- Luciano González dejó este mundo a los 82 años de edad.-
Así como es la vida… todo tiene un final. Falleció el último integrante del emblemático grupo musical ‘Los Celos’, muy conocidos por amenizar las noches de fin de semana en el salón de baile ‘El Negro Bueno’, ubicado en Rinconada de Silva. Se trata de ni más ni menos que Luciano Hernán González Carvajal, músico que nos dejó a la edad de 82 años.
Este martes se realizó su funeral, por otro lado su velatorio se realizó en el salón de la Parroquia Andacollo, donde estuvo acompañado por sus seres queridos, incluyendo a su fiel compañera, su nieta perruna –como le llamaba cariñosamente Luciano- ‘Mizuki’. Hasta ahí llegó Diario El Trabajo, para conversar con su hija mayor Carolina González Bruna, quien recuerda emotivamente el legado de su padre.
Por una cuestión generacional, a algunos no les sonará su nombre, pero Luciano fue la última cara de una banda que dejó huella en nuestra zona. «Él fue el último sobreviviente de sus amigos, él los extrañaba mucho, ya que todos se fueron antes que él y decía ‘que lo estaban esperando’», señaló.
Carolina cuenta que su padre llevaba años postrado, tenía varios problemas de salud, se sentía cansado «y también desde su alma quería pronto partir. Tampoco quedaban de sus hermanos, ellos eran seis y todos fallecidos. Fallecieron todos sus amigos los del grupo ‘Los Celos’, que fue un grupo que ellos formaron cuando él era adolescente, comenzando a tocar cuando tenía 16, 18 años. Y esos son sus amigos, con quien estuvo toda la vida con ellos, entonces, era muy triste para él ver que cada uno de ellos fue partiendo y fue quedando solo», manifestó.
– Le preguntaba a su mamá, ¿cómo era ser familia de un músico que toca en las principales fiestas? Desaparecen los fines de semana
– Era especial, porque yo viví mi adolescencia con mi papá como músico, entonces ir a La Chaya y verlo afuera del Cuerpo de Bomberos tocando era muy emocionante; también fuimos a verlo al ‘Negro Bueno’, a ‘Los Artesanos’, en el Club San Felipe hacían unos Años Nuevos donde ellos eran los que animaban la fiesta… era muy bonito. Pero también estaba este sacrificio que desde el viernes en la tarde uno veía que el papá se arreglaba, porque ellos tenían su vestimenta, para salir a trabajar. Ese era el trabajo de mi papá, ser músico, y era uno educado, porque leían música ellos, la profesionalizaron. Yo siempre bromeo que nosotros como hijos aprendimos primero a leer música que a leer, porque él nos enseñaba. Había sacrificios como la Navidad, Años Nuevos, donde no los pasaba con nosotros y abríamos los regalos al otro día, porque llegaba en la madrugada, nos despertaba con los regalos y eran las 6, 7 de la mañana, que era la hora que llegaba de trabajar y ahí los abríamos y salíamos andar en bicicleta nueva con pijama, porque mi mamá siempre respetó a que mi papá estuviera para estar todos como familia y celebrar las fiestas.
– ¿Qué recuerdos van a tener ustedes de su padre?
– Muchísimos, porque era un hombre muy inteligente, muy educado, autodidacta. Le decíamos ‘giro sin tornillo’, porque de pocas cosas inventaba muchas, muy bueno para generar, crear cosas mecánicas, para enseñarnos música, para escucharla. En mi casa siempre hubo música y siempre que escucho canciones es el recuerdo de mi padre, me sé todas las de ‘La Nueva Ola’ y están como en mi ADN. Yo a veces escucho la canción y me pongo a cantar, porque estaba acostumbrada a escucharlo a él. Muy elegante para vestirse y cumplir con el trabajo que le correspondía, él no iba de fiesta, iba a trabajar para que la gente se divirtiera, siempre nos dijo eso.
– ¿Alguna reflexión final?
– Que él vivió su vida, la disfrutó, aprendió, entregó mucho. Nos mostró como uno puede sacar la mejor versión de uno mismo, en que es posible tener amigos para toda la vida y disfrutar del trabajo que se hace. Él lo disfrutaba mucho y nos lo mostraba, nosotros íbamos donde él estaba tocando a veces en el Día de la Mamá, íbamos al ‘Negro Bueno’ a verlo a él, pero también a disfrutar con su música.
Luciano Hernán González Carvajal estuvo casado 56 años con María Inés Bruna Malbrán, con quien tuvo cuatro hijos: Carolina, María Angélica, Carlos Alfonso y Luciano Hernán. Además, están sus nietos Arturo, Valentina, Catalina, Martín y Agustina.



