En un día invernal y en un ambiente de cálida fraternidad se dio inicio el lunes veinte de mayo al proyecto ‘Los Tejidos Nos Hablan. Relatos del valle de Putaendo a través de la práctica tradicional del tejido a crochet’, proyecto que tiene como principal objetivo poner en valor este valioso saber arraigado como práctica en la zona de Aconcagua desde el siglo XIX a lo menos.
Más de una treintena de cultoras llegaron con sus creaciones desde Las Coimas, Rinconada de Silva, Lo Vicuña, El Asiento, Quebrada Herrera, Putaendo e incluso desde San Felipe, al Centro Cultural Estación Las Coimas, donde fueron recibidas con calidez por la anfitriona del lugar, Joyce Ledger.
De esta antigua práctica se puede decir que alcanzó su máxima expresión en la década del 80 del siglo XX, cuando las tejedoras se organizaron en una cooperativa y sus finos productos adquirieron notoriedad, siendo reconocidos como un sello de la zona e, incluso, se exportaron fuera de Chile. Mas, lo oneroso de los insumos y la llegada masiva de productos aparentemente similares debido a la apertura de los mercados por los nuevos acuerdos comerciales, acabó con esa instancia de organización. Pero lo que distingue a los tejidos de aquella época es la fineza y, por el tipo y calidad del tejido, su durabilidad en el tiempo.
Ángela Herrera, coinvestigadora del proyecto, diseñadora y especialista en Patrimonio, docente de la Universidad de Valparaíso, puso énfasis en la presentación de estas características de los tejidos y del valor de perseverar en su práctica y desarrollo por las nuevas generaciones, y de la importancia del proyecto en visibilizar esta práctica toda vez que, además del catastro y las fichas técnicas que se harán de los productos, se habilitará vitrinas en el Centro Cultural Bernardo Parra de Putaendo para exhibición permanente, a lo que se sumará la confección de un dossier impreso con los resultados del proyecto.
En los diferentes relatos de las cultoras de sus respectivos aprendizajes, llamó la atención el ingenio de estas mujeres en sus inicios en condiciones de precariedad, instancia en que utilizaban espinas de cactus o rayos de ruedas de bicicletas como utensilios para la confección. La siguiente etapa será entrevistas a cultoras en centros comunales e incluso en sus domicilios, con toma de fotografías de sus creaciones, ya iniciada en este primer encuentro.
El proyecto es financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, Convocatoria 2024, Folio 715697, y es dirigido por Marco López Aballay, gestor cultural de Putaendo.