• Un calvario familiar ha vivido un joven matrimonio llayllaíno, ellos denuncian a Diario El Trabajo que a su hijo no lo aceptan en las escuelas de su comuna porque al pequeño le falta una de sus orejas. ¿Actúan ‘A derecho’ estos centros educativos?

Roberto González Short – rgonzalez@eltrabajo.cl

ENVIADO ESPECIAL

LLAY LLAY.– Un verdadero ‘vía crucis’ familiar ha tenido que vivir un joven matrimonio de esta comuna, luego de que; tras dos años de intentar insertar a su pequeño hijo Nicolás Gaete de cuatro años en alguna escuela de lenguaje de la comuna, estas le han cerrado las puertas, la razón es muy clara: por padecer un mal llamado Síndrome Goldenhar, mal que afecta sólo a ocho chilenos en nuestro país.

Todo se complica luego de que el miércoles 21 de abril de 2010, se publicara en el Diario Oficial, el Decreto Supremo Nº170, que reglamenta la Ley 20.201 de 2007. Esta Ley modificó el DFL 2 de 1998 y otros cuerpos legales relacionados con la subvención que perciben las escuelas especiales y los establecimientos de educación regular que cuentan con Programas de Integración Escolar (PIE).

POR FALTARLE OREJITA

Diario El trabajo habló los padres del niño, para conocer su versión de los hechos, ya que ellos aseguran que su niño no es aceptado en las escuelas de Llay Llay, por el hecho de faltarle una de sus orejas, situación que niegan los directores consultados por nuestro medio.

“Mi hijito necesitaba una escuela para su educación, hablando con los especialistas que lo ven a él para ver si me lo remitían a un escuela de Lenguaje o con Adaptación para que le sirva a Nicolás”, relató Maximiliano Gaete, padre de Nicolás.

“Conforme nosotros lo vamos llevando a distintos centros parvularios y escuelas de Lenguaje, a él me lo rechazan porque le falta una orejita, de distintas formas las y los Directores de establecimientos no me lo aceptan”, asegura Gaete a nuestro medio.

Según este soldador profesional que trabaja en la industria minera, es una gran cantidad de puertas las que se han cerrado para que su hijo no reciba su merecida educación.

“En la Escuela Especial Liwen me atendieron para evaluarlo, ellos me dijeron que sí tenían el cupo para integrarlo el 1º de agosto de este año, mi hijo pasó todas las pruebas pero después nos dijeron que ya no había cupo para él, yo pregunté ‘¿Pero cómo si había un cupo para él, ahora ya no lo hay?’, la excusa real que me dieron, es que no lo aceptaban por la falta de su orejita”, agrega Maximiliano a Diario El Trabajo.

“Cuando intentamos meterlo en otras escuelas, por ejemplo el Director de la Escuela Agustín Edwards le solicitó a mi esposa una foto del niño antes de aceptarlo, ni siquiera le hizo algún examen o evaluación al Nicolás, cuando le llevamos la foto de nuestro hijo sin orejita, sacó la excusa de que ‘los niños son muy malos y crueles’, siendo que el Director me lo discrimina, me imagino entonces lo que puedo esperar de de los niños (…) como padre me siento muy mal, harto mal, lo que le digo a estos educadores es que se eduquen ellos primero, que un defecto físico de mi hijo no es para que me lo desprecien así”, concluyó este llayllaíno.

 TRÁMITES Y CERTIFICACIONES

La madre de Nicolás, Judith Muñoz, aseguró a Diario El Trabajo que durante dos años ella ha sido ‘tramitada’ por quienes luego de ver la carencia de una de las orejas del niño, se las han ingeniado para no aceptarlo como usuario de sus escuelas.

– ¿Cómo ha sido este proceso con Nicolás a nivel de médicos?

– “Una Fono-bióloga de Santiago me remitió muchas veces a una Escuela de Lenguaje para mi hijo, sin embargo aquí nunca me han aceptado esas referencias, hablo de la Sala de Simulación de Chile Crece Contigo del hospital local y ellos nunca me aceptaron esas derivaciones”.

– ¿Cuál es el ambiente para su pequeño hijo?

– “En uno de los tantos Jardines me han tramitado desde hace dos años, que venga en seis meses, en dos meses más y así hasta hoy, me piden papeles, evaluación tras evaluación, me dicen que me van a llamar pero nunca lo hacen”.

– ¿Cuál es la explicación que recibe de parte de los directores?

– “Luego de tanto peregrinar, prácticamente en todas estas escuelas me dicen lo mismo, que se acogen al Decreto Nº 170, como el trastorno de lenguaje de mi hijo es producto de padecer el Síndrome Goldenhar, creo que los directores educativos suponen que mi hijo no tiene la capacidad y que nunca aprenderá algo y eso no es así, no me lo pueden descalificar de esa manera”.

– ¿Concretamente cuáles escuelas le han rechazado?

– “Por ejemplo, en la Escuelita ‘Mi pequeño mundo’, yo solicité cupo recién empezaron y me dijeron que sí había matrícula, como yo reporté la documentación médica sobre Nicolás, luego de varias ‘avaluaciones’ y hacerme esperar, me dijeron finalmente que no aceptarían a mi hijo por tener la palabra ‘hipoacusia’ en su reporte médico”.

– ¿Qué documentos son los que le piden?

– “Primero me piden certificados del Fonoaudiólogo; del Cirujano Plástico; del Neurólogo; del Otorrinolaringólogo; de Nacimiento; del Coeficiente Intelectual y del Síndrome Goldenhar, luego de que los llevo, me dicen que ya el tiempo para matricularlo pasó, que venga el próximo año, lo cierto es que no me lo reciben”.

¿Cómo han reaccionado los docentes señalados ante esta denuncia ciudadana?¿Están ‘A Derecho’ los centros educativos que se negaron a dar matrícula a este pequeño llayllaíno?

Mañana martes en Diario El Trabajo, estaremos dando a conocer las declaraciones que algunos directores de establecimientos educativos locales externaron a nuestro medio, sobre los señalamientos planteados por este joven matrimonio.

 

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Un calvario familiar ha vivido un joven matrimonio llayllaíno, ellos denuncian a Diario El Trabajo que a su hijo no lo aceptan en las escuelas de su comuna porque al pequeño le falta una de sus orejas. ¿Actúan 'A derecho' estos centros educativos? Roberto González Short - rgonzalez@eltrabajo.cl ENVIADO ESPECIAL LLAY LLAY.-...