Caminando por San Felipe, vimos a un hombre que estaba bajando materiales de un vehículo en calle Prat, a quien nos acercamos y nos respondió amablemente, aunque llamándonos la atención su acento. ¿Venezolano?, le preguntamos, contestando gentilmente que sí. De inmediato se nos ocurrió, a propósito de la contingencia nacional, donde se han visto muchos de sus compatriotas involucrados en hechos delictuales, de saber su parecer. Se trata de William Carrero.
Dijo que no podía decir las cosas que realmente piensa, porque caen mal, «pero no nos pueden meter a todos en el mismo saco como se dice, porque no todos somos malos. Yo vine a trabajar, a buscar un futuro y los que vinieron a hacer el mal, bueno…castíguenlos igual.
– ¿Cuándo tú ves las noticias y hay venezolanos involucrados, qué pasa por tú mente?
– Por mí, se los puede agarrar a toditos y llevar donde sea, porque no están haciendo las cosas bien, el que está haciendo las cosas mal tiene que pagar por lo que hace. Lo malo de todo, es que no dicen ‘el venezolano’, sino que ‘los venezolanos están cometiendo delitos’, entonces nos están metiendo a todos en el mismo problema, sin estarlo. Eso es lo que yo pienso, pues el que cometió un delito tiene que pagar por lo que hizo, tienen que sacarlos, pero lamentablemente pagamos justos por pecadores.
Nos cuenta que su señora es venezolana, tiene un hijo que está con ellos y llevan casi cuatro años en Chile. Actualmente, está trabajando en una empresa acá en San Felipe, pero vienen de Arica y han pasado por Iquique, Valparaíso, Viña del Mar, Rapel. «Buu (sic), he recorrido bastante», señaló.
Comenta que estando en casa junto a su esposa e hijo y ven las noticias, piensan lo mismo que nos cuenta. «Porque es injusto que nos metan en el mismo paquete, sabiendo que lo que están haciendo eso son los malos, andan por ahí frescos campantes y nadie les hace nada».
– ¿Te duele con tú familia?
– Claro, porque como le digo, a veces estamos reunidos en un grupo y pasa una señora (y dice) ‘ahí están los venezolanos’ y a veces hay que quedarse callado, pues prácticamente no podemos decir nada ni defendernos, porque si lo hacemos somos malos, peor que los que andan haciendo lo malo.
– ¿Por qué llegaste a Chile?
– Por el tema país, no se puede, se trabaja y se cobra muy poco, allá el sueldo es mísero, no alcanza.
– ¿Eso sigue hasta el día de hoy?
– Sí, todavía, eso se refleja en mi mamá, papá, hermano que están allá y aquí Gracias a Dios los puedo ayudar con algo, nosotros enviamos dinero.
– Una reflexión final de ‘no todos los venezolanos somos iguales’. ¿Qué puedes decir tú?
– Es correcto, no todos somos iguales, el que está haciendo algo malo que pague por lo que está haciendo, lo metan preso, no sé. Porque aparte es triste que nos señalen a todos, por culpa de unos pocos nos señalen a todos, eso es lo malo.
– Hemos notado que en sus trabajos tienen esa buena voluntad, algo característico de ustedes. Atienden bien, dan las bendiciones
– Claro, todo, yo no me quejo de los jefes que he tenido acá, han sido todos chilenos y siempre nos tratan bien.
