Comités deben organizarse y trabajar en conjunto para conseguir soluciones:

Hace unos días visitó la ciudad de San Felipe el director regional del Serviu, Tomás Ochoa Capelli, para ver el avance de las obras de Michimalonco.

En la oportunidad pudimos conversar para consultar sobre la existencia de terrenos fiscales para viviendas, a propósito que un colectivo social llegó hasta la municipalidad a reunirse con la alcaldesa Carmen Castillo buscando una solución a un problema que aqueja por años a cientos de familias del Valle de Aconcagua.

En la conversación volvió a reiterar y confirmar lo dicho por la delegada biprovincial de la entidad, Patricia Boffa Casas, en el sentido que no existen predios fiscales donde construir viviendas sociales.

Recordar que la gente sin casa ha pedido que se evalúe la posibilidad de un paño en la Escuela Agrícola o parte del Aeródromo Víctor Lafón. Pero no ha encontrado eco en las autoridades porque esas zonas están grabadas como área verde, estratégica.

Al ser consultado por esta situación, Ochoa indicó que «ellos pueden empatizar y entender a veces la necesidad y ansiedad por contar con una solución habitacional, pero no creemos que el camino sea el camino de la violencia, menos tomarse la Municipalidad u otra acción de fuerza. La verdad que eso no ayuda en nada, ni a nosotros ni al diálogo. Lo segundo, nosotros como servicio no tenemos terrenos fiscales en San Felipe y en general en el Valle del Aconcagua hay muy poco terreno fiscal, pero eso no impide que se puedan desarrollar proyectos habitacionales. Porque el Serviu compra terrenos y tenemos varios mecanismos para comprar terrenos, el más regular es comprarlo a través del propio subsidio. Hay una parte del subsidio que se puede destinar a la compra de terrenos, el llamado que nosotros hacemos a los comités, la fórmula es formar un comité de vivienda, asociarse a una entidad patrocinante, que son financiadas por el Estado a través del Serviu, y comenzar el desarrollo del proyecto, comprar un terreno, presentarlo a Serviu, aprobarlo, y ese proyecto se va a construir como muchos proyectos que hemos hecho acá en el Valle. Hicimos el Diego de Almagro, Montes Andinos, estamos construyendo Brisas de Los Andes, estamos construyendo en Panquehue, entonces el camino es un camino conocido, que sirve, además permite finalmente que las familias logren el sueño de la vivienda, y el no tener terrenos fiscales no es un impedimento, el Serviu compra terrenos», señaló.

Pero está la desesperación en comités que llevan 18, 20 años, entonces ellos dicen «hemos presentado todos los papeles y todavía no tenemos nada». Se reunieron dos comités de Curimón con la Municipalidad, ¿las municipalidades pueden comprar terrenos por ejemplo o no?

– Bueno, efectivamente hay algunos municipios, hay comités que compran terrenos. Yo vengo recién de un comité en Panquehue que está construyendo, y el terreno lo compraron las familias, hicieron un esfuerzo, ahorraron y compraron las familias. El Serviu compra terrenos, la Subsecretaría de Desarrollo Regional también compra terrenos, es decir hay mecanismos hoy días suficientes y herramientas que permiten acceder a terrenos para desarrollar proyectos y efectivamente hay muchos comités que esperan por muchos años. Nosotros lamentamos esa situación, pero también hay otros, que se organizan y al cabo de 2 ó 3 años ya están construyendo sus viviendas. Lo que necesitamos acá es organización, trabajo colaborativo y buscar soluciones, más que protestar.

La Delegada comentaba que han recibido una carpeta de una persona interesada en vender un terreno y la enviaron al Serviu

– Sí, nosotros eso lo vamos a evaluar como todas las compras de terrenos que hacemos, ahí tiene que cumplir con dos requisitos: Uno, que permita el uso de vivienda, ahora que parezca de perogrullo, pero muchas veces nos ofrecen terrenos que el plan regulador no permite construir viviendas, o que es zona agrícola o comercial; eso no, el terreno debe permitir construir viviendas. Y segundo, que el precio sea acorde al mercado. Porque nosotros no pagamos sobre precio, pagamos el precio justo, y con esos dos requisitos podemos efectivamente, seriamente, ir adquiriendo terrenos aquí en el Valle del Aconcagua, particularmente en la comuna de San Felipe.

¿Cambiar el uso de suelo es complicado o no?, porque eso depende del SAG, tengo entendido.

– Es que los usos de suelo hay dos formas de cambiarlos: Cuando es rural se hace a través del Ministerio de Agricultura; más que complicado, es un trámite que hay que hacer, que se toma un tiempo. Y en zonas urbanas, los cambios de uso de suelo los hace el Municipio a través de la modificación del Plan Regulador. Y esas dos cosas, en la medida que exista esa alternativa y exista más suelo disponible para nosotros como servicio, es mucho mejor. Nosotros hoy día, y eso lo he hablado con muchos alcaldes de la región, la gran restricción que tenemos hoy día para poder desarrollar proyectos habitacionales es que hay poco suelo urbano, y ese suelo que hay además está lleno de restricciones, no permiten construcción, a veces, de cuatro pisos las densidades son muy bajas, entonces cuando los alcaldes modifican los planos reguladores, tienen que pensar no solamente en las familias que ya viven, tienen su casa, sino que tienen que pensar en aquellas familias que necesitan y están esperando una solución habitacional.

Director, la gente habla harto de enajenación de terrenos, porque en el fondo ellos están con la idea de que hay terrenos fiscales, me refiero Escuela Agrícola, aeródromo, pero se hablaba que estaban gravados.

– Los aeródromos en general tienen hartos gravámenes. Tienen además funciones que son bastante estratégicas, muchas veces para las comunas, entonces no es llegar y sacar un aeródromo. Lo de la Escuela Agrícola es un terreno privado, pero más allá de eso yo insisto en un punto, nosotros tenemos herramientas, instrumentos, tenemos el financiamiento para poder comprar terrenos para los comités, pero insisto, eso se hace a través del trabajo y el diálogo.

¿Qué se le puede decir por ejemplo al Colectivo Roosvelt Silva?

– Que se acerquen a nuestra oficina provincial, que conformen un comité, que se asocien a una entidad patrocinante, que nos pongamos juntos a buscar un terreno, y cuando hay trabajo, los proyectos salen, cuando es solamente gritar y protestar, en general los proyectos nunca avanzan.

Tomás Ochoa Capelli, director regional del Serviu, junto a la delegada biprovincial de la entidad, Patricia Boffa Casas, en su reciente visita a San Felipe.

Tomás Ochoa Capelli, director regional del Serviu, junto a la delegada biprovincial de la entidad, Patricia Boffa Casas, en su reciente visita a San Felipe.

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