido que se haga justicia, de privarme de la compañía de mi hija, quiero que se dé la pena más alta para esta persona”, clamó Alicia ante los magistrados.

Juan Carlos Lepe entregó su testimonio, dejando en evidencia el duro proceso de vivir con la ausencia de Tamara.

“No era mi hija la que estaba en ese cuerpo morado y sus huesos quebrados, le toqué su cara, la tenía hinchada, la besé, no podía creer que mi hija estaba en un cajón con mi nieto”, relató emocionada Alicia.

Por su parte Juan Carlos Lepe, padre de Tamara, entregó su testimonio sobre la tragedia que ha vivido por la ausencia de su hija y de las esperanzas que tenía por su futuro nieto: “Ella me manifestó que el sujeto dudaba de la paternidad del hijo y que le aconsejó que abortara (…) Nicolás maliciosamente sacó una copia de las llaves para ingresar a la casa, porque varias veces Tamara despertaba viéndolo a él sentado en su cama, porque saltaba por sobre la reja para ingresar. Ese día me llaman a las 17:15 horas y me manifiestan que Tamara estaba muerta y que su ex pololo la había asesinado (…) Él cuando supo del embarazo huyó, no quería ese hijo”, añadió Juan Carlos.

Jonathan Aceituno fue testigo de los hechos al escuchar en la casa contigua gritos de auxilio de Tamara.

LOS TESTIGOS

El juicio concluyó pasadas las 15:00 horas con el testimonio de Jonathan Aceituno, quien se encontraba en la casa contigua a la de Tamara, siendo testigo de los ruidos y golpes que se sintieron a esa hora: “Se escuchaba gritar una mujer que decía ‘Papá… Papá’, se sentía la vibración en el suelo producto de los golpes entre 5 a 10 minutos”, sostiene el testigo.

Asimismo, Jonathan aseguró que por su calidad de pololo de la dueña de casa que precisamente se encontraba en su trabajo a esa hora, la llamó a su celular para relatarle los hechos y que lo mantenían nervioso por los constantes ladridos del perro que estaba en la casa. Recordó que ese día le solicitó a su polola Catalina que llamara a Carabineros para denunciar los hechos sin obtener resultados positivos por parte de la institución.

Catalina Bastidas llamó a Carabineros para advertir los hechos desde su trabajo, pero Carabineros no se presentó.

Por su parte Catalina Bastidas, autora del llamado, testimonió que dio cuenta de los hechos al nivel 133 recalcando que su vecina Tamara se encontraba embarazada y que estaba siendo agredida: “Después mi pololo me llamó y me dijo que Carabineros nunca llegó”, agregó Catalina.

Cabe mencionar que durante la audiencia se encontraban presente familiares y amigos de Tamara como también del imputado, quienes durante los testimonios se emocionaron ante las potentes declaraciones de los participantes.

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