- Seremi del Trabajo Karen Medina detalló cuales son las características del mandato que ya comenzó a regir en pleno a lo largo de todo el país y la Anecap, a través de su presidenta Bernardina Muñoz, se mostró satisfecha de haber conseguido igualdad de derechos con el resto de los trabajadores.
El pasado martes 23 de noviembre marca un verdadero hito en la Ley 20.786, que modifica y regula las condiciones laborales de las Trabajadoras de Casas Particulares. La Seremi del Trabajo y Previsión Social, Karen Medina Eguiluz, junto a dirigentes de la Asociación Nacional de Empleadas de Casas Particulares, Anecap, celebraron en San Felipe, la fecha a partir de la cual entra en vigencia, con la totalidad de sus exigencias, este mandato presidencial.
Si bien, el dictamen que fue promulgado por la Presidenta Michelle Bachelet el 1 de octubre de 2014 y entró en vigencia el 1 de enero de este año, estos primeros meses fueron considerados como un período de ‘marcha blanca’, para que los empleadores pudieran regularizar la relación laboral que tienen con sus trabajadoras.
En esa primera instancia se establecían ciertas exigencias tales como: la Inscripción del Contrato Laboral en la Inspección del Trabajo; detallar en éste, el tipo de trabajo y el lugar donde se desempeñará la persona; la prohibición de imputar el alojamiento y la habitación dentro de la remuneración, siendo exclusivo cargo del empleador; la prohibición de exigir el uso de uniforme en espacios públicos y por último la prohibición a la reducción de la remuneración.
Esta ‘marcha blanca’ se dio por finalizada el pasado 23 de noviembre, momento en el cual comienzan a regir en plenitud otras exigencias que favorecen las trabajadoras de Casa Particulares, TCP, como por ejemplo el descanso dominical, que será un derecho para las trabajadoras puertas adentro, quienes podrán descansar los domingos y festivos y negociar con el empleador las jornadas sabatinas, mientras que las empleadas puertas afuera, tienen derecho a un descanso semanal que incluye los días domingos y festivos.
Además de esto, se fija la jornada laboral para las trabajadoras puertas afuera con un total de 45 horas semanales, pudiendo distribuirlas en un máximo de 6 días. En caso de existir acuerdo entre las partes, respecto de realización de horas extras, éstas no podrán ser más de 15 semanales y tendrán que ser remuneradas con un recargo no inferior al 50 % del valor hora.
También, se estipula que los trabajadores puertas adentro deben contar con un descanso de 12 horas diarias, con mínimo de 9 horas ininterrumpidas y el empleador se ve imposibilitado de rebajar unilateralmente la remuneración, como consecuencia de la reducción de la jornada de trabajo o aumento de días de descanso dispuesto en la ley 20.786. Es decir, si alguna TCP, viera reducido su sueldo ante la entrada en vigencia de este dictamen, podrá realizar la respectiva denuncia en la Inspección del Trabajo.
Tras detallar cada una de estas exigencias y modificaciones que ya operan en la ley 20.786, la Seremi Karen Medina agregó que “estamos celebrando en la provincia de San Felipe este logro histórico para el país, que significa la implementación por completo de esta ley, un compromiso sustancial del programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet”, aseguró.
En torno a la cantidad de beneficiados en la región de Valparaíso y de las nuevas exigencias que establece la ley, Medina aclaró que “nosotros calculamos unas 45 mil personas por lo menos que en la región practican este oficio y que hoy viene a adquirir el mismo valor en materias de igualdad de oportunidades y derechos del resto de los trabajadores chilenos”, enfatizó, sumando que “esto significa también la exigencia del sueldo mínimo, en cuanto a la remuneración, el pago de las cotizaciones previsionales y otros derechos que garantiza un contrato, como el seguro social, el derecho al fuero maternal a partir de hoy también está consagrado, todo esto y más a partir de esta semana con la implementación definitiva de esta ley”, detalló la personera.
Respecto a la forma de fiscalización que tendrá el Ministerio del Trabajo para resguardar todos estos derechos y, a la vez, que las trabajadoras no se sientan amedrentadas por sus empleadores, Medina explicó que “tendremos una herramienta en línea, permanente, que va a estar a cargo de las inspecciones para poder constatar, por ejemplo, el pago de las cotizaciones, que es un tema que nos interesa priorizar, considerando otras denuncias de trabajadoras que en situación de informalidad laboral, recibieron el descuento y pero nunca vieron efectivo el pago previsional”, comunicando además que “también estudiaremos un programa de fiscalización en la región que no solamente signifique fiscalizar, sino también promover la buena práctica laboral”, dijo .
Según Medina, al día de hoy se estima que unos 130 mil empleadores han regularizado el contrato con sus trabajadores y trabajadoras en la región, sin embargo “hacemos un llamado entonces a los empleadores, a la buena práctica laboral, a asumir la ley, a comprometerse a formalizar el contrato en la Inspección del trabajo…esperamos que en las próximas semanas esto se normalice por sobre todo, para seguir avanzando en una historia de país distinto, que plantea la cultura del diálogo y la buena práctica laboral”, remató.
A su vez, Bernardina Muñoz Barraza, presidenta de Anecap, se mostró feliz de haber llegado a puerto en las demandas realizadas durante tanto tiempo y expuso que “Fueron mucho años de lucha para poder obtener esta ley, unimos todas las organizaciones de trabajadoras de casa particular, para poder llegar a esto, lanzar la ley de las 45 horas. Agradecer a la Presidenta Bachelet quien se comprometió desde un principio a sentarse con nosotros en una mesa de diálogo para poder avanzar en los derechos laborales de las TCP, ya que nosotros no teníamos el mismo código que el resto de los trabajadores, éramos invisibles ante la sociedad y por eso estamos muy contentos de obtener esto”, relató.
En cuanto al cumplimiento que se le vaya a entregar a los nuevos derechos de las TCP, Muñoz aseguró que “vamos a tener que cambiar mucho la cultura, tanto del empleador, como de la trabajadora, para que ella no se sienta amedrentada y pueda exigir sus derechos, especialmente inscribiendo su contrato laboral en la inspección del trabajo para así poder fiscalizar”, finalizó.