Director de Sygnus Band asegura que ya están cansados de ser explotados

Es una de las bandas musicales más jóvenes de Aconcagua; cumplió su primer año el 23 de marzo recién pasado; está conformada por siete músicos; ya han pegado varios éxitos y este año vienen con nuevas propuestas para su público. Son The Sygnus Band, un proyecto artístico que nació en Santa María en 2012 y ya han captado la atención de muchos amantes del blues y rock progresivo.

Los integrantes de The Sygnus Band son: Pablo Fajardo como vocalista; Carlos Céspedes en la batería; Miguel Erbera en la guitarra y coros; Manuel Astudillo en la guitarra; Felipe Arancibia en el bajo y coros; Aníbal Salas en el saxofón y Felipe Alegría en el teclado.

A SOLAS CON ‘EL FAKIR’

Pero aunque The Sygnus Band ha tocado su música en Santiago y en muchos escenarios del Valle de Aconcagua, Pablo ‘El Fakir’ Fajardo fue duro esta semana al comentar a Diario El Trabajo algunas cosas que, en su opinión, estarían afectando en gran manera a grupos musicales como ellos, pues pese a que ensayan tres veces a la semana en su casa, pareciera que quienes organizan los eventos a los que son invitados, poco reconocen su trabajo.

– ¿Cómo está moviéndose The Sygnus Band?

– «Somos siete integrantes los que componemos esta banda, hemos logrado tomar fuerza con temas como ‘Amarillo camión’ y ‘Mala mujer’, sin embargo será hasta fin de año cuando podamos quizá, grabar nuestro primer CD».

– ¿Hay que invertir mucho dinero para sostener una banda musical?

– «Claro que hemos invertido, cada uno de nosotros tuvimos que comprar batería, guitarras, saxofón por ejemplo, un cálculo preliminar señala casi los siete millones de pesos invertidos. No es fácil, esos son datos que el público ignora, pero que a veces es bueno decirlo, porque no todo es grato en la vida».

– ¿Y ganan su platita en sus presentaciones?

– «Precisamente ese es el problema que estamos enfrentando las bandas musicales en Aconcagua, que nos invitan regularmente a eventos, a chayas y festivales, lo que pasa es que los organizadores hacen sus lucas, cobran entrada, venden su copete y nosotros, quienes damos vida a la fiesta, no ganamos nada, nos explotan y no nos pagan».

– ¿A ustedes no les están pagando por sus presentaciones?

– «Exactamente, nada nos pagan, los empresarios y algunas municipalidades están dispuestos a pagar cientos de miles a gente de afuera, pero si nosotros cobramos la irrisoria suma de 50.000 pesos por tocar varias horas, se enojan, hasta se ofenden, como si a nosotros nos regalaran los instrumentos, y como si nuestro trabajo fuera malo, gratis somos ‘lo mejor’, ¿pero si cobramos, no valemos la pena entonces? No es justo».

– ¿Pero seguirán tocando música entonces?

– «Las cosas las digo bien claritas, yo prefiero tocar mil veces en mi casa que pasar horas con mis músicos trabajando gratis. Todos merecemos ganar con nuestra pega y lo que he denunciado es una realidad, a menos que sea un evento de bien social, pues nuestro trabajo también vale y es de buena calidad».

Roberto González Short

rgonzalez@eltrabajo.cl