Padre sufrió un infarto y pudo morir por extensa espera:

  • Médico tratante «desapareció» durante más de tres horas, imposibilitando traslado financiado por la familia del paciente a una clínica en Santiago.

Un abogado de San Felipe, de nombre Fernando Castañeda, está denunciando públicamente la falta de servicio de un médico del Hospital San Camilo, el cual al no autorizar el traslado de su padre a Santiago, puso en riesgo su vida porque el paciente, al momento de concurrir al centro asistencial, sufrió un infarto.
En su relato cuenta que su padre es un paciente oncológico que tiene un muy buen pronóstico tras una operación de cáncer de colon. Estaba con su quimioterapia y la noche del viernes le sacaron la maquinita que le suministraba su medicamento, ocasión en que experimentó un fuerte dolor al pecho. Lo trasladaron al hospital San Camilo porque su padre, de nombre Luis Castañeda, a pesar de tener un seguro catastrófico de una clínica de Santiago, la verdad que él sintió que no alcanzaban a llegar a otro lado. Hasta ahí todo bien porque al menos fue diagnosticado que efectivamente estaba sufriendo un infarto al corazón; «después, al otro día, se comprobaría que los medicamentos que le habían suministrado, pese a no ser un paciente cardiaco, le habían constreñido, le habían apretado más bien una arteria, lo que provocó este espasmo y este infarto, todo esto sucedió en la casa», comenta el abogado.

COMIENZA DRAMA EN EL HOSPITAL
El abogado cuenta que una vez en el hospital, aproximadamente a las dos de la madrugada, le suministraron los medicamente que se le tenían que suministrar para detener el infarto o más bien atenuarlo, pero el médico Tomás Bravo le dice que su padre, al ser un paciente oncológico, no podía recibir cualquier tratamiento en el caso que el infarto siguiera, algo que no se sabía hasta ese momento, porque se estaba produciendo como señaló después. Al otro día se pudo saber que el infarto era por un medicamento, no por colesterol ni por calcio en las arterias.
Dice que empezó a gestionar debido que le dijeron que el tratamiento indicado era una angioplastia, que por lo que él entendía era una intervención a las arterias. Sabía que eso no estaba acá disponible, le dijo un doctor de apellido Gómez; «quien debía revisar la situación de mi padre y subirlo a la UTI, eso no ocurrió, pasaron las horas… pasaron las horas y en la medida que iban pasando yo le dije a este médico, Tomás Bravo, que necesitaba trasladar a mi papá a la clínica en Santiago, porque ahí estaba la tecnología para hacerle ese tratamiento, porque como bien me dijo él, no había otro tratamiento que él pudiera soportar al ser un paciente oncológico operado hace poco tiempo, donde le extirparon un tumor. Entonces empezamos a hacer las gestiones con mi hermano y este médico se desapareció entre las cinco de la mañana y las ocho y cuarto de la mañana, no estuvo en el servicio de urgencia, había un enfermero que estaba haciéndolas todas, tiraba el córner y lo cabeceaba, también lo atajaba; él atendió y hago un llamado público a unas personas que llegaron en una Ford F-150 con un enfermo con cálculo renal, que el tipo estuvo quizás una hora, me quedo corto, reclamando atención, y como yo estaba entrando y saliendo comunicándome con mi hermano, lo vi y el tipo cuando se desmaya recién pudo ingresar, y los box estaban desocupados, o sea a mí nadie me va a decir que el hospital estaba saturado, nadie me va a poder inventar de que en el Hospital estaban atendiendo un accidente con veinte heridos», señala.
Este hecho del cual está hablando, ocurrió la madrugada del sábado. Agrega que bajo esas circunstancias pidió la información para mandársela a los médicos en Santiago, pero le dijeron que no se la podían dar, pese a que cree que existe un derecho de propiedad del paciente respecto a los exámenes. Le dijeron que no se los podían entregar y como estaba solo, pide que revisen las cámaras, aprovechando esa circunstancia para tomar una fotografía donde claramente en el electro decía infarto. «De inmediato se lo mandamos a los médicos de Santiago y desde allá me preguntaron qué estaban esperando ahí». Les respondió que el médico no estaba, pero había otro médico muy amable de apellido Yáñez, que estaba en el servicio de pabellón operando a un paciente de apendicitis, y él les dijo que por protocolo no podía firmar el traslado de su padre a Santiago, que debía ser el médico tratante que, insiste, no estuvo desde las cinco de la mañana hasta las ocho y cuarto de la mañana, cuando aparece entregando su turno a una doctora de apellido Palma, colombiana y muy amable. «Ella ahí recién se contacta con los médicos de Santiago y que dicho sea de paso los médicos de Santiago, como se dice en el campo, le quedaron los dedos morados llamando para el Hospital San Camilo y nadie contestaba. Desafío a cualquiera si estoy faltando a la verdad (…) Nadie contestaba… nadie contestaba».
Cuenta más adelante que todos los colegas buscaban al médico, nadie sabía dónde estaba, no contestaba el teléfono. Dice que a su hermano, por mucha insistencia, le dieron el teléfono de residencia, «no se lo querían dar pues seguramente pensaban que mi hermano lo iba a llamar para preguntarle la hora al médico o para preguntarle si tenía frío, lo que quería era solamente que le firmara la autorización para trasladar a su padre a Santiago, para que él autorizara, se dignara a autorizar. Eso no entiendo cuál es el problema, nosotros queríamos descongestionar el hospital sabiendo que aquí no estaba la solución de mi papá, entiendo que lo que le estaba pasando a mi papá es GES, por lo tanto si no estaba la solución acá en San Felipe, debían haberlo trasladado a Valparaíso, pero nada de eso se hizo, nada, nada, tampoco lo trasladaron a la UTI. Ahí estaba mi papá en una camilla, sin siquiera haberle sacado los zapatos, estuvo desde las dos de la mañana hasta la diez de la mañana finalmente sin sacarle los zapatos, sin haberle hecho nada, y finalmente nosotros gestionamos la llegada de un helicóptero, porque a esas alturas ya no podían mandar una ambulancia porque mi papá estaba demasiado infartado, nos dijeron si lo mandamos en una ambulancia se muere. El helicóptero afortunadamente se demoró 29 minutos en llegar a Santiago, donde le hicieron ese procedimiento donde le hacen no una cirugía, y afortunadamente ahí lo logran descomprimir y el alivio fue inmediato y mi papá está ahora hospitalizado en la UTI coronaria en Santiago, esperamos que le den el alta luego», señaló Castañeda.
Aclara lo que quiere denunciar no es otra cosas que es la falta de servicio por parte del Hospital San Camilo, que se materializa con que un médico que debiendo estar donde tiene que estar, no está: «Más aún, no contesta el teléfono, sabiendo que de él depende burocráticamente el traslado de un paciente a un centro asistencial donde sí le van a dar el servicio que corresponde, y lo que él hace no es otra cosa que coartarnos el derecho a la salud, porque si no está la solución ahí deben buscar una solución y él con su actuar nos coartó el acceso a la salud, y aparte de eso aumentó el sufrimiento de mucha otra gente que estaba ahí clamando salud y que no fue atendida, e insisto, que me digan que estoy faltando a la verdad. Hago un llamado si alguien, pariente de esa persona o amigo de los que fueron ese día leen esta nota, que diga o que me desmienta, se tuvo que desmayar el paciente para que le hicieran pasar, estando todos los box desocupados del servicio de urgencia, eso me parece gravísimo, una displicencia, una ausencia de vocación, de compromiso, cuando yo fui a enrostrarle las tres horas que habíamos perdido, que habíamos aumentado deliberadamente el dolor de mi papá, me dijo: – Oye, estoy conversando-; ‘A mí no me interesa que esté conversando doctor, lo que yo quiero es que usted le conteste el teléfono a la gente de la clínica y por favor haga el traspaso nada más’, o sea yo en el fondo le estaba haciendo un favor a ellos», sostiene Fernando Castañeda.
– El médico, en las tres horas, ¿se fue a dormir o salió del hospital?
– Mira, yo he presentado un sumario administrativo en la contraloría regional de Valparaíso, en un rato más voy a presentar lo mismo porque quiero que un sumario me responda; él tendrá que explicarle al sumario dónde estuvo en esas tres horas que se pudo haber muerto mi papá, que estuvo mucha gente esperando atención médica… yo creo, no sé, que se querellen en contra mía, pero yo creo que estaba durmiendo… yo creo que estaba durmiendo y lo digo responsablemente, porque si hubiera estado operando, lo hubieran ubicado en un quirófano; si hubiera estado atendiendo en otra parte o en otra dependencia del Hospital, se hubieran comunicado con él, lo que me hace pensar a mí que si no contestó y no fue ubicado en ninguna de las partes donde tenía que ser ubicado, necesariamente el tipo estaba desconectado, creo yo que estaba durmiendo y lo digo responsablemente, a estas alturas a mí me tiene muy poco preocupado lo que él diga, lo que él sienta, porque lo que sentí a él no le preocupó.

HOSPITAL NO TIENE CONOCIMIENTO
Consultado el Hospital San Camilo al respecto, indicaron que no tenían conocimiento del caso, es decir no tienen antecedentes formales de la queja.

Don Luis Castañeda a bordo del helicóptero para ser trasladado a Santiago.

Don Luis Castañeda a bordo del helicóptero para ser trasladado a Santiago.

Actualmente Luis Castañeda se recupera en la Clínica Las Condes.

Actualmente Luis Castañeda se recupera en la Clínica Las Condes.

https://i0.wp.com/eltrabajo.cl/portal/wp-content/uploads/2019/03/denuncia-Helicoptero..jpg?fit=550%2C339&ssl=1https://i0.wp.com/eltrabajo.cl/portal/wp-content/uploads/2019/03/denuncia-Helicoptero..jpg?fit=200%2C123&ssl=1Diario El TrabajoComunidad
Padre sufrió un infarto y pudo morir por extensa espera: Médico tratante «desapareció» durante más de tres horas, imposibilitando traslado financiado por la familia del paciente a una clínica en Santiago. Un abogado de San Felipe, de nombre Fernando Castañeda, está denunciando públicamente la falta de servicio de un médico...