Hace algunas semanas en nuestro medio, publicamos la historia de una niña ciega en Algarrobal de San Felipe, con miras de continuar informando sobre las personas no-videntes que cada día demuestran tener tanto coraje en esta sociedad diseñada para videntes, hoy ofrecemos a nuestros lectores, una reseña sobre un alegre niño ciego, que ha desarrollado muchos talentos a falta del sentido de la vista.

César Zulén es un niño sorprendente, divertido, hábil en los negocios y también No-vidente, al menos lo es desde que perdió su vista a raíz de un tumor en su cerebro. Vive en Calle San José y tiene doce años, toca piano y guitarra, sabe escribir y leer en el lenguaje Braille, muy enamorado y con mucha picardía al hablar. Zulén comentó a Diario El Trabajo que de grande quiere ser abogado.

– ¿Qué quieres ser cuando seas adulto?

– “Cuando yo sea grande, quiero ser abogado, para ayudar a las personas pobres a comprar una casa, para ayudar a las personas pobres”.

– ¿Cómo te va con el uso del bastón?

– “Aprendí a usar mi bastón para poder caminar, soy muy independiente, tanto aquí como en mi casa, llevo mi dedo sobre el filo superior de mi bastón, así logro combinar mi capacidad sensorial con el roce de mis zapatos en el piso y no chocar”.

– ¿Cómo te va con las chicas?

– “No. Estoy muy chico para tener polola, aunque recuerdo que en kinder yo estaba ‘enamorado’ de una niña, lo que pasó, es que otro amigo de la clase, y que es muy fortachón’, él también la quiere, yo mejor me aparté y sigo estudiando”.

– ¿Eres activo en tu casa?

– “Claro, en mi casa soy bastante independiente, lavo a veces la loza, hago las camas, la mía y la de mis hermanitas menores, y me encanta escuchar música”.

CIEGO PURO

Diario El trabajo habló con la Profesora Sandra Miranda, santiaguina, que atiende a César una vez a la semana. Ella es Especialista en Trastornos de la vista.

“César es un niño completamente normal en materia de su desarrollo pedagógico, él es lo que llamamos ‘Ciego puro’, pues en todo lo demás, es un niño normal, inteligente y bastante alegre”, comenta Miranda.

“Para que César aprendiera a desarrollar las matemáticas, le propuse que matuteara golosinas en la escuela, así, él ahora vende juguetes y golosinas, aunque es para que conozca el uso del dinero y las matemáticas, ahora lo hace por diversión”, agregó Sandra.

Roberto González Short

rgonzalez@eltrabajo.cl

 

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