Inspectora Solange Soto: “A una se le sale la mamá trabajando en esta escuela”

Solange, Ana o Juana, merecen un reconocimiento a su labor profesional, ya que entregan más de lo que les corresponde, pero lo hacen por vocación.

LOS ANDES.- Mudar, acompañar al baño y ayudar a los niños y niñas a comerse un plato de comida no es una tarea que figure en el contrato de trabajo de los asistentes de la educación de la escuela Valle Andino, sin embargo, estas labores son parte de la estrecha relación que existe entre estos funcionarios y los alumnos del colegio.

“A una se le sale la mamá trabajando en esta escuela”, dice con emoción la inspectora Solange Soto, mientras recuerda los siete años que lleva en el establecimiento. “En este lugar uno hace muchas cosas que no le corresponden, pero las hace por vocación”, afirma.

Ana Rojas es auxiliar de aseo y confiesa que ha desarrollado una estrecha conexión afectiva con los estudiantes. Mientras suspira sostiene que más allá de sus funciones “lo principal es entregarle cariño a los niños, ayudarlos a almorzar, mudarlos, llevarlos al baño, preocuparnos en general por ellos”.

“Lloré mucho”, reconoce la auxiliar de aseo Juana Prado, cuando recuerda la promoción que el año pasado dejó la escuela. “Los conocí desde chiquititos, pero cumplieron su etapa y tuvieron que irse. Yo los quiero mucho, son muy especiales para mí”, asegura.

Mujeres como Solange, Ana o Juana, merecen un reconocimiento a su labor profesional, debido a que no están preocupadas por hacer lo que deben hacer, sino que están ocupadas entregándose por completo a lo que sus ‘angelitos y angelitas’ necesitan de ellas.