- Balaceras, incendios, fiestas de lunes a domingo y animales muertos en la basura, son solo algunas de las cosas que tienen que soportar.-
En nuestra edición de ayer dimos a conocer el malestar de los vecinos del sector surponiente por los malos olores que deben soportar, pero también conocimos de unas vecinas la molestia que persiste por la ‘Toma’ existente en el lugar, pensando seriamente en dejar sus viviendas porque ya no quieren seguir viviendo ahí en Villa Yevide por los problemas y promesas incumplidas de las autoridades.
Por un tema de seguridad resguardamos sus nombres.
Una vecina señaló que «a parte de los malos olores, estamos siendo afectados por la mala convivencia de nuestros vecinos inmigrantes, que no tienen cultura, riegan las mugres por todos lados, es un problema de todos los días; los moscos. Claro, obviamente nosotros estamos pensando en irnos de acá porque ya no nos ayudaron, no fuimos escuchados, trajimos a la televisión en una oportunidad y simplemente ahí quedó no más».
Por el complicado convivir que mantienen los habitantes de la villa con los vecinos extranjeros, la vecina indicó que no han existido soluciones concretas. Diario El Trabajo realizó la siguiente entrevista para saber en profundidad qué es lo que aqueja a los moradores.
– Es lamentable, pero todavía les quedan dos años, ¿y si pudieran vender sus casas, lo harían?
– Mire, que le quede claro que uno quiere mucho su entorno, sus vecinos, la casa en sí porque nos ha costado mucho, y todo lo que hay es porque hemos trabajado para tener nuestras casas bonitas. Cada vecino le ha puesto su cuota de empeño, entonces, que nos vengan a joder la vida de esta forma, uno ya no tiene más que hacer, yo me quiero ir, ya no quiero vivir acá porque hay demasiadas problemáticas. Como te digo, uno ama su casa porque es su casa, a mí me costó tenerla como a todo el mundo; entonces de la manera que vamos a tener que salir, por qué, porque no somos escuchados. Se nos prometió sacar las casas, al menos las que están pegadas a las panderetas, y sin embargo no ha sucedido nada. Ese es el tema, imagínese un incendio, cuando hay, se queman seis, siete casas altiro, imagínese ni Dios lo quiera, suceda algo como lo que ha sucedido en la Quinta región, que es algo tremendo… El miedo latente, no duermes por las noches porque estás ahí; no sé; mirando por las ventanas si algo sucede.
Otra de las vecinas entregó su testimonio de cómo es vivir en la Villa Yevide al lado de la Toma. «Yo soy nueva acá en la villa, llevo tres años y voy a comprar la vivienda donde, con mi esposo, hemos gastado dinero que no teníamos para poder vivir mejor, y yo, como ellas, que están esperando dos años para vender, también estoy esperando dos años para comprar. Tengo una niña pequeña, tengo hijos grandes que ya son independientes, la convivencia con la Toma cada vez se pone más difícil, los malos olores, los ruidos, las quitadas de droga, los balazos, la delincuencia.
«El año pasado, extranjeros asaltaban a chilenos de aquí, de la villa, es súper peligroso, los niños en realidad; ellos no tienen la culpa. Es súper difícil convivir, se pusieron plantas acá en el lugar, pero nadie cuida, son súper violentos. Que quede claro que esto no es discriminación, dentro de la Toma hay gente buena, mala, de buen vivir; ellos hacen y deshacen, sacaron la barrera que divide la calle sin permiso de nadie. Se nos prometió que 30 metros de la pandereta que nos divide con la toma se iban a sacar esas viviendas y no pasó nada», manifestó.
En el lugar se han presenciado balaceras, incendios, fiestas de lunes a domingo e incluso han botado animales muertos en la basura, lo que refleja un nulo respeto hacia quienes viven en el sector. «Todos tienen vehículos en la Toma, pasan, no respetan lomos de toro, no respetan niños jugando en la calle, no respetan nada, de verdad, es cansador, estoy con sentimientos encontrados; si comprar o no comprar, si quedarme o no quedarme, no quiero esto para mi hija pequeña ni para mis nietos que acaban de nacer», concluyó la residente.