Lunes, Julio 28, 2025
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Entre vítores despiden a querido doctor que estuvo 34 años en el Hospital San Camilo

Hace unas semanas atrás se viralizó un vídeo en redes sociales, específicamente en Tik Tok, donde personal del Hospital San Camilo despedía entre vítores al médico cirujano Gustavo Espinoza Vergara, quien marcaba por última vez su salida del establecimiento de salud de nuestra comuna; esto, tras largos 34 años al servicio de la comunidad.

En ese sentido, Diario El Trabajo conversó la semana última con el profesional sobre su retiro del hospital, no solo por tan larga trayectoria, sino por los positivos comentarios que había en el registro de internet.

¿Qué se siente en ese momento cuando usted va a marcar por última vez?

– Es especial, es una cosa rara en realidad para uno, sobre todo cuando se dedicó con tanto cariño a lo que uno hizo. Muchas de mis preocupaciones se dieron porque yo sentía que el hospital era mío, e incluso fui jefe del Servicio de Neonatología de Pediatría, muchas veces subdirector médico del hospital, porque tenía un compromiso. Además, fui dirigente del Colegio Médico, fui parte de la directiva que formó el regional acá también, fui parte de la Sociedad Chilena de Pediatría, la gente que la formó… hasta el día soy el presidente, a pesar que ya estoy jubilado, porque uno tiene un compromiso, un cariño por las cosas y uno tiene que jugársela por lo que uno cree y por lo que uno quiere.

Agregó que «entonces, es raro cuando uno cierra una etapa de tanta dedicación de su vida… fue especial en realidad. Yo agradecí el cariño de la gente, porque uno no espera; se lo decía a una matrona, yo no espero que me agradezcan nada, porque yo estoy conforme con lo que he hecho, hice lo que tenía que hacer, pero es rico porque también tiene su corazoncito que le den su cariño… fue muy grato. Y escuchar a la gente, su opinión, fue también bueno porque uno es ser humano, entonces si uno se dedica con cariño y ese cariño se retribuye, es muy agradable».

¿Cómo ha sido todo este periplo de estar en servicio público toda su vida?

– Muy interesante, para mí siempre ha sido un desafío y yo siempre he pensado que en los hospitales uno tiene que inventar muchas cosas, porque no está todo hecho. Pero si uno se dedica, estudia y aprovecha las oportunidades que tiene; incluso, yo en algún momento cuando estábamos en Neo sus buenos años,  decidí y me fui un mes al Servicio de Neonatología del Hospital Memorial de Jackson, de Miami (EE.UU) porque ahí había un médico chileno muy famoso, Eduardo Bancalari. Yo lo conocí acá y tuve la oportunidad de ir a trabajar con él durante un mes, a vivir lo que ellos hacían para ver cómo nosotros lo podíamos aplicar acá. Tenía oportunidad de salir y uno tiene que hacerlo, porque es la forma de ofrecer a la gente. Como decía cuando me jubilé, los médicos deben estar al día en lo último, sino es injusto ofrecer lo que se (hacía) hace 10, 20 años (…) Eso es lo que siempre tratamos de hacer.

¿Qué rol cumple la familia de un médico?

– Es muy importante, porque tienen que entenderlo a uno. Ahora, uno logra ciertas cosas, es sacrificado ser médico, incluso con la familia, porque yo he tratado de ser siempre buen papá, buen esposo, pero no siempre resulta. Yo tenía que hacer turnos cada seis días, 24 horas encerrado en el hospital atendiendo pacientes graves, llegaba cansado a mi casa y eso lo van viendo los niños. Eso significó que ninguno de mis hijos quiso estudiar medicina, por ejemplo… me hubiera encantado, porque podría haber traspasado mi experiencia, mis gustos. Ahora mis hijos hombres igual van un poco en la línea, el mayor estudió Odontología, endodoncista, pero no quiso estudiar Medicina por toda esta cosa de los turnos que era muy sacrificado; y el menor estudió ingeniería civil, pero con biotecnología, tiene mucha relación con la biología, entonces igual uno marca a sus hijos.

En esta línea, señaló que «me hubiera encantado tener uno (médico), pero no pude porque le di un mal ejemplo… eso de tener que estar fuera de la casa cada seis días, quedarse 24 horas, tener que ir cualquier día porque lo llamaban; claro, no les di un buen ejemplo en ese sentido a mis hijos, porque es así nomás, son otros tiempos. Claro que tiene un costo, porque uno se debe a los pacientes y tiene que muchas veces dejar la casa. Ahora, mi señora siempre lo entendió, ella se casó con un médico, pero no es fácil yo creo».

La historia del Dr. Gustavo Espinoza parte en la sede Oriente de la Universidad de Chile, en el Hospital Salvador, donde se recibió un mes de diciembre y ya en febrero lo contrataron en el servicio de Urgencias del Hospital San Antonio. Luego, como médico general de zona en el Hospital de Arauco, y posteriormente fue director del Hospital de Santa Juana, la que califica como una experiencia espectacular.

En la Región Metropolitana trabajó en el Hospital Calvo Mackenna, Hospital Parroquial de San Bernardo y en la Clínica Alemanda, mientras que su formación cardiológica la hizo, precisamente, en el Calvo Mackenna.

De todos modos, su idea principal siempre fue salir de Santiago, porque siempre fue un hombre de provincia, «entonces, con mi señora que nos habíamos casado en Concepción, nos comprometimos a que yo terminaba mi formación y me iba a provincia», estableció.

 

LO CONTACTAN DESDE SAN FELIPE

En todo caso no quería alejarse mucho de Santiago, porque todas las cirugías cardiológicas se hacían en el Calvo Mackenna y quería seguir asistiendo a las reuniones clínicas. Un día conversando con un doctor que conocía toda la realidad de la pediatría en Chile, le dice que en San Felipe va haber un hospital nuevo, ‘cero kilómetros’, donde hay que formar Neo desde cero y va a ser una unidad con intensivo, medio completa… un tremendo desafío. Lo encontró interesante, le gustó la idea.

Le habían ofrecido un cargo en La Serena, pero vino a San Felipe. «Hablé con el doctor Iturra, que era amigo del doctor Jorge; me mandó hablar con el doctor Valenzuela, quien me dice ‘mire, de momento no tenemos cargos, así es que no sé… más adelante puede ser’. Entonces, había decidido irme a La Serena y estaba en eso cuando me llama el doctor Valenzuela y me dice ‘le tenemos un cargo de 44 horas, vénganse a San Felipe’. Di una vuelta y me vine a San Felipe», contó Espinoza.

Acá comenzó a trabajar en el hospital ‘viejo’ como se dice, al Luis Gajardo Guerrero, donde por su experiencia en la especialidad de Neonatología se empezaron a organizar, logrando tener un turno. «Fue el primer intrahospitalario,  que en ese tiempo los iban a ver por urgencia, pero yo demostré que los niños en realidad necesitaban dentro del hospital un pediatra, no en urgencia, para ver los más graves. Se aceptó y ahí partió el turno de Neonatología y Pediatría. Después llegamos al hospital nuevo, formamos el servicio y lo tenemos allá. Como yo tenía toda la experiencia, los contactos, mandamos a nuestras matronas a prepararse a distintos lugares; Hospital San Bernardo, El Salvador, Fricke, para que tuvieran distintas experiencias y partimos con el servicio. Fue el primer servicio complejo del Hospital San Camilo de Neonatología, el año 93».

 

SACA ADELANTE LA UTI PEDIÁTRICA

«Gracias a Neo el hospital empezó con rayos las 24 horas y se expandió a todo el hospital… hasta hoy día funciona así y como seis, siete meses después se formó, cuando el doctor Manríquez aceptó la jefatura, partió la UTI de adultos. Los médicos de Neonatología después de las 12 éramos los que atendíamos toda la pediatría del hospital. Con el tiempo se fue quedando un poco atrás, porque había programada una UTI pediátrica en el Hospital, entonces se empezó a quedar, a quedar, y un día ‘pucha, yo soy pediatra y este servicio está pendiente. Hay que sacarlo adelante’, porque nosotros atendíamos en Neo a pacientes ya más grandes, porque no teníamos dónde trasladarlos, así es que un día asumí», indicó el doctor.

 

GANA JEFATURA DE UTI PEDIÁTRICA

Dice que un día salió al concurso para la jefatura pediátrica, «postulé, me la gané y empezamos a pelear la UTI pediátrica hasta que logramos sacarla adelante; primero como una unidad de agudos y después como pediatría. Llegaron cuando ya estábamos avanzando y ahí nos ayudaron, incluso gente de mucha edad en ese tiempo, pero ya estaban jubilados el doctor Zuleta de Los Andes e Irribarra; a pesar que tenían bastantes años de experiencia, ellos aceptaron y partimos con mucha responsabilidad y posteriormente llegó más gente; el doctor Retamales que hoy día es el jefe, y se logró formar la Unidad de Cuidados Intensivos que es de muy buen nivel y que gracias a eso podemos atender los niños graves de pediatría», añadió.

El Dr. Gustavo Espinoza Vergara dejó de ser funcionario después de 34 años, tras llegar el 2 de febrero de 1991 a San Felipe, donde formó el Servicio de Neonatología.

Doctor Gustavo Espinoza Vergara en la que era su consulta.
Doctor Gustavo Espinoza Vergara en la que era su consulta.
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