Carlos Tapia, amanece cuidando autos por amor a su esposa.

Se imagina usted a sus 81 años de vida, cuidando autos ajenos en la calle durante todas las noches, debiendo soportar tremendos fríos en San Felipe. Teniendo en cuenta lo crudo que es el invierno en nuestra ciudad. Todo esto para poder llevar más dinero a casa porque la jubilación no alcanza para poder cubrir los gastos que significan para una persona de la tercera edad en Chile, junto con ello tener dinero para poder combatir los gastos médicos de una esposa postrada en cama por un cáncer de mama, enfermedad que día a día cobra mas victimas, pues bien, esa es la realidad de Carlos Tapia Vargas, de 81 años, cuidador de autos ahí en Calle Traslaviña con Freire frente a un establecimiento de comida.

A la hora de esta nota el reloj marcaba las 23:00 horas, y estaba Carlos con su gorro de lana; su chaleco reflectante y su linterna, fieles compañeros que lo han acompañado durante tantas jornadas donde además debe soportar muchas veces la indeferencia de algunos conductores que no le dejan ni un peso.

Otro tema es el temor de ser agredido por algún desalmado que pasa por ahí a altas horas e la noche, porque no dice que su trabajo comienza a eso de las 22:00 horas hasta las tres de la madrugada para llevar algunas veces unos dos o tres mil pesos a casa, descontando el dinero para el radio taxi. Nos acercamos y le preguntamos que hace a esta hora un hombre de su edad y en la calle, nos dice que debe trabajar porque el dinero no le alcanza.

Con respecto a su edad, nos dice que en su carnet figura con 79 años porque al momento de nacer las oficinas del Registro Civil se habían quemado. En ese tiempo no estaba construido en la Panamericana estaba en Amuntegui.

En un principio dice que estaba feliz por los dos años menos, pero sus problemas comenzaron al momento de jubilar, porque tuvo que trabajar dos años más. Figura con 79 pero en realidad dice él tiene 81 años. Carlos Tapia Vargas habló con Diario El Trabajo.

– ¿Qué hace hoy en día?

– «Cuido autos para tener unas monedas más, para poder comprar los remedios, pañales, una silla de ruedas ya hay que pensar en un catre clínico, que lo coticé, vale 820.000 pesos, es como un callejón sin salida. Lo que dice el gobierno es que el Ayecán, la Dideco, que la municipalidad da los remedios, eso es toda fantasía, no dan. Me hicieron sacar todos los papeles, lo llevé aquí a Dideco en Salinas y me dicen que lo dan por una pura vez. La asistente social me hizo sacar los certificados, las cotizaciones de tres farmacias, y después que hice todo eso, allá me dice que ya me dieron una vez y que no me pueden dar más, entonces para qué me hacen sacar las cosas, ¿por qué no me dijeron al comienzo que no sacar papeles porque daban una pura vez?»

– ¿Qué le daban por una vez?

-«Los remedios para la artrosis de la señora, me dieron una pura vez en el periodo de Jaime Amar y en este periodo de ahora no me han dado más».

 

Nos cuenta que él debe operarse de cataratas. Es dos veces operado del cerebro, dice que se durmió en octubre del 1984 y despertó en abril de 1985, a raíz de haber sido operado de hidrocefalia y de un tumor. Está quedando corto de la vista por efecto de las operaciones. Durante la semana pasada debió sacarse sangre, porque tiene que hacerse un scanner porque no se siente bien.

«Uno tiene que quedarse en el barco para que no se hunda, arriendo pago 90.000 pesos, vivo en la población San Felipe pago 80.000 de arriendo y lo otro es agua y luz».

– Su señora que tiene cáncer… ¿qué nos cuenta de eso?

«Tiene el certificado, tiene un pecho menos mastectomía parece que le llaman a la operación, que ya le sacaron un pecho, ya se está pasando al otro, entonces estoy en un callejón sin salida».

– ¿Está en cama ella?

«Casi ya por eso estoy pensando en un catre clínico, pero ya es hablar en términos mayores, ¿porque de dónde voy a sacar esos 820.000 pesos?».

– ¿Usted tiene alguna pensión?

«Yo soy jubilado de la ETC, soy funcionario público, que es la empresa que manejaba los troles en Valparaíso, además soy exonerado político».

– ¿Cuánto saca de sueldo?

– «Ahora estoy sacando 166.000 pesos, pero a pago saco 64.000 pesos, he pedido prestamos en la Caja Los Héroes, me descuentan 50.000 pesos mensuales, tengo los certificados y los remedios que compro, calmantes para que se haga friega y cosas así, es decir, a pago saco 64.000pesos».

– ¿Qué pasa con usted cuando le nombran Dideco y Ayecan?

-«Dideco es fantasía, uno va a solicitar un beneficio y es falso, hay que esperar que se muera uno de los beneficiados».

«En el Ayecan hablé con el asistente social, y dice que no se puede, porque la lista que hay para las sillas de ruedas es muy amplia, entonces tienen que morirse los que están beneficiados».

Nos dice que él necesita ahora la silla de ruedas y no cuando se vayan muriéndose, que puede ser este año o en dos años más encuentra una locura por el hecho que no le dijeron al comienzo.

«Así es que le dije al asistente social, mire, ‘le pido el siguiente favor, bórreme a mí como pedigüeño y a mi señora sáquela del sistema como beneficiaria, no quiero ser un número más de fantasía’, se lo dije al asistente social, quizás será soberbia, pero me sentí molesto, consideré que no era la forma de ayudar o cooperar con la persona necesitada».

Sobre su trabajo como cuidador de autos, Carlos Tapia dice que es la única forma de poder ganar plata en forma honesta. Nos señala que hay días que gana tres, cinco mil pesos, como hay días debe poner dinero de su bolsillo para poder irse a casa.

– ¿Cómo se siente con todo esto?

– «Un poco decepcionado de la política de gobierno, que una política de fantasía. Imagínese que yo tenía dos casas auto, tenía comodidades y poco a poco se fue desgranando el choclo con la enfermedad de mi señora, tuvimos que ir vendiendo, lo último que me recuerdo fue una cortadora de cecinas, la vendí en 150.000 pesos, pagaba de 50.000 pesos».

Su señora gana una pensión de empleada domestica, equivalente a unos 114.000 pesos. Debe tomar una pastilla retenedora de calcio que vale 40.000 pesos. En total en puros remedios gastan unos 70 a 80 mil pesos. Tienen dos hijos pero ellos también sus propios hijos que suman en total once nietos. Pide que ojala le ayuden con una silla de ruedas y un colchón clínico.

 

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Se imagina usted a sus 81 años de vida, cuidando autos ajenos en la calle durante todas las noches, debiendo soportar tremendos fríos en San Felipe. Teniendo en cuenta lo crudo que es el invierno en nuestra ciudad. Todo esto para poder llevar más dinero a casa porque la...